Fuente: https://ideastextuales.com



Hugo nació en 1948 en Santa Cruz de la Sierra, se casó a los 20 años y se separó de la esposa en 1983.  Tuvieron tres hijos. Como era usual en la época, la prolijidad de la vida privada la postergó a cambio de la comodidad de cumplir su deber de “proveedor” de la familia formada y dejar para después el divorcio, la separación de bienes, con los cuales siguió sus actividades productivas e inmobiliarias en base a sus propiedades.  Hacia fines de los años 90, Hugo tenía 7 hijos: todos mayores de edad.  Vivía solo o en casa de su madre pero no estaba solo. La vida social, rodeado de amigos y tertulias, lo acompañó hasta hace poco, como siempre.

Pinky es como la conocen, las amigas, las primas y la familia cercana, a Fátima.  Soltera, sin hijos, hija y sobrina de un grupo matriarcal hecho para el trabajo diario desde la infancia, supo valerse por sí misma desde pequeña.  Su abuela le inculcó con su ejemplo que había que el matriarcado debía salir adelante, como su prima hermana Charito.  Pinky es instrumentadora quirúrgica, con especialidad en plástica, conocida en el medio médico profesional por su trabajo.  Aún así, decidida a mantener a su madre y a un sobrino a su cargo, inició una fraccionadora de alimentos en 1998 y comercializaba productos de diferentes marcas.  Tenía su casa, era libre, no quería tener hijos, ni amarrarse a nadie, quería conocer el mundo, tener su trabajo, plata para viajar y morirse a los 50. Los planes de una mujer decidida a cumplir sus sueños y vivir a su modo.

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En 1999, Hugo tenía 52 años y Pinky casi 33.  Los presentaron de casualidad: él, coqueto, la saludó con un “es usted una hermosura” y ella no se quedó callada “y usted un hermosuro”.  El día de su cumpleaños, tiempo después, ella recibió en su casa, sorprendida, flores, mariachi y una tarjeta firmada por Hugo: “Felicidades, Hermosura”.  En 1999 se conocieron y, desde entonces, no se separaron.

 

La vida azarosa de Hugo terminó el día que se sintió mal de salud y pidió permiso a la mamá de Pinky de quedarse en la casa y se quedó para siempre en su vida. El pasado de soledad de Hermosuro quedó en el siglo que llegaba a su fin.

En 2001 Pinky y Hugo decidieron comprar de forma compartida un departamento. Cada uno pagó la mitad y desde entonces fue su hogar.  “Nunca vivimos mal ni como ricos. Cada uno con su independencia económica.  Tuvimos una vida social pública desde el principio. Siempre fuimos juntos a todos lados, querido por mi familia, por mi madre. Era amigo de mi madre, porque eran del mismo barrio”, se emociona Hermosura.

En el departamento que adquirieron juntos y comparten desde 2001.
La colección de gorras de Hugo en su hogar con Pinky.

Lo que fue una vida de amor y consagración, se transformó en una peregrinación legal para reclamar por la dignidad, la integridad y el derecho de Hermosuro a la vida feliz que eligió en 1999 junto a ella.

Desde el día que la invitó al campo a pasar el Año Nuevo del 2000, Hermosura aprendió a ir de un puesto al otro, a marcar vacas, a cocinar a leña. Ella, total citadina, y de pronto le  gustó esa vida. Iban a cazar, a pescar, se hacía cargo de la alimentación de los trabajadores de los puestos, dormían en hamaca, vivía picada de roco-roco, aprendió a ver una víbora y a no asustarse, aprendió a disparar porque cuando Hermosuro se iba al monte y le decía que debía protegerse quedándome sola en el campo.  La vida misma del campo cruceño.

 

Un día él tuvo un accidente en la laguna Concepción con su comparsa (los Taitao) y se cortó el pie con una botella rota al fondo de una moto náutica.  No pudo manejar mucho tiempo y entonces era Hermosura quien conducía la camioneta para ir y venir del campo a continuar atendiendo el trabajo. Ella, a la par, siguió con su trabajo manteniendo a su madre y a su sobrino.

En 2018 Hermosuro enfermó y ella lo interna en la Clínica Foianini por un diagnóstico de Aspergillus, un hongo en los pulmones que queda latente de por vida.  Es la primera vez que Hermosura toma contacto con sus hijos y la primera vez que lo visitan en la clínica.  Nunca fueron al departamento donde construyeron su hogar como pareja.  Para ella el asunto concluía en que él vivía con ella y no hacía ningún sentido prestar atención a los maltratos de los hijos en diversas oportunidades que se dio el encuentro. Incluso cuando aparecían en su trabajo a insultarla gratuitamente. Cuando él enfermó Hermosura y Hermosuro tenían 22 años juntos.

En la pandemia del COVID, en 2020, Hermosuro y Hermosura se aislaron en su hogar.  Ella lo cuidó extremadamente por lo que venía a ser una dolencia de base. Él, acostumbrado a fumar dos cajetillas diarias de cigarrillos, tenía prohibido hacerlo por la debilidad que provocó el hongo en los pulmones.

En marzo de 2021, la hermana de Pinky lleva a su madre a EUA a vacunarse con las primeras dosis que el mundo conocía para prevenir el COVID.  Hermosuro insistía que debían vacunarse ellos también, quedan con fecha y viajan enseguida. Se quedaron un mes en Tulsa, Oklahoma.  Su hijo menor vive en Houston, y lo quiso ir a visitar.  Le tenía terror al avión así que ella y él viajaron juntos, una oportunidad en que el hijo le agradeció por atender y amar a su padre de esa manera. Tenían una relación de confianza y de profundo amor.

Volvieron a Santa Cruz vacunados con dos dosis de Pfizer.  En 2021, Hermosuro se sintió más libre y comenzó a salir de nuevo a la fraternidad, al Club Social. En septiembre debían  volver a aplicarse el refuerzo pero había que sacar adelante la fábrica de almidón, el campo.  En diciembre, decidieron viajar el 29 pero al final postergaron para febrero del 2022 el nuevo viaje a EUA.

Pero a fin de año en él empezó una tos.  El 31 de diciembre la prueba de Covid dio positivo, sin otros síntomas como fiebre o pérdida de olfato. Al hacer una tomografía el 3 de enero, el 60% de los pulmones estaban comprometidos. Hubo que internarlo. Él tenía claustrofobia y le pidió a ella que se quedara en el aislamiento de la clínica. El 8 de enero bajó su saturación a 60. Lo llevaron a terapia de su mano. Ella firmó y le pidieron  autorización para intubarlo y sintió miedo de la tremenda responsabilidad. Pinky llamó al hijo que residía en EUA y le pidió que sus hermanos fueran a la clínica, lo que a la distancia del tiempo, ella lo ve como un craso error. Llegó la hija a maltratarla pero fue el propio Hermosuro que, conciente, firmó la intubación.  El 10 de enero lo intubaron.  A los 6 días tuvieron que hacerle traqueotomía.  Reaccionó bien, no hablaba pero estaba bien.

Hermosura conmovida cuenta cómo ella le cantaba y él le decía vayamos a la casa.  El 4 de febrero le da un infarto.  Le hicieron tomografía. No tenía daño cerebral. El 8 de marzo, el día del cumpleaños de ella, le informan que le había dado 4 isquimias cerebrales en el lado izquierdo y le afectó al lado derecho. Se le paralizó el lado derecho y perdió el habla.

Ahí comenzó el calvario. Tres veces más entró a terapia, inclusive por una infección al riñón.  Hermosura decidió no rendirse y empezó a buscar ayuda médica en el exterior y encontró el centro Fleni, en la provincia de Buenos Aires, Argentina.

“Nunca manejé el dinero. Sacaba las facturas a nombre de la esposa del hijo menor, Marcelo. Vino dos veces de EUA. Los demás quisieron poner a la madre como administradora del patrimonio de Hugo”, evoca con tristeza.  Su Hermosuro luchaba por su vida junto a ella y no era lo primordial para otros.

Ella no quiere nada para ella, quiere todo para él. Que no le falte nada, que tenga calidad de vida.  Quería que despierte y que sepa que había hecho y hacía las cosas del mismo modo como cuando vivieron juntos todos esos 20 años. Siempre pensando en él primero, que la vida seguía preocupándose por él como cuando vivían juntos. Es lo único que quería. Que tenga la calidad de vida, no solo material, sino lo que los unió para siempre: el amor, la atención, el amor infinito.

Viajaron en un avión ambulancia a Buenos Aires con un médico de la clínica el 23 de junio de 2022. Llegaron a la clínica Fleni y allí estuvieron aislados, Hermosura y Hermosuro, 6 meses y tres días con toda la esperanza de que él se recuperara.  Él miraba como al vacío, al llegar, pero no parecía reconocer.

En la Clínica Fleni, Buenos Aires (2022)
Visita de su gran amigo Juan Callaú en la Clínica Fleni, Buenos Aires, Argentina
Poco antes de volver a Santa Cruz, despidiéndose de las familias de otros pacientes y del personal de la clínica Fleni.
Hermosura y Hermosuro, listos para retornar de la recuperación en la Clínica Fleni para retomar la convalecencia y su vida de 22 años de unión, amor y compañerismo (2022)

En cuestión de 15 días, comenzó a ser otra persona. Dormía bien, colaboraba con las indicaciones médicas y terapéuticas, su mirada mostraba que ya entendía perfectamente lo que sucedía a su alrededor.  Ella aprendió a atenderlo bajo estas nuevas reglas rigurosas de los médicos en Argentina.  Cada 25 minutos debía cambiar de actividad, terapia ocupacional, psiquiatría, fonoaudiología, tecnología, musicoterapia, kinesiología, etc. Los primeros domingos era indiferente a la misa pero luego se bajaba el barbijo para recibir la hostia.  Los hijos lo visitaron en septiembre y lloraron de verlo recuperado.

En diciembre de 2022, los hijos sin avisarle a ella dieron orden de llevarlo de vuelta a Santa Cruz. Le hacen prueba de Covid y le da positivo con aislamiento de 10 días. No la toman en cuenta y deciden llevarlo donde su madre, Mamaína, desconociendo su convivencia, su vida en común en la salud y en la enfermedad con Pinky, la Hermosura de Hugo. Ella les pide que no la separen de su padre hasta que Dios quiera, que ella quiere seguir cuidándolo como lo había hecho durante los últimos 22 años.

Arriban a Santa Cruz y lo suben a un auto. Cuando quiere acompañarlo, la bajan de los pelos, le pegan y le impiden estar a su lado.  El 27 de diciembre de 2022 fue a sentar denuncia y luego fue a la casa en el barrio San Roque, donde tocó timbre hasta que le dijeron desde adentro que no iba a volver a verlo ni a entrar nunca.

En Bolivia, rige la unión libre con los mismos derechos y obligaciones que el matrimonio civil.  El juez resolvió reconocer la unión libre irregular desde 2001 y la unión libre de hecho desde julio de 2022 de Hermosura y Hermosuro (debido a que Hugo no había tramitado ni había sido demandado el divorcio desde la separación de su esposa en 1983 pero había fallecido en 2022).

Los hijos tramitaron la interdicción de su padre ante Agapito Quiroga Padilla, juez décimo sexto de familia de Santa Cruz, quien declaró interdicto a Hermosuro, desconociendo el informe pormenorizado de la Clínica Fleni que da fe de su estado favorable de salud, las prescripciones médicas y la reiterada mención de Pinky como esposa y responsable permanente presente de su paciente, desconociendo sus 22 años de vida común en pareja, su proyecto de vida y su voluntad, entre otras «omisiones» que desvirtúan la obligación judicial de protección de los derechos humanos de Hermosuro. Desde el 12 de octubre de 2023 tiene pendiente de resolver la remoción de tutor en favor de Hermosura, quien ha sido reconocida constitucional y legalmente como la pareja de hecho y de derecho de Hermosuro desde 2001. ¿Dónde está el juez velando por la calidad de vida y el derecho a la dignidad y la integridad, a ser cuidado y amado por la mujer que eligió como compañera y que no abandonó un solo día en 22 años a un ser humano condenado al encierro, el aislamiento y un enfermero en lugar del amor y la compañía que decidió para sí?

Hermosura lucha y aguarda desde hace más de dos años para que le permitan verlo, cuidarlo y no separarse en tanto Dios decida otra cosa. Le niegan este derecho a ambos aún cuando mediante Auto 1570/2023, hace un año y medio la justicia le otorgó como medida cautelar el régimen de visitas a Hermosuro.

La Sala Constitucional Tercera en el acta de audiencia de acción de amparo constitucional por unanimidad subraya que para que una persona obtenga justicia, no debe esperarse a que fallezca sino que no debe haber dilación para proteger su derecho a una vejez digna, reiterando su llamado de atención a la inmediatez a la que se encuentra obligado el juez de atender en tiempo, forma y fondo la demanda, donde de conformidad a la Ley 603 es en primera instancia la cónyuge la persona obligada a prestar asistencia, más aún cuando es ella la que reclama el lugar que le han arrebatado, lugar que ocupa al lado de Hermosuro desde 1999 en una historia de amor que merece continuar, libre de maldad, egoísmo y falta de humanidad.