Grupos de diferentes credos trabajan juntos para brindar apoyo humanitario a los damnificados, destacando la diversidad cultural y espiritual como eje de solidaridad en medio de la tragedia.
Por Alejandra Villalobos
Fuente: Infobae
Los devastadores incendios forestales que afectan al condado de Los Ángeles, considerados los peores en la historia del estado de California, han generado una respuesta de solidaridad sin precedentes por parte de diversas comunidades religiosas. Según NBC News, grupos de diferentes credos, desde iglesias bautistas hasta templos budistas, han unido esfuerzos para brindar apoyo a los miles de damnificados, destacando la diversidad cultural y religiosa de la región como un factor clave en la organización de estas ayudas.
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La región, conocida por ser un crisol de culturas, ha mostrado su resiliencia y capacidad de respuesta a través de acciones concretas como la distribución de alimentos, recaudación de fondos y provisión de suministros básicos. Este esfuerzo interreligioso no solo proporciona alivio a las familias afectadas, sino que también resalta cómo la diversidad religiosa puede convertirse en un motor para la acción humanitaria.
Además de los esfuerzos humanitarios, los líderes religiosos han organizado espacios de contención emocional para las víctimas. En muchas comunidades, los centros religiosos han abierto sus puertas no solo para ofrecer ayuda material, sino también para brindar acompañamiento espiritual. Consejeros, pastores y voluntarios capacitados están trabajando con las familias que han perdido sus hogares, ofreciendo apoyo psicológico y oraciones grupales en un intento por ayudar a reconstruir el sentido de comunidad y esperanza. Esto ha sido particularmente importante en un momento en el que muchos enfrentan no solo pérdidas materiales, sino también el trauma emocional de haber sobrevivido a una catástrofe.
La diversidad religiosa como motor de ayuda humanitaria
El papel de las comunidades religiosas de origen asiático ha sido particularmente significativo. Los asiático-americanos, el tercer grupo racial más grande de Los Ángeles, han encabezado diversas iniciativas en templos hindúes, mezquitas musulmanas y centros budistas. Estas acciones reflejan la capacidad de estas comunidades para movilizarse rápidamente y coordinar recursos en momentos de crisis.
Un ejemplo destacado es el trabajo de United Sikhs, una organización afiliada a las Naciones Unidas que cuenta con experiencia en la respuesta a desastres naturales y conflictos globales. En esta ocasión, su enfoque se centra en las víctimas de los incendios en el sur de California. Moninder Singh, miembro de la organización, ha liderado la distribución de alimentos y bebidas en un Gurdwara (templo sij) en Covina, California. “Cuando servimos chai, hay un brillo en los rostros de las personas, como si les estuviéramos dando oro”, comentó Singh, quien también prepara samosas para los afectados.
El concepto de Seva impulsa el servicio a la comunidad
En la tradición sij e hindú, el concepto de Seva, que significa servicio desinteresado, ha sido fundamental para guiar los esfuerzos de ayuda. Mehul Patel, voluntario del templo hindú BAPS Shri Swaminarayan Mandir en Chino Hills, explicó que esta filosofía inspira su trabajo. “En la alegría de los demás, reside nuestra propia alegría”, señaló Patel, citando al fallecido líder espiritual Pramukh Swami Maharaj.
El grupo se movilizó apenas 24 horas después de que comenzaran los incendios, recolectando donaciones como agua potable, botiquines de primeros auxilios y sacos de dormir. Además, lanzaron el fondo de ayuda y recuperación #SOCALSTRONG, que ha recibido contribuciones tanto locales como internacionales. Patel subrayó que esta respuesta refleja no solo el impacto global de Los Ángeles, sino también el deseo de las personas de apoyar a quienes enfrentan estas adversidades.
La ayuda interreligiosa fortalece la unidad en la crisis
La colaboración entre diferentes credos también ha jugado un papel crucial en la respuesta a esta emergencia. La organización budista Tzu Chi USA ha reunido donaciones y distribuido suministros esenciales para los damnificados, mientras que en su centro de servicio en el Valle de San Gabriel organizaron una oración interreligiosa, fortaleciendo los lazos entre diversas comunidades.
Por otro lado, iglesias locales como la Mandarin Baptist Church of Los Angeles han trabajado en alianza con organizaciones internacionales, como World Vision, para distribuir artículos esenciales a las familias afectadas. Según Justin Chang, ministro de alcance comunitario de la iglesia, han ayudado a diez familias durante una jornada reciente, entregando mantas, agua, útiles escolares, juguetes, kits de higiene y mascarillas. “Algunos de nuestros miembros tienen recursos y pueden quedarse con amigos o familiares, pero otros lo han perdido todo y están tomando lo que necesitan”, explicó Chang.
La comunidad musulmana enfrenta su propia pérdida
Mientras tanto, en Altadena, la comunidad musulmana lidia con la pérdida de la mezquita Masjid Al-Taqwa, destruida por el incendio Eaton el pasado 7 de enero. Fundada en la década de 1970 por musulmanes afroamericanos, esta mezquita era un pilar de apoyo para las familias de la zona, promoviendo diversidad y unidad.
Pese a esta pérdida, la comunidad musulmana no ha dejado de ayudar a quienes enfrentan las consecuencias de los incendios. Se han organizado para proporcionar refugio temporal, alimentos y otros recursos esenciales, destacando su capacidad de resiliencia y su compromiso con el bienestar colectivo.