¿Cómo salir de la crisis política?: analistas sugieren desde un pacto político hasta una regeneración democrática

Especialistas consideran que el diálogo es el eje articulador de la salida a la crisis que vive el país.

Diputadas se enfrentan en plena sesión de la Cámara Baja, el 21 de noviembre. Foto: APG

Fuente: Brújula Digital



Sumando Voces, Mery Vaca

La crisis política está instalada en Bolivia, así lo demuestran estudios que hablan de la caída de la satisfacción en la democracia y la desconfianza en las instituciones, como el más reciente libro de Ciudadanía, titulado “La democracia en los ojos de la gente”, que será presentado este jueves en Cochabamba.

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Una muestra de la crisis de institucionalidad son las elecciones judiciales parciales que se llevarán a cabo este 15 de diciembre, luego de un arduo conflicto de poderes en el que están involucrados el Tribunal Constitucional (TCP), el Tribunal Supremo Electoral (TSE), la Asamblea Legislativa y el Órgano Ejecutivo.

Lo que dicen los analistas

Diversos analistas consideran que la salida a esta crisis es el diálogo, con mecanismos que van desde la posibilidad de buscar un pacto político, crear una agenda de regeneración democrática o iniciar un proceso de despolarización entre las personas.

Daniel Moreno, coordinador del Estudio de Ciudadanía, considera que el camino es un pacto político al estilo del que se logró en la década de los 90, cuando se pudo dotar de confianza y credibilidad a la entonces Corte Nacional Electoral.

El analista y abogado cruceño, Vladimir Peña, propone encarar una agenda de regeneración de la democracia y poner atención en las elecciones judiciales del 15 de diciembre, porque marcarán un precedente para futuros procesos electorales y para la democracia en su conjunto.

Entre tanto, el coordinador del movimiento Tarija Dialoga, Sergio Lea Plaza, aboga por la despolarización de persona a persona, apoyado en experiencias de otros países donde funcionó el acercamiento cara a cara para después dar paso al diálogo de grupos más grandes y de la sociedad en su conjunto.

La importancia de un pacto político nacional

“Yo creo que estamos en una situación de crisis tan grande que es absolutamente imprescindible pensar en un gran pacto político a nivel nacional, un pacto que involucre, por supuesto los principales partidos políticos, a las principales instituciones, pero también a la sociedad civil”, dijo a Sumando Voces el analista Moreno, coordinador del estudio sobre la democracia en los últimos 25 años, que se publica esta semana en Cochabamba, con el apoyo de la KAS.

El citado estudio, que está basado en el Barómetro de las Américas, indica que la satisfacción en la democracia ha caído hasta 28,2% el 2023, luego de haber tenido su nivel más alto en 2010, con 68,7% de satisfacción.

Mientras que el TSE llega al 2023 con 26,8% de confianza, un porcentaje muy parecido a 1998, cuando registró 25,7% de confianza. El nivel más alto de confianza en el TSE fue el 2010 con 55%, registrándose la mayor caída en 2012, cuando bajó a 29,1%.

Moreno considera que se deben reconstruir las instituciones porque “tenemos que entender que, como está, el país es ingobernable” porque, con un Tribunal Constitucional autoprorrogado como el que existe actualmente “ninguno de los partidos políticos va a poder tener un gobierno plenamente legítimo y reconocido por los otros partidos y por la ciudadanía”.

Agrega que no solamente se trata de cambiar a las personas de las instituciones judiciales, sino de hacer un rediseño institucional en la Constitución para que ya no se tenga que elegir por voto popular a los magistrados, cuyos fallos son cada vez “más jalados de los pelos”.

Regeneración democrática como respuesta a la crisis institucional

Peña, durante su participación en el Foro Político Multiactor que se llevó a cabo la semana pasada en La Paz, dijo que “la democracia está en riesgo porque tenemos un sistema democrático atrofiado” tomando en cuenta que ninguno de los cuatro órganos del Estado está funcionando adecuadamente.

Por eso, en el marco del Bicentenario de Bolivia, que se recuerda este 2025, “creo que tenemos que hacer la agenda de la regeneración democrática y el primer punto de esa agenda es evitar la manipulación de los poderosos en los procesos electorales”.

Sugirió, por eso, poner el foco en el Órgano Electoral, pero no solamente pensando en el 2025, sino desde las elecciones judiciales.

“Me preocupa mucho el precedente que se sienta, que el TCP con dos magistrados puede desconocer al TSE”, dijo.

Dijo sentirse orgulloso cuando el presidente del TSE, Oscar Hassenteufel, prometió garantizar la integridad de las elecciones judiciales, pero dos días después dijo todo lo contrario.

Este precedente puede luego llevar a que el TCP suspenda elecciones para senadores, diputados o que sólo permita que se realice el proceso en ciertos departamentos, sin respetar el principio de preclusión que no permite volver para atrás en las fases ya avanzadas de un proceso electoral, alertó Peña.

Despolarización: un enfoque persona a persona

Lea Plaza, también en el marco del Foro Político Multiactor, dijo que se vive un declive de la democracia y una reducción del espacio cívico a nivel mundial. Y, citado el informe de Ciudadanía, consideró que este declive, en el caso de Bolivia, coincide con la disputa del TIPNIS, que ocurrió el año 2011, cuando se empezó a desdibujar la retórica plurinacional.

“A partir de este momento, cuando sucede lo de TIPNIS, la gente empieza a descreer y desconfiar en las instituciones democráticas”, señaló.

Frente a esto, Lea Plaza considera que se debe retomar el diálogo como un mecanismo para afrontar la situación, tal como lo está haciendo Tarija con el Movimiento Tarija Dialoga.

En ese marco, citando un estudio del proyecto Unámonos, dijo que para despolarizar el país hace falta despolarizar a la sociedad y “para hacerlo hay que despolarizar a las personas, esto hemos aprendido en Tarija Dialoga, que hay que trabajar la dimensión personal”.

Puso varios ejemplos de otros países, entre ellos el de los acuerdos de la década de los 90, cuando representantes de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) comenzaron a interactuar y, si bien al principio “querían matarse, luego empiezan a hacerse amigos” hasta gestar el famoso acuerdo entre Isaac Rabin y Yasser Arafat.

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