Francia ya tiene nuevo Gobierno: es continuista y cuenta con Manuel Valls como ministro


Desde junio, Francia se ha visto inmersa en una crisis política. El nuevo Ejecutivo de François Bayrou enfrenta un largo y complicado trayecto para sanear su economía.

Por Noelia Tabanera

El primer ministro francés François Bayrou. (REUTERS/Sarah Meyssonnier)

Fuente: Infobae



 

Francia ya tiene nuevo Gobierno. El primer ministro francés, François Bayrou, dijo que estaría listo antes de Navidad y, por los pelos, pero lo ha conseguido. Este lunes ha desvelado la composición del nuevo Ejecutivo, un equipo continuista en comparación con el del predecesor, Michel Barnier, y con algunos pesos pesados como Manuel Valls, que será ministro y dirigirá la cartera de Ultramar, o el banquero Éric Lombard que será el responsable de Economía.

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Desde junio, Francia se ha visto inmersa en una crisis política. El presidente Emmanuel Macron anunció a las puertas del verano unas nuevas elecciones tras la victoria arrolladora de Marine Le Pen, de extrema derecha, en las europeas. De la nueva convocatoria electoral salió Michel Barnier como primer ministro, pero su Gobierno -formado por tres complejos bloques de izquierda, centroderecha y extremaderecha- colapsó y fue derrocado en una histórica moción de censura en el parlamento.

Con el nuevo líder elegido (Bayrou, de 73 años y líder del partido de centroderecha Movimiento Democrático), hoy se ha dado a conocer cuál será su equipo en el que esta vez no se incluye a ningún representante de la izquierda. Y no es porque Bayrou no lo haya intentado para no tener que depender de la ultraderecha.

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Sin embargo, los socialistas, que son los más moderados de la alianza de izquierdas mayoritaria en la cámara baja, consideraron que las concesiones que les ofrecían eran insuficientes. “Estamos consternados por la pobreza de lo que se ha propuesto”, aseguró el pasado jueves el líder del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, asegurando que su formación todavía no ha encontrado “ninguna razón para no censurar” a Bayrou.

El nuevo Gobierno de Francia

En cambio, el nuevo Ejecutivo sí cuenta con François Rebsamen, ministro de Descentralización, de procedencia socialista, y el propio Manuel Valls, que ya fue ministro con François Hollande. Aunque por el otro lado, en el ministerio de Interior continuará Bruno Retailleau, de la derecha francesa más dura y muy popular su firme compromiso con la lucha contra la inmigración irregular. También permanecerán en el cargo el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot y el ministro de Defensa, Sebastien Lecornu.

Entre otros nombres, también ha nombrado al exministro del Interior Gerard Darmanin ministro de Justicia; Élisabeth Borne, que renunció como primera ministra en enero y ahora tendrá la cartera de Eduación; Eric Lombard, de 66 años, director de Caisse des Dépots, será ministro de Finanzas, trabajando con Amélie de Montchalin como ministra de Presupuesto. Así, una vez que el Gobierno está formado, Bayrou espera que pueda supervisar la aprobación de un presupuesto para 2025 y evitar un colapso que profundizaría la crisis del país.

Los retos de Francia: sanear la economía

Francia enfrenta un largo y complicado trayecto para sanear su economía. Según el Instituto Nacional de Estadística (Insee, por sus siglas en francés), la deuda pública alcanzó los 3,3 billones de euros en el tercer trimestre de 2024, lo que representa el 113,7 % del PIB. Además, se prevé que el déficit público del país supere el 6 % del PIB este año.

Para corregir esta situación, el gobierno liderado por el ex primer ministro Michel Barnier estimó que era necesario llevar a cabo un ajuste de 60.000 millones de euros, mediante una combinación de recortes en el gasto y aumentos de impuestos. Sin embargo, los presupuestos propuestos por Barnier, que intentó aprobar por decreto ante la oposición de la izquierda y la extrema derecha, desencadenaron su caída y marcaron el final de su mandato.

El nombramiento de François Bayrou como sucesor también ha generado incertidumbre entre los inversores. Como prueba de ello, la agencia Moody’s degradó la calificación soberana de Francia a “Aa3” con perspectiva estable, cuestionando la capacidad del Gobierno para implementar las medidas necesarias que eviten déficits presupuestarios mayores a los previstos.


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