Cristina Wayar rompe el silencio y denuncia que fue víctima de estupro de parte de «El Papirri»


La artista paceña Cristina Wayar decidió romper el silencio y denunció, mediante sus redes sociales, que fue víctima de estupro por parte Manuel Monroy, conocido como El Papirri, en el Conservatorio de Música de La Paz. Por su parte, Monroy aún no se pronunció.

URGENTEBO

Cristina Wayar y «El Papirri». | RRSS

 



Fuente: lostiempos.com

Wayar hizo una denuncia pública en sus redes sociales y expuso que el hecho ocurrió cuando tenía 14 años. “Entonces llegó una invitación importante: El Papirri, su tío (de su amiga), quería que grabáramos los coros de una canción para su nuevo disco. La Anita me entregó la partitura escrita a mano; demasiados bemoles para leerla a primera vista”.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

La grabación se realizó en la planta alta de Obrajes. «Alasita, ala plena, alasita, rebaja casera. Alasita, alarila, sé que el Ekeko cambiará mi vida.»

Un año después, el Papirri fue su profesor de teoría solfeo y armonía. Wayar relató: “En ese tiempo el periódico El Caraspas era mi refugio de entusiasta escribiente. Se me ocurrió entrevistar al maestro. Y en la tarde de esa entrevista pasé de estudiante a amante, de aprendiz a Geisha, de admiradora a amada… en zamba sin letra y a escondidas”.

Cuando el padre de Wayar se enteró del asunto convocó al cantautor a un almuerzo en el restaurante de Mercedes Urioste dejándole saber que no estaba de acuerdo. Posteriormente, hizo la denuncia, pero esta fue archivada en el despacho del Viceministro de Cultura, «el primo Ramón Rocha».

Ocho años más tarde, Wayar, madre de una bebé, fue nuevamente estudiante de  Manuel Monroy en el Conservatorio.

“El profesor quiso robarme un beso, pero la niñita había desaparecido y en su lugar estaba una mujer joven lista para comerse al mundo en lugar de ser bocadillo”, relata la víctima.

Wayar hizo una denuncia ante el Conservatorio y el Ministerio de Educación.

“Hoy 24 de enero, hoy que mi papá Ekeko cumple 70, la cancioncita suena a la necesidad imperativa de hablar del estupro, de los mecanismos del poder que siguen vigentes para taparlo, de los quiebres emocionales que no tienen reversa, de la necesidad de cuidar y respetar a lo tierno y de los muchos significados, ala plena, de Alasita”, finaliza Wayar.

Fuente: lostiempos.com