Con la colaboración de instituciones como Abbott y el trabajo de la OMS, un informe de Bloomberg Businessweek revela cómo la prevención se enfrenta a desafíos tanto científicos como logísticos
A través de las pruebas rápidas y la investigación genética, se está logrando un progreso significativo en la detección de enfermedades misteriosas que acechan en la región amazónica. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Fuente: infobae.com
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
En el corazón de la selva amazónica, donde Colombia se encuentra con Perú y Brasil, el Hospital San Rafael en Leticia, una pequeña ciudad, enfrenta una situación crítica. Las sillas de plástico blanco de la sala de espera están repletas. Los pacientes, muchos de ellos provenientes de comunidades indígenas aisladas, sufren por fiebre, dolores musculares y dolores de cabeza persistentes.
Jorge Emilio Osorio, veterinario y virólogo, recorre las instalaciones de la clínica donde se acumulan casos de fiebre sin una causa clara. “Si no es malaria o dengue, ¿qué es?”, se pregunta Osorio mientras observa los escasos resultados negativos de las pruebas rápidas de Abbott Laboratories, proveedor de las herramientas diagnósticas en el lugar. Así lo describe un informe publicado por Bloomberg Businessweek sobre las investigaciones que realiza Osorio en la región amazónica, un punto crítico en la prevención de posibles pandemias.
Osorio, quien dedicó su carrera a la investigación de virus emergentes en Colombia, alerta sobre un fenómeno creciente: el aumento de enfermedades misteriosas que afectan a las personas en el Amazonas, desde niños hasta turistas. Estos casos suelen presentarse con síntomas similares, pero las pruebas habituales no ofrecen respuestas claras.
Enfermedades con síntomas similares a la fiebre, el dolor muscular y la náusea están afectando tanto a residentes locales como a turistas, pero el diagnóstico sigue siendo incierto. (Imagen Ilustrativa Infobae)
En este contexto, la compañía estadounidense Abbott, a través de su Coalición Abbott para la Defensa Pandémica, financia investigaciones como la de Osorio, que se centran en identificar nuevos patógenos antes de que puedan desencadenar crisis sanitarias globales.
Esta alianza, que nació en el marco de la pandemia de Covid-19, busca evaluar y prevenir futuras amenazas al bienestar mundial, y su relevancia se intensifica a medida que los virus desconocidos se propagan de manera cada vez más veloz, como señalan expertos en la materia.
A pesar de los esfuerzos, el trabajo no es fácil. Según Gavin Cloherty, director de investigación en enfermedades infecciosas de Abbott, el reto es gigante. Los avances científicos logrados durante la pandemia de Covid-19 fueron clave, pero Cloherty enfatiza que la preparación para lo inesperado sigue siendo crucial.
En sus palabras, el verdadero desafío radica en saber que patógeno es el que origina la enfermedad antes de que se convierta en una pandemia global, una idea que también comparte Bloomberg, que resalta la importancia de contar con herramientas de diagnóstico accesibles y rápidas en un mundo cada vez más vulnerable.
El COVID-19 demostró que la identificación temprana de un patógeno es clave para contener una pandemia, algo que no se logró en 2019 debido a la falta de preparación global. (Imagen ilustrativa Infobae)
Las condiciones climáticas extremas, como tormentas, inundaciones y sequías, explican los expertos a Bloomberg Businessweek, favorecen la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue. A nivel mundial, alcanzó cifras récord, lo que genera una creciente preocupación sobre la capacidad de los sistemas de salud pública para hacer frente a estas amenazas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que, entre 2030 y 2050, el cambio climático podría causar 250.000 muertes adicionales anuales debido a enfermedades infecciosas. Esta realidad está llevando a los expertos a recalcar que se necesitan respuestas urgentes ante las enfermedades emergentes. A nivel internacional, la OMS también estuvo alertando sobre los riesgos de los brotes de enfermedades, mencionando las complicaciones que surgen en lugares como Colombia, donde el sistema de salud aún es vulnerable.
En este contexto, el trabajo de la Coalición Abbott se extiende a más de 60 sitios en 19 países, realizando investigaciones para identificar patógenos que aún no fueron reconocidos. Desde Egipto hasta Haití, Rwanda e India, los investigadores de Abbott están recopilando muestras de pacientes con enfermedades misteriosas.
La tecnología y su papel crucial en estos esfuerzos
Usando secuenciación de nueva generación, los científicos no solo buscan patógenos conocidos, también examinan el material genético de cualquier posible virus emergente que aún no haya sido identificado. Este enfoque permite a los investigadores descubrir enfermedades que podrían estar latentes en el sistema, pero que aún no se manifestaron en la población.
En el caso de los virus encontrados en especies animales, como los patos grises, este tipo de análisis permitió entender cómo los patógenos pueden saltar de animales a humanos, un fenómeno cada vez más común debido a la globalización y al cambio climático. Así lo resaltan los informes que elabora Abbott, los cuales están diseñados para mostrar cómo los avances tecnológicos están permitiendo detectar enfermedades antes de que salgan del control.
En los últimos años, Osorio formó un equipo interdisciplinario que recopila y analiza muestras en Colombia, pero también planea expandir su red de recolección de datos a otros países de América Latina. Con el apoyo de Abbott y su coalición, el objetivo es anticiparse a los brotes antes de que se conviertan en epidemias, una tarea que requiere de esfuerzos globales colaborativos y de una infraestructura médica preparada para responder a emergencias sanitarias de manera eficiente y oportuna.
El verdadero reto sigue siendo la colaboración internacional y la voluntad política para abordar los problemas de salud pública desde una perspectiva preventiva. En este escenario de “pánico y negligencia”, según la descripción de los expertos, los esfuerzos de empresas como Abbott se presentan como un pilar fundamental para enfrentar las enfermedades emergentes, un trabajo que debe continuar a largo plazo para evitar que la historia se repita.