Bajan las expectativas de ventas en tiendas de barrio y mercados


Un estudio demuestra que los las expectativas de ventas de los comerciantes para 2025 son negativas, debido a la caída que tuvieron en 2024. Valoran que los proveedores ofrezcan promociones y descuentos

Raúl Dominguez

 

Las tiendas de barrio bajan sus ingresos



 

“Las ventas han bajado harto y ya no podemos comprar como antes. El arroz compraba por quintal y el aceite por turril, ahora todo es a granel nomás”, dijo don Emilio, un comerciante de abarrotes del mercado del Plan Tres Mil, quien lamenta que la crisis siga golpeando a sus clientes, quienes ya no compran las mismas cantidades o calidades de productos de hace un año atrás.

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Fuente: El Deber

“Por ejemplo, el alimento para perros, antes llevaban de a cinco kilos, ahora solo compran uno; los enlatados subieron mucho, la leche Nido (en polvo) que costaba 55 bolivianos, ahora vale 95 y ya nadie compra, solo la nacional”, expresó, mientras muestra la bolsa de color azul del producto.

El vendedor señaló que los proveedores de productos también han “cortado” muchas promociones, que consistían en añadir un ‘extra’ al producto, como un paquete de servilletas al empaque de papel higiénico o una esponja al detergente lavavajillas.

De acuerdo con los expertos en mercadeo, los vendedores de tiendas de barrio o de mercados, son uno de los principales termómetros del comportamiento del consumo en el país, ya que tienen relación directa entre el proveedor y el consumidor, es decir, es el intermediario.

En efecto, la última medición del Índice de Confianza del Punto de Venta (IC-PDV) que realizó la empresa de investigación de mercado, Zoomin, en el eje troncal del país, el 2024 cerró con una tendencia negativa llegando a los 72 puntos, es decir, 28 puntos por debajo de la línea del 100, que divide la zona de confianza de la zona de desconfianza (ver gráfico).

Juan Carlos Jara, gerente de la firma, explicó que esto es una manifestación del sentir del propietario de la tienda de barrio y del puesto del mercado, respecto de la realidad que enfrentan con relación a la caída de sus ventas y de las expectativas que tienen para los próximos 12 meses.

Sostuvo que durante el 2024 el consumo de productos de la canasta familiar se vio afectado por la coyuntura económica que vive el país. “Hemos pasado un año con muchas dificultades esto debido a la escasez de dólares y su encarecimiento en el mercado paralelo, que marca al cierre del año con un valor de 11,1 bolivianos, 60% más caro que el oficial, con afección directa en la importación de productos e insumos para atender las necesidades del mercado. A esto le debemos agregar la falta de combustible y sus efectos en la cadena productiva además los conflictos sociales derivados de toda esta situación”, señaló.

Al mismo tiempo, afirmó que todo este conjunto trajo como consecuencia el incremento de los precios de los productos y la disminución del poder adquisitivo además de la incertidumbre en los diferentes sectores.

“La disminución del poder adquisitivo y la incertidumbre han llevado a los consumidores a priorizar los productos básicos y reducir el gasto en bienes y servicios no esenciales. Los consumidores optan por buscar alternativas más económicas en la migración hacia productos sustitutos, marcas más económicas, promociones y/o empaques más funcionales a sus bolsillos”, remarcó.

Señaló que esto, a su vez, provoca que los fabricantes y los canales comerciantes busquen adecuarse, lo mejor que pueden, a la realidad económica y concentren sus esfuerzos en aquellos productos que se adapten mejor a las necesidades de los consumidores atendiendo las variables mencionadas anteriormente. “El escenario 2025 proyecta seguir por el mismo camino en tanto no se presenten las medidas correctivas necesarias para enfrentar la situación”, agregó.

Ventas al detalle

En la venta de doña Juana, en la zona del Barrio Guapurú, ya no hay carne “de primera”. El año pasado, en la surtida tienda, se podía encontrar hasta ‘cuadril’ para hacer churrasco, pero ahora lo que más compran es carne molida y “de segunda”, indicó. Otro de los cambios notorios en las ventas es el de la leche. “Ahora llevan más esa que tiene soya”, dijo una de las vendedoras.

Juan Carlos Jara indicó que el estudio de Zoomin resalta una reducción del consumo de los clientes en los PDV medidos, especialmente por las familias que se abastecen en estos lugares. Una de las variables es la clara manifestación del incremento de la valoración que el PDV le da a las promociones, los descuentos y los créditos.

“La valoración que (las tiendas de barrio o puestos de mercado) le da a las promociones subió cuatro puntos, versus el segundo trimestre del 2024 y pasó del tercer lugar en la tabla, a empatar en el primer lugar de los atributos más valorados”, explicó.

Según Jara, los comerciantes entienden que las promociones los ayudarán a poder generar mayores ventas mientras que los descuentos y los créditos les permitirán abastecerse de mejor manera, dado que al tener una menor rotación, la recuperación de capital para volver a comprar se ralentiza. “Y a esto se agrega que la inflación que venimos enfrentando genera, como ya dijimos, un aumento en los precios y los valores de ayer, que pueden no ser los de mañana”.

Pedro Cabrera, consultor Senior en Marketing y Comunicación, consideró que durante el 2024, el consumidor boliviano ha mostrado un comportamiento cauteloso debido a la incertidumbre económica, la devaluación del boliviano frente al dólar y la inflación moderada. “Este contexto ha llevado a un aumento en las decisiones de compra basadas en precios y promociones, priorizando productos esenciales sobre los suntuarios, más allá de optimizar sus recursos eligiendo opciones más económicas y evaluando calidad y durabilidad”.

En ese sentido, detalló que disminuyó la compra de productos de lujo y electrodomésticos grandes por parte de las familias, que ahora prefieren priorizar el gasto en bienes esenciales. También disminuyeron las ventas de vehículos nuevos, debido a que la falta de dólares y las altas tasas de interés han dificultado su adquisición.

“La compra y venta de terrenos y casas sufrió un sacudón fuerte, inclusive, con vicios de estancamiento. Y obviamente, existe un impacto general en la economía familiar. El Covid-19 nos enseñó qué significa no ahorrar y luego padecer problemas o limitaciones de todo tipo. Por eso, este momento económico del país, para nada positivo, inspira a ajustar el bolsillo en todos los frentes. Una prueba de ello es cómo creció el mercado de la ropa usada frente a la nueva”, aseveró.

Sobre los puntos de venta horizontal (mercados, ferias, supermercados), Cabrera consideró que enfrentan tensiones debido a retrasos en pagos y falta de stock, principalmente en productos importados afectados por restricciones de divisas. Por eso, negocian descuentos por volumen y buscan nuevos proveedores para diversificar riesgos.

Lo que se viene en 2025

El analista económico Walter Morales, señaló que debido a la desaceleración económica y el incremento de los precios, principalmente en el segmento de tiendas de barrio, los negocios deben evaluar la elasticidad, que permite ver si pueden trasladar razonablemente el incremento de precios que tienen para sus compras, sin que se afecte significativamente su cantidad demandada.

“Aquí entran también en juego otros factores que hacen a sus capacidades de negociación (con los proveedores), como el crédito, nivel de compra, descuentos y colaboración en las estrategias de las tiendas de barrio”, dijo, al mencionar -por ejemplo- el cambio de tamaño y formatos para presentaciones y envases, compensación de precios en otros formatos de venta o productos, lanzamiento de nuevos productos y ofertas (descuentos), retiro etiquetas de precios y reorientación de la producción a segmentos o mercados menos controlados.

“Es un comportamiento usual ante el cambio del consumidor en su afectación de capacidad de compra. Entonces, se vuelve más prudente y ahorrativo que antes”, agregó Morales.

Por su parte, Pedro Cabrera manifestó que la gente se está preparando para una época para nada próspera en el negocio de la compra/venta. Para 2025 se espera que este comportamiento persista y aumente ante las elecciones nacionales.

“Depende lo que ocurra antes y después de este acontecimiento, el mercado de oferta y demanda será otro cantar y es impredecible. Podemos pasar desde la especulación total hasta una economía de guerra, pero no a una bonanza”, advirtió.

En relación a los consumidores, sugirió priorizar compras al por mayor en alimentos no perecederos y optar por productos/locales que ofrecen precios competitivos y aprovechar descuentos estacionales y promociones de fidelidad.

Para los fabricantes y vendedores, sugirió también mejorar la eficiencia logística para reducir costos operativos, innovar en empaques y presentaciones más accesibles para el consumidor y mantener campañas informativas sobre la calidad de sus productos para justificar precios.

“Sin duda, el crecimiento del comercio electrónico que evita, en más de un caso, la intermediación y permite abaratar el producto, es inevitable. Las marcas que aún no se han adaptado deben priorizar esta transición para 2025”, planteó el experto.

Proceso inflacionario

El economista Jorge Núñez Del Prado aseguró que lo que sucede en Bolivia en estos momentos es un proceso inflacionario, al registrarse un aumento sostenido del nivel de precios de bienes y servicios. “Estamos, más o menos desde septiembre del año pasado, con un incremento constante y sostenido de precios. Como ya lo vivimos en los años ochenta, significa que la población pierde su poder adquisitivo y, como no hay un incremento de salarios que pueda paliar el incremento de precios, el poder adquisitivo de la población cae”, explicó.

Señaló que el fenómeno continuará mientras no haya una situación de retaliación que mejore el nivel de ingresos y que las empresas vendan más.

Precios de los alimentos, los más inflacionarios 

El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, sobre el reciente informe de Índice de Precios al Consumidor (inflación) que brindó el Instituto Nacional de Estadística (INE), señaló que en bienes y servicios diversos llegó al 17,82%, muebles, bienes y servicios domésticos al 13,09% y alimentos y bebidas no alcohólicas al 15,40% a finales del 2024.

Destacó que los alimentos y bebidas no alcohólicas, que encierra la mayor parte de los productos o artículos de alta demanda o mayor consumo por la población, tuvo un récord histórico, ya que su inflación acumulada (15,40%) fue la más elevada en los últimos 16 años, es decir del 2009 al 2024.

“Solo en el 2010 se observó un dato elevado, de 11,62% de inflación acumulada en dicha división. Inclusive, revisando la inflación por grupo, la de alimentos, ha presentado igualmente su cifra más alta durante el 2009-2024, con un dato del 12,99% de inflación acumulada en diciembre de 2024”, sostuvo Romero.

Según el analista, el gobierno responsabiliza a este proceso inflacionario a los bloqueos de Evo Morales, contrabando a la inversa, inflación importada, factores climatológicos, otros, pero ahora también a una guerra especulativa, e indicando que la suba de precios de la canasta básica familiar es parte de una guerra o boicot económico y político, principalmente del sector productivo del oriente boliviano, indicando que tal inflación no es real, sino inducida.

“Una mirada miope y nada sensata, ya que la inflación, además de las causas ya citadas, es producto de una crónica insolvencia e iliquidez de dólares en nuestra economía, producto de una crisis fiscal, que ha dado lugar a la escasez y un precio elevado de la divisa américa, que ha sido la principal causa de nuestra inflación, que sin duda con el desabastecimiento de carburantes, pérdidas de producción agropecuaria,

bloqueos de carreteras, entre otros, ha hecho que la misma se sostenible y acelerada en el 2024”, opinó.

Síntomas de la crisis

DEVALUACIÓN

El poder adquisitivo se contrajo de manera importante, devaluándose la moneda boliviana en un 60% por la inflación, lo que obligo reajustar los gastos y hábitos de consumo de miles de bolivianos, donde muchos entraron a la zona de pobreza.

REALIDAD

Según el economista Fernando Romero, el Gobierno no muestra la inflación real, que sería de dos dígitos al cierre de 2024.

Fuente: El Deber


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