La influencia de Claure y la posibilidad de una primaria obligatoria precipitó las decisiones de los políticos «más experimentados”. En el MAS, después de tanto pelear por la sigla, arcistas y evistas buscan algo “nuevo”
Fuente: El País.bo
El círculo rojo entiende lo sucedido: El acuerdo estaba cerca de materializarse porque se estaba perdiendo el control de los tiempos y la iniciativa y Tuto Quiroga quería llegar más fuerte a la mesa de negociación. El resultado ha sido una caricatura que retrotrae de nuevo al punto de partida, con el calendario ardiendo. Mientras, el MAS se ha convertido en algo así como la “sigla maldita” que ya nadie quiere, porque suena a pasado, Por partes.
Unidad, pero poco
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
La cuestión es que el lunes se filtraron las fotos de los dirigentes del FRI – sigla sobre la que se erigió la Comunidad Ciudadana de Carlos Mesa – cortejando a Tuto Quiroga, y las fuentes más informadas dieron por hecho el cambio de chofer, algo no tan raro conociendo los antecedentes del ex partido de Motete Zamora.
El martes Luis Fernando Camacho en sus redes y Carlos Mesa en una lacónica conferencia de prensa donde lamentó la actitud del FRI, dieron a conocer el principio de acuerdo que se había obtenido entre tres de los últimos cuatro aspirantes a presidentes – Samuel Doria Medina, Carlos Mesa y el propio Tuto Quiroga – al que se sumaba Creemos desde Santa Cruz. Esa misma noche Tuto presentó su plataforma: Libre, con sus colores y su programa y anunció conferencia en Tarija para el día siguiente.
12 horas después Tuto se sentaba a la derecha de Carlos Mesa y a la izquierda de Efraín Suárez, representante de Camacho en el acuerdo. A la izquierda mantenía su gesto hierático Samuel Doria Medina, sempiterno aspirante, también con programa, con plata y con sigla propia.
Se trataba de una presentación de un acuerdo de mínimos en un hotel, sin preguntas y con vítores de parte. Mesa, que ejerció de maestro de ceremonias por si quedaban dudas de que prepara su jubilación, se esforzaba por pedir que la gente gritara “unidad”, pero no.
Era también un movimiento táctico ante dos hitos móviles: de un lado un Marcelo Claure muy dispuesto a apoyar con billetes a un candidato probablemente “nuevo” si no había visos de unidad; por otro el lanzamiento de las primarias obligatorias vía APP que McLean y El Búnker llevan tiempo impulsando y que tiene varios riesgos, por ejemplo que solo voten los jóvenes más tecnológicos e ideologizados que evidentemente apoyan a candidatos nuevos y más radicales.
Durante diez horas el cuatrinomio Tuto – Mesa – Doria – Camacho se vio como el germen de la “unidad posible” para bien o para mal, pues además exponía aún más a un Manfred Reyes Villa que niega la mayor y concurrirá en solitario. Hasta que llegó Tuto Quiroga al programa nocturno de Pepe Pomacusi y ratificó sus tesis: será candidato “irreversiblemente”.
Desde ese momento el espacio del cuatrinomio se ha ido achicando y no solo Manfred celebra, también algunos como Branko Marinkovic, que no explica su estrategia, pero ve a todo el mundo “zurdo” y “funcional”, incluso a quienes le fueron a recibir a la vuelta de su exilio, o Rodrigo Paz Pereira, que sigue jurando que él es lo “nuevo” mientras habla de sus cosas en las redes sociales.
Las cenas de Navidad acabarán marcando la tendencia, porque Claure no ha saltado de alegría y la “unidad” no desvela cómo ni cuándo elegirán al candidato único, que sería lo suyo, porque el resto no pasa de verso, sobre todo si desde dentro se mofan de ello.
El MAS maldito
El mismo día que los “líderes” de oposición proclamaban su unidad perfectible, el MAS celebraba su primera victoria electoral, la de 2005, en dos escenarios diferentes. Evo Morales montó un fiestón en el Chapare en el que el número principal fue el de salir bailando con Andrónico para replicar por vez 15.000 que son lo mismo. Luis Arce montó algo más discreto en la plaza Murillo y el olor a hurto hizo carcomer algunas conciencias.
Cuentan que ha llegado uno de esos asesores de postín que dice que es mejor dejar la sigla de lado e inventar algo nuevo que sume. En el viejo MAS, el de Evo, ya lo tenían definido: la sigla puede ser cualquiera, pero el nombre será algo que inspire renovación y cambio. Y en el arcismo, después de tanto pelear por la sigla, pues resulta que piensan lo mismo.
El presidente Arce dijo que primero se hablaría de “programa” y al final de candidatos. Las apuestas giran sobre si Eduardo del Castillo quiere hacer “la campaña de los hombres fuertes” sobre el hito de meter a Morales en la cárcel y quien sabe, dictar leyes contra los migrantes o “los malos bolivianos”. Sin sigla todo es lienzo y las encuestas en tiempos de crisis suelen delinear enemigos más que soluciones.
Judiciales: saber por quién votar
Después de dos años de parto y una semana de conteo. Una semana. El Tribunal Electoral entregó los resultados de las elecciones judiciales y se pueden extraer conclusiones: El voto nulo se redujo a la mitad de 2017 y quienes promovieron las “listas azules” – entre ellos la diputada tarijeña Luciana Campero – señalando a los más próximos al MAS; sea cual sea su rama, tuvieron influencia: el Consejo de la Magistratura, clave en el funcionam,iento, es mayoritariamente “opositor”, mientras que efectivamente el arcismo calculó bien y volvió a ganar en los departamentos de occidente donde sí se votó al TCP.
¿Qué queda después de esto? Vigilar.
Fuente: El País.bo