Claves personales y diplomáticas´de la ausencia de Arce en Caracas


Arce evitó la foto con Ortega, Díaz Canel y Maduro, pero también pesó el malestar por el apoyo del gobierno venezolano a Evo Morales. La situación de la canciller Sosa sigue siendo un misterio

Claves personales y diplomáticas´de la ausencia de Arce en Caracas



Luis Arce en Tarija

Miguel V. de Torres

Fuente: https://elpais.bo

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Un tinglado en Tomina, el 45 aniversario de las Bartolinas Sisa y un ampliado del Pacto Urbano en Tarija fue la agenda recargada que le impidió al presidente Luis Arce acudir al acto de posesión de Nicolás Maduro en Caracas el viernes 10 de enero. Sus asesores podían haberse esforzado en montar una agenda con más brillo, pero optaron por dejar meridianamente claro que se trató de una decisión política y no de una incompatibilidad de agendas con actos de vida o muerte que requerían de la presencia del presidente en Bolivia.

¿Diplomacia?

El primer análisis invita a pensar que Arce evitó aparecer en la misma foto que Daniel Ortega, presidente de Nicaragua y Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, que junto al propio Maduro conformar “el eje del mal” versión sudamericana por la forma en la que han administrado sus países en los choques con las diplomacias hegemónicas.

A priori no era una decisión tan difícil de tomar. Arce tiene unas elecciones complicadas en agosto en las que no ha confirmado su participación, pero que sí ha marcado como prioridad de su gobierno, y el recuerdo de 2019 es radioactivo más allá de que la deriva de su gobierno, abrazado íntimamente a la sala IV del Tribunal Constitucional, lo haya alineado aún más al bloque autoritario.

En sus cuatro años largos de gobierno, Arce ha marcado como prioridad la relación con Maduro, incluso ha asistido a cumbres del ALBA en momentos de crisis local y ha sacrificado relaciones y oportunidades dentro de Mercosur – cuya gestión de ingreso pleno avanza a paso tortuga – y de otros foros. Por ejemplo, fue el gran excluido de la foto del eje progresista continental que se tomaron en Río Claudia Sheinbaum, Gustavo Petro, Lula da Silva y Gabriel Boric durante el foro del G20 en un momento en el que Arce también participaba.

La apuesta por Maduro tal vez ha perjudicado las relaciones con estos otros líderes que podían haber allanado muchos problemas. Petrobras ha congelado su actividad en Bolivia y comprará gas argentino, por ejemplo, mientras que Arce solo ha recurrido desesperadamente a Boric cuando ha tenido problemas para desembarcar combustible, pero apenas nada se ha imaginado de una relación diferente respecto a los temas abiertos del mar y las aguas del Silala. Lo que es seguro es que la apuesta por Maduro no ha tenido ninguna contrapartida de interés nacional en ninguno de los campos sensibles.

¿O enfado personal?

En ese marco de relación complicada, otros analistas y asesores cercanos al gabinete señalan que la decisión tuvo más que ver con un asunto personal: El apoyo del gobierno de Venezuela y su petrolera PDVSA a Evo Morales ha sido constante incluso después de que iniciaran las hostilidades de forma abierta entre ambos, lo que Arce considera una deslealtad, pues no en vano toda la actividad política del expresidente tiene como eje desestabilizar al gobierno.

Evo Morales no ha asistido a la ceremonia en Venezuela por motivos también evidentes: aunque ayer la Justicia Argentina rechazó abrir un proceso por la denuncia de trata de menores como denunciaron autoridades del gobierno vecino, en Perú también hay algunos procesos latentes que pueden darle un disgusto si su viaje se desvía, pero la principal amenaza de hecho está en Bolivia: el ministro de Gobierno tiene el operativo previsto para detener a Morales cuando se den las condiciones y  sus bases iniciaron precisamente ayer movilizaciones “de protección” desde Patacamaya hasta plaza Murillo para enfrentar al gobierno. Salir del país no parecía la mejor opción.

Celinda Sosa

Otra de las consecuencias que deja toda la gestión política respecto a la posesión de su aliado Nicolás Maduro es la delicada situación de la Cancillería, un ministerio siempre deseado pero que atraviesa ciertos problemas de liquidez por la falta de dólares, lo que ha generado vacantes en sedes diplomáticamente importantes.

Sosa llevaba un mes de baja por cuestiones médicas, pero el jueves su viceministro de Gestión Consular e Institucional, Fernando Pérez, la tiró al frente asegurando que encabezaría la delegación. Hasta el cierre de la edición no se publicó una sola imagen de la canciller en Caracas alimentando de nuevo los rumores sobre la estabilidad en el cargo y la pugna desatada entre quienes ambicionan ocupar el espacio de la tarijeña.

El “momento Tuto” tendrá que esperar

El otro boliviano llamado a ser protagonista en la jornada del viernes en Venezuela era Tuto Quiroga, adscrito como expresidente al lobby más activo e influyente de apoyo a la oposición venezolana y que junto a Andrés Pastrana y otros habían anunciado que ingresarían al país por aire para arropar a Edmundo Gonzáles, candidato de la oposición, en una hipotética posesión paralela.

Esto no sucedió y la propia María Corina Machado señaló que le recomendó hacerlo cuando “se den las condiciones”. Ayer no fue ese día y Tuto guardó un disciplinado silencio en redes sociales a la espera de que la oposición venezolana vaya organizando sus siguientes pasos, seguramente después de la asunción de Donald Trump y Marco Rubio.


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