Filas para comprar pan, escasez de combustible y éxodo: el calvario de los sirios tras la ofensiva rebelde en Alepo

La ciudad símbolo de la guerra civil en ese país vive una nueva crisis humanitaria, mientras miles de habitantes son desplazados en medio de una guerra que no da tregua

Sirios hacen cola en Alepo para conseguir pan

 



Fuente: infobae.com

En las últimas semanas, los residentes de Alepo, la capital económica de Siria antes del conflicto, han tenido que hacer largas colas para conseguir pan, uno de los alimentos más básicos en una ciudad devastada por más de una década de guerra civil. La situación se ha agravado desde la ofensiva rebelde que la semana pasada capturó la ciudad, lo que ha dejado a muchos sin acceso a panaderías y hornos operativos.

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Mohammed Taha, residente de la ciudad, describió con frustración la situación: “No hay pan… y no hay hornos. Las colas son cada vez más largas, la distribución cuando vienes a buscarlo, el coche (que lo distribuye) se va, desde hace una semana no podemos conseguir pan”. El problema no solo ha sido la escasez de este producto, sino también la distribución deficiente y la falta de transporte, lo que ha dificultado aún más el acceso a alimentos básicos.

Un hombre sostiene una pila de pan mientras la gente hace cola para recibirlo frente a una panadería en Alepo (REUTERS/Mahmoud Hasano)

Un hombre sostiene una pila de pan mientras la gente hace cola para recibirlo frente a una panadería en Alepo (REUTERS/Mahmoud Hasano)

Las escenas en algunas zonas de Alepo muestran a cientos de personas apiñadas en puntos de distribución improvisados, donde deben esperar durante horas. En un punto de la zona de Ashrafieh, Ahmed Youssef, un hombre de 70 años, comentó: “No hay pan. Todo el mundo viene, en la zona no hay ningún horno trabajando y aquí está lleno, llevamos aquí dos horas esperando en la cola”. Las largas filas, llenas de rostros cansados y desesperados, reflejan la creciente escasez de alimentos básicos en la ciudad.

El impacto de los combates recientes no se limita al suministro de alimentos. Mohammed Aatro, propietario de una gasolinera en Alepo, señaló a Reuters otro desafío importante: la escasez de combustible. “En cuanto a la crisis del combustible, sólo esperamos gasolina y gasóleo, ya que estamos llegando al invierno. La mayoría de las gasolineras no funcionan ahora en Alepo, y puedes ver la crisis del transporte, ahora no hay servicio (taxis) ni autobuses, es difícil encontrarlos, están explotando a la gente, antes decían que eran 20, luego se convirtieron en 50, luego 70, hablando de los taxis”.

Una mujer coloca pan en una calle de Alepo (REUTERS/Mahmoud Hasano)

Una mujer coloca pan en una calle de Alepo (REUTERS/Mahmoud Hasano)

Las dificultades para moverse por la ciudad se han acentuado debido a la falta de transporte público, que ha quedado reducido a unos pocos autobuses vacíos que permanecen estacionados por las calles. Los taxis, por su parte, han incrementado sus tarifas, una situación que afecta principalmente a aquellos que dependen de estos vehículos para trasladarse dentro de la ciudad.

Además de los problemas internos en Alepo, la violencia también ha desplazado a miles de personas. En la ciudad vecina de Tabqa, en el norte de Siria, las autoridades locales se esfuerzan por organizar centros de alojamiento para los recién llegados. Furgonetas y tractores cargados con pertenencias y personas que huyen de los combates son una vista común a lo largo de la carretera que conecta Alepo con Tabqa.

Desplazados que huyeron del campo de Alepo en tractor (REUTERS/Orhan Qereman)

Desplazados que huyeron del campo de Alepo en tractor (REUTERS/Orhan Qereman)

A medida que los desplazados llegan a Tabqa, las autoridades locales han habilitado centros de acogida. Sheikhmous Ahmad, jefe del Departamento de Desplazamientos del noreste de Siria, explicó: “La administración autonómica movilizó a todas sus instituciones para recibir a las personas procedentes de la zona de Shahba… Se abrieron dos centros para recibirlos, y después serán clasificados en centros de alojamiento en escuelas”.

La crisis humanitaria se ve reflejada en la vida cotidiana de los sirios, quienes enfrentan enormes dificultades para acceder a servicios básicos. Aunque la ciudad había comenzado a recuperarse lentamente de los efectos de la guerra civil comenzada en 2011, la ofensiva de la semana pasada ha detenido estos avances.

Un hombre camina junto a una cama de hospital cerca del Hospital Universitario de Alepo que resultó dañado por los ataques (REUTERS/Mahmoud Hasano)

Un hombre camina junto a una cama de hospital cerca del Hospital Universitario de Alepo que resultó dañado por los ataques (REUTERS/Mahmoud Hasano)

La situación también ha afectado a la producción de bienes tradicionales en Alepo, como el famoso jabón de la ciudad, que el martes ha sido reconocido por la UNESCO como parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

Sin embargo, la guerra ha destruido gran parte de la infraestructura relacionada con su producción. Antes de la guerra, Alepo era hogar de más de 100 fábricas de jabón; hoy en día, solo quedan unas 10. A pesar de la destrucción, el jabón sigue siendo un símbolo de la resiliencia de la ciudad y una fuente de sustento para muchas familias.

Mientras tanto, los combates continúan en otras partes del país. Los rebeldes sirios se enfrentan a la contraofensiva de las fuerzas de Bashsar al Assad en Hama, mientras que las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos se enfrentan a las tropas del gobierno en el noreste de Siria.