Francisco, que no rezará mañana el Ángelus desde el balcón de San Pedro por un resfriado, confesó su «desconcierto» y «dolor» por el «atentado» y aseguró su «cercanía espiritual» con las víctimas.
Fuente: DW
«El Papa Francisco ha recibido con desconcierto la noticia del atentado en el que diversas personas han resultado asesinadas y muchas otras heridas», se lee en un telegrama enviado al presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier, y escrito, como es habitual en su nombre, por el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.
Y agrega: «Su Santidad expresa su participación en el dolor de las personas afectadas. Asegura a todas las víctimas su cercanía espiritual y al mismo tiempo agradece a todos quienes están trabajando y apoyando a las víctimas en este momento difícil». Este viernes, la ciudad alemana de Magdeburgo fue escenario de un ataque contra un mercadillo de Navidad a cargo de un médico saudí que mató con su coche a cinco personas e hirió a doscientas -41 de ellas graves-, según el balance ofrecido por las autoridades este sábado.
Francisco, que sufre un resfriado, celebrará la oración dominical del Ángelus en línea y no desde la ventana del palacio apostólico en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, informó el sábado la sala de prensa del pontífice. «Debido al intenso frío, junto con los síntomas de resfriado que se han manifestado en los últimos días, el papa Francisco celebrará el domingo 22 de diciembre la oración del Ángelus desde la capilla de la Casa Santa Marta», su residencia en el Vaticano, indicó un mensaje en italiano publicado en Telegram.
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El Vaticano precisó que esta decisión también se tomó en vista «de los compromisos previstos para la próxima semana». Francisco abrirá el martes 24 de diciembre la puerta santa en la basílica de San Pedro, marcando así el inicio del jubileo de la Iglesia católica, que durará un año. Ese mismo día celebrará la misa de Navidad. Al día siguiente presidirá otra misa y pronunciará su mensaje «urbi et orbi» (a la ciudad y al mundo), y el 26 de diciembre, día de San Esteban, abrirá una puerta santa en la prisión romana de Rebibbia y celebrará una misa.
El Papa recibió además este sábado, en dos audiencias separadas, a los miembros de la Curia Romana, el «gobierno» de la Iglesia católica, así como a los empleados de la Santa Sede y del Governatorato del Vaticano.