La nave experimental, diseñada para futuras misiones a la Luna y Marte, sufrió una falla en la etapa superior durante su lanzamiento desde Texas, mientras que la sección inferior logró regresar con éxito a la base
Los resto cayeron de la nave cayeron después de perder comunicación con la nave. (Crédito: X / @elonmusk)
Fuente: infobae.com
El ambicioso programa espacial de SpaceX, liderado por Elon Musk, sufrió un revés significativo durante el séptimo vuelo de prueba de su cohete Starship, el más grande jamás construido.
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Según informó The New York Times, aunque la etapa inferior del cohete, conocida como Super Heavy, logró regresar exitosamente al punto de lanzamiento, la etapa superior experimentó una falla catastrófica que resultó en la pérdida de la nave mientras ascendía hacia el espacio. Este incidente ocurrió este jueves a las 5:37 p.m. hora del Este, desde la base de lanzamiento de SpaceX en el sur de Texas.
De acuerdo con el medio, la etapa superior, también llamada Starship, sufrió un apagado prematuro de algunos de sus motores, lo que provocó la interrupción de las comunicaciones con la nave aproximadamente 8,5 minutos después del despegue.
Videos publicados en redes sociales mostraron lo que parecían ser restos del cohete cayendo sobre el Caribe, lo que sugiere que la nave se desintegró en pleno vuelo. Kate Tice, presentadora de la transmisión oficial de SpaceX, confirmó la pérdida de la nave al declarar: “Podemos confirmar que perdimos la nave”.
Un éxito parcial: el regreso del Super Heavy
A pesar del fracaso de la etapa superior, SpaceX logró repetir un hito importante con el Super Heavy, la etapa inferior del cohete. Este componente, equipado con 33 motores Raptor, fue capaz de regresar al punto de lanzamiento y ser capturado con éxito por los brazos mecánicos de la torre de lanzamiento. Este logro, que ya había sido alcanzado en vuelos anteriores, demuestra avances en la reutilización de componentes clave del sistema de lanzamiento.
El Super Heavy, que mide 120 metros de altura y genera 16 millones de libras de empuje al despegar, es una pieza fundamental del diseño del Starship. Sin embargo, el éxito en su recuperación no fue suficiente para compensar la pérdida de la etapa superior, que debía completar una trayectoria suborbital y realizar un amerizaje controlado en el Océano Índico.
La nave aterrizó la base de lanzamiento, a diferencia de la etapa superior. (Crédito: X / @elonmusk)
Cambios en el diseño y nuevos desafíos técnicos
El séptimo vuelo de prueba introdujo modificaciones significativas en el diseño del Starship, según detalló The New York Times. La nave fue alargada para incluir tanques más grandes, capaces de almacenar un 25% más de combustible. Además, se realizaron ajustes en los sistemas de propulsión, el escudo térmico y las aletas superiores, que fueron rediseñadas y reubicadas para minimizar los daños durante la reentrada a la atmósfera.
Otro de los objetivos de esta prueba era evaluar un sistema de despliegue de satélites similar a un dispensador de caramelos PEZ. La nave estaba equipada con 10 satélites de prueba, diseñados para simular los futuros satélites de la red Starlink de SpaceX. Estos satélites debían seguir la trayectoria del Starship y desintegrarse en la atmósfera sobre el Océano Índico. Sin embargo, la falla de la etapa superior impidió que esta parte de la misión se llevara a cabo.
Fragmentos del Starship caen sobre el Caribe después de perder comunicación con la nave. (Crédito: X / @elonmusk)
Impacto en el cronograma de desarrollo
El fracaso de este jueves representa un retroceso en el ambicioso cronograma de desarrollo de SpaceX, que busca convertir al Starship en un vehículo confiable para misiones tripuladas y de carga. Según The New York Times, la compañía había solicitado aumentar el número máximo de lanzamientos permitidos desde su base en Texas, pasando de cinco a 25 por año, con el objetivo de acelerar las pruebas y perfeccionar el diseño.
No obstante, la Administración Federal de Aviación (FAA) podría exigir una investigación exhaustiva sobre la causa del fallo antes de autorizar nuevos lanzamientos. Aunque la FAA había aprobado previamente múltiples vuelos de prueba bajo la condición de que ciertos fallos no requerirían investigaciones adicionales, la lluvia de escombros generada por este incidente podría cambiar esa postura.
Fragmentos del Starship caen sobre el Caribe después de perder comunicación con la nave. (Crédito: X / @elonmusk)
El futuro del Starship: de la Luna a Marte
El Starship es una pieza central en los planes de exploración espacial de SpaceX y de la NASA. Elon Musk ha declarado que este cohete será el vehículo que llevará a los humanos a Marte en el futuro. Por su parte, la NASA ha contratado a SpaceX para desarrollar una versión del Starship que transportará astronautas desde la órbita lunar hasta la superficie de la Luna como parte de la misión Artemis III, programada para 2027.
Sin embargo, el reciente fallo podría retrasar aún más los planes de SpaceX para realizar vuelos tripulados. Jared Isaacman, empresario y astronauta privado que había sido seleccionado para participar en el primer vuelo tripulado del Starship, podría ver pospuesta su misión. Además, su reciente nombramiento como administrador de la NASA por parte del presidente electo Donald Trump podría mantenerlo en tierra por un tiempo indefinido.
Fragmentos del Starship caen sobre el Caribe después de perder comunicación con la nave. (Crédito: X / @elonmusk)
Un historial de avances y contratiempos
Los vuelos de prueba anteriores del Starship han mostrado un progreso constante, aunque no exento de problemas. Durante el sexto vuelo, realizado en noviembre, la etapa superior logró completar una trayectoria suborbital y amerizar en el Océano Índico, pero posteriormente volcó y explotó. En esa ocasión, el Super Heavy también reingresó a la atmósfera, aunque no pudo ser capturado debido a daños en los sensores de los brazos mecánicos.
El séptimo vuelo, sin embargo, marcó la primera vez que SpaceX no logró repetir todos los hitos alcanzados en pruebas anteriores. Este revés subraya los desafíos técnicos que enfrenta la compañía en su esfuerzo por desarrollar un sistema de lanzamiento completamente reutilizable y confiable.
Fragmentos del Starship caen sobre el Caribe después de perder comunicación con la nave. (Crédito: X / @elonmusk)
Un cohete sin precedentes
El Starship, con una altura total de 122 metros (403 pies), supera en casi 30 metros a la Estatua de la Libertad, incluida su base. Su diseño futurista, construido en acero inoxidable, recuerda a los cohetes de las películas de ciencia ficción de los años 50. La etapa superior está diseñada para transportar tanto carga como pasajeros, con la capacidad de realizar misiones a la Luna, Marte y más allá.
A pesar de los contratiempos, Elon Musk mantiene su optimismo característico. En una publicación en la red social X, compartió imágenes de los restos del cohete y comentó: “El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado”.