La tensión política y militar en Siria complica la estrategia de Trump para contener la crisis en Medio Oriente


Horas antes de la caía del clan Al Assad, el presidente electo de Estados Unidos adelantó que no tenía intenciones de involucrarse en Siria, pero las pretensiones de Turquía, la ofensiva de Israel y la presencia de 9.000 terroristas de ISIS en precarias condiciones de detención trastocaron su programa inicial para la región

Donald Trump durante un acto oficial en Paris, (Francia)

Donald Trump durante un acto oficial en Paris, (Francia)

 



Fuente: infobae.com

(Desde Washington, Estados Unidos) La compleja situación política-militar en Siria trastocó el programa que había diseñado Donald Trump para contener la crisis de Medio Oriente. El presidente electo de Estados Unidos tenía una hoja de ruta que apuntaba a dictar un cese del fuego en Líbano y lograr una tregua en Gaza entre Israel y Hamas.

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Pero la caída del clan Al Assad en Siria provocó una implosión geopolítica que no estaba en los cálculos de Trump, y su primera reacción fue tomar distancia de un escenario regional que tiene como protagonistas a Rusia, Irán, Turquía, Irak, Estados Unidos, Líbano y los restos activos de ISIS y Al Qaeda.

Siria es un desastre, pero no es nuestro amigo, y ESTADOS UNIDOS NO DEBERÍA TENER NADA QUE VER CON ELLO. ESTA NO ES NUESTRA LUCHA. DEJEN QUE SE DESARROLLE. ¡NO SE INVOLUCREN!”, dijo Trump en su plataforma Truth Social. antes de encontrarse en París con Emmanuel Macron, presidente de Francia.

Un día después de este posteo de Trump, el ocho de diciembre, Damasco era tomado por el grupo terrorista Hayat Tahrir al-Sham (Organismo de Liberación del Levante, en español), y Bashar al Assad y su familia escapaban a Rusia.

Abu Mohammed al-Golani, líder de la organización terrorista Hayat Tahrir al-Sham que derrocó al dictador sirio Bashar al Assad

Abu Mohammed al-Golani, líder de la organización terrorista Hayat Tahrir al-Sham que derrocó al dictador sirio Bashar al Assad

Abu Mohammed al-Jolani, líder de la organización terrorista Hayat Tahrir al-Sham que derrocó al dictador al Assad, tiene control efectivo sobre Damasco, pero afuera de los límites de la capital de Siria se alinean distintos protagonistas con diferentes objetivos geopolíticos.

El panorama hacia adelante es incierto, y a menos de seis semanas de terminar su mandato, Joe Biden envía a Antony Blinken a Turquía y Jordania para evitar la crisis en Siria cause un efecto dominó en toda la región. “Blinken viaja para abrir un diálogo que permita evitar que Siria sea utilizada como base del terrorismo”, explicaron en el Departamento de Estado a Infobae.

En este contexto, Jake Sullivan -consejero de Seguridad Nacional de Biden- también aterrizará en Medio Oriente. Será recibido por el líder israelí Benjamín Netanyahu, que en los últimos cuatro días ejecutó una ofensiva sobre Siria para destruir todo su potencial bélico, eliminar sus armas químicas y ocupar una posición estratégica en las Alturas del Golan.

La ofensiva de Netanyahu, como la agenda de Blinken y Sullivan, fueron acordadas con el equipo de transición de Trump, que estudia en Mar -a- Lago distintas hipótesis de conflicto.

Joe Biden y Donald Trump durante su última reunión en la Casa Blanca, (Washington, Estados Unidos)

Joe Biden y Donald Trump durante su última reunión en la Casa Blanca, (Washington, Estados Unidos)

Pese a la coordinación entre la administración Biden y el equipo de transición de Trump, la situación es compleja y puede derivar en un caos.

Estados Unidos apoya a las Fuerzas Democráticas Sirias que tienen mayoría kurda y enfrentan al gobierno de Turquía que se niega a considerar sus derechos soberanos. Estas milicias fueron claves para derrotar a ISIS, que pretendían crear un Califato en Medio Oriente. Ahora, este ejercito entrenado y financiado por el Pentágono, controla veinte centros de detención con cerca de 9.000 fedayines de esa organización terrorista.

“Si un gran número de estos combatientes de ISIS escapara, representaría un peligro extremo para la región. Seguiremos trabajando con la comunidad internacional para repatriar a estos combatientes de ISIS a sus países de origen para su sentencia final”, sostuvo el general Michael Erik Kurilla, comandante del Comando Central de los Estados Unidos, en una comunicación oficial antes que cayera la dictadura de Al Assad.

El presidente de Turquía, Recep Erdogan, se transformó en un jugador clave en Siria. Erdogan respaldó a Abu Mohammed al-Jolani y a su organización terrorista Hayat Tahrir al-Sham, y ahora trata de imponer una agenda que complica a Estados Unidos: el líder turco pretende que Washington desmantele a las Fuerzas Democráticas Sirias, a cambio de influir en Al-Jolani.

Si Estados Unidos aceptara la posición de Erdogan, miles de terroristas de Isis podrían escapar de los centros de detención y las Fuerzas Democráticas quedarían como un free rider con capacidad de desequilibrar -aun más- el norte de Siria. Blinken llegará a Ankara para explicar a Erdogan que Biden (y Trump) no aceptan su pliego de condiciones para Siria.

El presidente de Turquía, Recep Erdogan, durante su participación en el G20 de Rio de Janeiro, (Brasil)

El presidente de Turquía, Recep Erdogan, durante su participación en el G20 de Rio de Janeiro, (Brasil)

El mapa de Siria está fracturado por las distintas facciones que operan para coronar sus propios intereses geopolíticos. Y a este a escenario complicado se deben sumar los restos de Hezbollah que responde a Irán, y Rusia que apoyaba al régimen de Al Assad y tiene dos bases militares muy importantes para sus objetivos en Medio Oriente y África.

Trump intentará aniquilar la influencia de Irán y Hezbollah en Siria, y las señales que recibió de Abu Mohammed al-Golani -a través del gobierno turco- son satisfactorias. El líder terrorista que controla Damasco pertenecía a Al Qaeda, que competía con Teherán en el objetivo de exterminar a Israel y ser potencia en Medio Oriente.

A diferencia de Estados Unidos, Turquía e Irán, Rusia exhibe otra situación geopolítica en Siria. Fue derrotada por la caída de Al Assad, pero controla dos bases militares -Tartus y Jeimeimin-, que Moscú no tiene intenciones de ceder.

“Es prematuro hablar de ello. En todo caso, será objeto de discusión con quienes estén en el poder en Siria”, señaló Dmitri Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin.

A Trump le encantaría que las bases de Tartus y Jeimeimin pertenezcan a Siria.

 


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