Existe una nueva epidemia, igual o más peligrosa que la del Covid-19, llamada “encuestitis” que infecta, no solo a los oportunistas que se atreven a manipularlas, sino a todos los incautos que confían ciegamente en ellas. Es más, su capacidad de confusión y peste son más peligrosas que los informativos de kawsachun Coca.
Es cada vez más intenso e inmisericorde el bombardeo de encuestas que los bolivianos venimos sufriendo en torno a las elecciones presidenciales a realizarse el año entrante y son tantos los medios dedicados a difundir estos sondeos, como aquellos que juran conocer con fidelidad al ganador de la consulta que, en lugar de orientarnos, nos tienen más perdidos que Adán en el Día de la Madre.
Según dichos “tanteos confiables”, como los que publica una reciente encuesta de discutida factura, habría un virtual empate en un 18% de la preferencia electoral, a nivel nacional, entre Manfred Reyes Villa y Evo Morales Ayma.
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Echando mano, como siempre, a la manida frase marxista: “La Historia se repite, unas veces como tragedia y otras como comedia” no podemos olvidar el empate ocurrido en los comicios presidenciales del año 2020, entre Carlos Mesa, con 32% de los votos y el mismo Evo Morales, con 31%. En un tercer lugar apareció Don Oscar Ortiz, cuya candidatura no figuraba hasta un año antes de la contienda, al confirmarse como la alianza “Bolivia Dice No”.
Lo gracioso y curioso del caso es, que en esta danza demoscópica a nadie se le ha ocurrido levantar una encuesta sobre el porcentaje de bolivianos que no estamos de acuerdo con la realización de elecciones fraudulentas, como las del año 2020, donde la fórmula oficialista, según los sondeos, ya contaba con la victoria, pese a estar vetada por el referéndum del 21 de febrero de 2016, cuando Bolivia dijo NO a la reelección de Evo Morales. De ahí que es fácil suponer, la absurda presencia de Evo Morales en las actuales encuestas, estando oficialmente inhabilitado, por las más altas instancias judiciales del país, a ser candidato presidencial.
De realizarse una consulta semejante, a la mencionada líneas arriba, estamos seguros de que la mayoría de los bolivianos rechazaríamos ese intento reeleccionista y colocaríamos en su justo lugar al actual aspirante cocalero, por la simple razón de estar inhabilitado por el Tribunal Supremo Electoral y no estar vacunado contra esta pandemia de reservistas morales, que nos costó diez y ocho años de nuestra vida republicana; miles de millones de dólares, por cuenta de una insólita indemnización por los 500 años de ocupación española y el ingreso al Club de los socialistas del Siglo XXI, embarcados en un comunismo de los “Hermanos Marx”.
Finalmente, siguiendo la encuesta de marras e imitando su nomenclatura de forma antropomorfa, concluiremos en que Evo va a la cabeza, Reyes Villa se ubica por el cuello; cerca del pecho estaría Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina y, en cuanto a los demás, extrañamente olvidados, estos se hallarían dramáticamente ubicados en la zona del bajo vientre. Empero, de realizarse una consulta seria y patriótica, es posible que esta deje de ser una Encuesta con dudosa Respuesta.