Tanto las fuerzas de la dictadura como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmaron que las milicias entraron desde varias direcciones a Hama, liberaron a los reclusos que estaban en la prisión y se acercan cada vez más a Damasco
El Ejército de Bashar Al Assad reconoció haber perdido el control de la ciudad de Hama en Siria (AFP/OMAR HAJ KADOUR)
Fuente: infobae.com
La alianza islamista Organismo de Liberación del Levante consiguió romper las defensas del Ejército de Damasco y entrar en la ciudad estratégica de Hama, según un comunicado de su Comandancia militar.
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“Durante las últimas horas […], los grupos terroristas pudieron atravesar varios frentes en la ciudad y entrar”, afirmó el ejército en un comunicado, en el que añadió que sus fuerzas se habían “redistribuido fuera de la ciudad”.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó que combatientes de la alianza “entraron desde varias direcciones en la ciudad”, y que “libran violentos combates con las fuerzas del régimen” de Damasco, que aún no ha reaccionado a esas afirmaciones.
Por su parte, insurgentes dijeron haber entrado en partes de Hama, en el centro de Siria, después de tres días de intensos enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales en las afueras la ciudad, dentro de una ofensiva en curso en la que también tomaron la ciudad más grande del país, Alepo.
Los medios estatales sirios confirmaron los choques violentos entre las fuerzas de Damasco y hombres armados de la oposición en la periferia oriental de Hama, pero negaron que los insurgentes hubieran entrado en la ciudad. Hama es una de las pocas ciudades que permaneció bajo el control total del gobierno durante la guerra civil siria, que estalló en marzo de 2011 tras un levantamiento popular. Su captura sería un gran revés para el presidente, Bashar Assad.
La ofensiva está liderada por el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham, así como por un grupo que abarca a varias milicias sirias respaldadas por Turquía llamado Ejército Nacional Sirio. Su repentina captura de la ciudad norteña de Alepo, un antiguo centro de negocios, fue un impresionante botín para los contrarios a Assad y reavivó el conflicto que había estado en gran parte estancado durante los últimos años.
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La toma de Alepo fue el primer ataque de la oposición a la ciudad desde 2016, cuando una brutal campaña aérea rusa la recuperó para Assad después de que las fuerzas rebeldes la hubieran tomado inicialmente. La intervención de Rusia, Irán, Hezbollah — aliado de Teherán — y otros grupos insurgentes ha permitido que el presidente se mantenga en el poder.
El último estallido en la larga guerra civil de Siria se produce mientras los principales respaldos regionales e internacionales de Assad están ocupados con sus propias guerras.
Decenas de miles de personas se han visto desplazadas por el repunte de los combates, que comenzó con la renovada ofensiva lanzada por al oposición el 27 de noviembre.
Los insurgentes afirmaron en su canal del Departamento de Operaciones Militares en la aplicación Telegram que han entrado en Hama y están avanzando hacia el centro.
“Nuestras fuerzas están tomando posiciones dentro de la ciudad de Hama”, indicó el canal citando a un comandante local identificado como mayor Hassan Abdul-Ghani.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo opositor con sede en Reino Unido que monitorea la guerra, dijo que los pistoleros ingresaron a partes de la ciudad, principalmente los barrios de Sawaaeq y Zahiriyeh, en el noroeste. Añadió que también había hombres armados al borde del barrio nororiental de Kazo.
“Si Hama cae, significa que ha comenzado el principio de la caída del régimen”, afirmó el jefe del Observatorio, Rami Abdurrahman, a The Associated Press.
Hama es un enclave importante en Siria, que une el centro del país con el norte, así como el este y el oeste. Está a unos 200 kilómetros (125 millas) al norte de la capital, Damasco, sede del gobierno de Assad. La provincia de Hama también limita con la provincia costera de Latakia, una base de apoyo popular para Assad.
El nombre de la ciudad es sinónimo de la masacre de 1982, una de las más notorias en el Oriente Medio moderno, que cuando comenzó las fuerzas de seguridad al mando del padre de Assad, Hafez Assad, mataron a miles para aplastar un alzamiento de los Hermanos Musulmanes.