El mandatario, en el poder desde 1994, seguirá gobernando el país con mano de hierro hasta 2030. Los candidatos que se presentaron en los comicios de este domingo habían hecho campaña a su favor.
Fuente: Infobae.com
Alexander Lukashenko se adjudicó este domingo el triunfo en las elecciones de Bielorrusia con el 87,6% de los votos, según un sondeo oficial a boca de urna, en unos comicios sin oposición, hechos a medida para que el dictador extienda hasta 2030 su régimen autoritario en un país que gobierna con mano de hierro desde 1994.
Durante su sexto mandato que ahora termina, el mandatario de 70 años sofocó por completo cualquier tipo de disidencia tras las protestas de 2020. La oposición en el exilio calificó las elecciones de este domingo de “farsa”.
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Tras emitir su voto, el dictador dijo que sus oponentes encarcelados habían “abierto la boca demasiado”. En cambio, para los comicios de este domingo, los candidatos elegidos para competir contra Lukashenko habían hecho campaña a su favor.
El principal aliado de Vladimir Putin reconoció que no le importaba si la Unión Europea (UE) y Occidente reconocían la votación o no, y dijo que “no se arrepiente” de haber permitido que su “hermano mayor” -por el jefe del Kremlin- invadiera Ucrania a través de Bielorrusia en 2022, a pesar de los cientos de miles de muertos en la guerra que ya lleva tres años.
Lukashenko ha presidido una represión masiva después de reprimir las protestas gigantescas que siguieron a su controvertida reelección en 2020. Este domingo sostuvo que sus oponentes de aquel entonces habían “elegido” la prisión o el exilio. “Si se trata de prisión, entonces son aquellos que abrieron la boca demasiado”, afirmó.
En una conferencia de prensa que duró cuatro horas y 25 minutos, dijo que el arrepentimiento y el pedido de perdón son condiciones previas para la liberación de cualquier prisionero, y agregó que sus servicios de seguridad estaban “vigilando” a quienes participaron en las protestas y están libres.
El grupo de derechos humanos Viasna dice que Bielorrusia tiene actualmente 1.245 presos políticos. “Algunos eligieron la cárcel, otros el exilio. Nunca expulsamos a nadie”, indicó el dictador.
Decenas de miles de personas huyeron de Bielorrusia en 2020 y 2021, principalmente a Polonia y Lituania, cuando el servicio de seguridad KGB lanzó la represión masiva.
En una manifestación de exiliados bielorrusos en Varsovia, la líder de la oposición Svetlana Tikhanovskaya describió a Lukashenko como un “criminal que ha tomado el poder” y denunció la votación como una “farsa”.
Lukashenko acusó a la activista opositora Maria Kolesnikova, quien se encuentra en prisión aislada en una prisión de Gomel, de “violar” las reglas de la prisión.
Dijo que había dado la orden de que Kolesnikova fuera “mostrada al pueblo” el pasado noviembre, cuando se publicaron fotos de ella, la primera señal de vida después de haber estado incomunicada durante más de un año. “Ella está bien”, afirmó.
En tanto, el dictador bielorruso calificó la manifestación en Varsovia como insignificante.
La mayoría de los habitantes de este país sin salida al mar sólo tienen recuerdos lejanos de la vida antes de Lukashenko, que tenía 39 años cuando ganó las primeras elecciones nacionales después de que Bielorrusia se independizara de la Unión Soviética.
En el país está prohibido criticar al dictador.
En Minsk, Nadezhda Guzhalovskaya, una jubilada de 74 años, dijo a la agencia AFP que votó por Lukashenko debido a la falta de otras opciones: “Quizás aquí no todo sea perfecto, no tenemos democracia”.
Naciones Unidas estima que unos 300.000 bielorrusos han abandonado el país desde 2020, de una población de nueve millones. De ellos, ninguno pudo emitir su voto, ya que el régimen ha eliminado el voto en el extranjero.
En vísperas de las elecciones, el régimen de Lukashenko indultó a unos 200 presos políticos.
Pero los ex prisioneros consultados por AFP dijeron que los liberados están bajo la estrecha vigilancia de los servicios de seguridad y no pueden llevar una vida normal. El premio Nobel Ales Bialiatski se encuentra entre ellos.
Si bien Lukashenko solía equilibrar cuidadosamente sus relaciones entre la Unión Europea y Moscú, desde 2020 se ha vuelto política y económicamente dependiente de Rusia.
Kaja Kallas, la principal diplomática de la UE, calificó las elecciones de “farsa” en una publicación en X el sábado y dijo que “Lukashenko no tiene ninguna legitimidad”.
Conocido como “el último dictador de Europa” (un apodo que le encanta), la Bielorrusia de Lukashenko ha conservado gran parte de las tradiciones y la infraestructura de la Unión Soviética.
En su conferencia de prensa del domingo, desestimó los rumores de que planeaba entregar el poder a uno de sus tres hijos. Dijo que su hijo menor, Nikolai, “no podía imaginar ni en su peor sueño” que podría ser presidente y “ninguno de mis hijos podría”.
(Con información de AFP)