Los diferentes partidos han hecho sus apuestas, pero sin exponerse demasiado. La extradición de Dávila preocupa en el evismo. Claure apoyará una primera vía App contra la voluntad de los candidatos
Fuente: El País.bo
En las elecciones judiciales nadie gana, pero quien sabe si alguno no puede perder. Quién más quién menos ha hecho su apuesta. Por fidelidad, por amor, por suerte. A última hora se ha impulsado una suerte de campaña por el voto nulo patrocinada por los jerarcas de Comunidad Ciudadana, Tuto Quiroga, algunos excuadros importantes de Demócratas y el partido Liberal. Seguro algunos más. Las esforzadas diputadas también de Comunidad Ciudadana han hecho una apuesta más concreta pidiendo que no se vote por el MAS – que evidentemente no se presenta, pero fluye en el ambiente – e incluso muchísimos funcionarios de la alcaldía y la gobernación en Tarija, quien sabe si por voluntad propia, han promocionado por días a sus favoritos. En principio todo eso vale, hoy votan los ciudadanos.
También en el arcismo tienen sus candidatos, aunque sea tan minoritario que apenas se note. Por eso y porque cinco magistrados del Constitucional, la mayoría, que al final es el que controla el juego, se van a mantener contra viento y marea. En el evismo han caído en su propia trampa de siempre: no saben a quién votar, solo que esta vez no da igual a quien sí y a quién no.
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En cualquier caso, Evo Morales parece ya resignado a perder la sigla del MAS -solo la sigla del MAS -. En su cuartel general se valoran opciones para armar otro partido o bien alquilarse alguno. Opciones para eso hay, pero no va a salir barato, porque además en Cochabamba ya ha estallado el escándalo sobre la compra de datos del partido Sumate, el conglomerado que está armando Manfred Reyes Villa y que ha conseguido en tiempo récord las sumas suficientes, se supone, para habilitarse.
Con la posibilidad de que el Tribunal Constitucional cambie de criterio sobre la candidatura de Evo Morales aparentemente desahuciada, – aparentemente -, las elecciones han perdido intensidad, pero habrá que ver a detalle los movimientos.
Extradición
Sea también casualidad o empeño, justo esta semana se viabilizó la extradición de Maximiliano Dávila, “el macho” a los Estados Unidos, completando el cambio de criterio sobre este procedimiento que durante años utilizó el gobierno del MAS de Evo Morales, que básicamente promovía la necesidad de cumplir con la justicia en el país -con todo lo que eso podía suponer en términos de tiempos y plazos – antes de atender otros requerimientos internacionales.
Dávila apareció en la última foto de cumpleaños que Morales celebró como presidente. Fue en 2019 cuando las protestas por el supuyesto fraude ya habían tomado vuelo. Morales sostiene que fue protocolar y que apenas lo conoce. En Estados Unidos los acusados de este tipo de delitos negocian sus condenas y sea verdad o sea mentira, los leales a Morales sospechan que su líder puede acabar señalado de una u otra manera.
“Una raya más al tigre”, dicen sus aliados, al mismo tiempo que chequean el calendario electoral y las encuestas: De momento no da, pero ya nadie dice creer en las encuestas.
El rol de Andrónico
Mientras el evismo trata de zafar de los vetos constitucionales, su segunda referencia continúa en una campaña difusa que no acaba de agradar a todos. El mismo día que Morales y sus voceros cargaban contra el gobierno por recibir a los veedores de la Organización de Estados Americanos (OEA), a quienes consideran los “·sicarios” que operaron el golpe a Evo Morales, Andrónico Rodríguez los recibió en el despacho del Senado con buenos propósitos e ilusión de futuro, sin remover el pasado. Para algunos la traición definitiva, para otros el punto culmen de la estrategia para reunir a todo el MAS sobre él, el nuevo líder conciliador que reunirá al 40% del masismo vivo y quién sabe si atraer a alguna clase media que anhela los tiempos mejores del pasado que le llevaron donde está.
Fuente: El País.bo