De cara a las elecciones generales de 20215, los opositores ya comenzaron a conformar alianzas para presentarse a los comicios.
Rumbo a las elecciones, el debate sobre las candidaturas y el panorama político ha cobrado fuerza. Los analistas Yerko Ilijic y Armando Ortuño han aportado perspectivas críticas sobre las dinámicas que marcan la preparación electoral, especialmente en el oficialismo y las oposiciones del país.
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En Piedra, Papel y Tinta, de La Razón, Ortuño planteó que el discurso de unidad en la oposición parece centrarse en la “oferta”, es decir, en cómo las dirigencias políticas intentan imponer candidatos y agendas a un electorado fragmentado. Sin embargo, advirtió que el problema no radica únicamente en la oferta, sino en la demanda.
“El verdadero desafío es entender cómo los ciudadanos perciben estos procesos y conectarlos con sus demandas políticas reales”, señaló.
Este enfoque, según Ortuño, refleja la desconexión entre las élites políticas y la ciudadanía, evidenciada en la desilusión generalizada y la desconfianza hacia los líderes políticos, quienes no superan el 15% de intención de voto en la mayoría de las encuestas.
Por su parte, Ilijic resaltó que las encuestas muestran que los ciudadanos desean una candidatura opositora única que proyecte unidad y capacidad para abordar los problemas centrales del país, particularmente la crisis económica. Sin embargo, indicó que esta unidad no debe surgir de acuerdos superficiales, sino de un proceso inclusivo que involucre masivamente a la población.
Ortuño resaltó otro obstáculo en la conformación de unidad, como las marcadas diferencias ideológicas dentro de la oposición. Desde un liberalismo más conservador representado por Tuto Quiroga, hasta una socialdemocracia renovada en Samuel Doria Medina, pasando por el centrismo de Carlos Mesa y el populismo de derecha de Luis Fernando Camacho.
Además, identificó un conflicto de “estilos políticos”. Figuras como Manfred Reyes Villa, con un enfoque populista, no son aceptadas por ciertos sectores de la oposición, lo que refleja tensiones no solo ideológicas, sino también de enfoques y liderazgo.
“La unidad no será automática si no se resuelven estos conflictos de ideas, programas y estilos”, concluyó.