El periodismo es un viaje sin retorno


 

 



 

Debe ser un viaje sin retorno, sin volver. O eres o no eres. Kierkegaard nos planteaba “o lo uno o lo otro”. En el oficio periodístico debe ser así: cuando cruzas la frontera de la política, pues ahí te debes quedar y no retornar a hacer de periodista. Sin derecho a parapetarse o maquillarse de periodista. Sin derecho a réplica, aunque sea tu derecho a ser candidato u ocupar un alto cargo político.

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Pero en Bolivia, todo se puede, todo es posible. Varios ejercieron el periodismo, se metieron de candidatos por algún partido político y como si nada retomaron los micrófonos y las cámaras para seguir siendo periodistas.  De candidatos perdedores a periodistas exitosos, y de retorno  a las andanzas electorales.

Ojo que los códigos de Ética de las asociaciones de periodistas y de la Confederación de la Prensa lo dicen claramente: no se puede ser periodista y ser político al mismo tiempo, o cruzar la delgada línea. Solo es un mandato moral, no es coercitivo ni taxativo.

El periodismo como plataforma política, de eso lo tienen claro varios de los aprovechadores.

Claro hacer periodismo te da prestigio, eres creíble, llegas a mucha gente. Abres las puertas, impresionas, despiertas emociones, apoyos y rechazos. Gracias a las redes sociales y las tecnologías, cualquier persona se anima a hacer programas periodísticos, porque saben que este oficio es tan noble, tan importante y tan necesario para toda sociedad y Estado.

El sabe lo que quiso desde un principio. Usó su carisma como buen locutor, con voz timbrada y un hablar directo. Poco a poco fue teniendo audiencia con sus programas periodísticos, del deporte a los comentarios políticos. Una escalera que la fue subiendo peldaño a peldaño, sin el importarle el daño que puede ocasionar a la esencia del periodismo.

Fue candidato a Alcalde, cruzó la frontera del periodismo. Perdió las elecciones. Hizo oposición y se atrincheró en sus programas para denunciar al Alcalde.

Retornó a hacer periodismo, se las daba de opinador, entrevistador, etc. Y bueno, regresó a hacer política, a buscar un puestito en la candidatura de la oposición, mejor en la lista de Tuto Quiroga. Estamos hablando de Gary Añez y de muchos otros que cruzaron la línea.

El periodismo es un oficio para siempre y por siempre, uno se hace periodista, se vive del periodismo, lucha día a día por su noble oficio, se esfuerza, tiene logros, errores, a veces lo premian, pero sigue adelante con convicciones, y se muere periodista. O eres periodista o no lo eres.


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