En 2024, la balanza energética del país registró un déficit de 502 millones de dólares; es decir, el país recibió menos dinero por exportación de carburantes y necesitó aumentar recursos económicos para cubrir la diferencia en la importación de combustible.
Fuente: ANF
En los últimos dos años, la escasez de combustible fue recurrente en varias regiones del país. En noviembre, el ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, admitió que el desabastecimiento de combustible se debe a la falta de dólares para pagar e importar mayores volúmenes que garanticen la autonomía por más tiempo. El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, dijo que los actuales ingresos económicos permiten comprar carburantes para un stock de dos o tres días.
La jornada pasada, el presidente interino del Banco Central de Bolivia (BCB), Edwin Rojas, informó el estado de las Reservas Internacionales Netas (RIN) al cierre del 2024.
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Entre sus evaluaciones, resaltó que una de las principales fuentes de ingreso fueron las exportaciones de YPFB que alcanzaron los $us1.879 millones; sin embargo, también aclaró que la mayor erogación de dinero fue para la importación de combustible, representando un gasto total de $us 2.381 millones.
Los bajos niveles de RIN imposibilitan que se pueda adquirir combustible en las cantidades que demanda el mercado boliviano porque el BCB prioriza la captación de dólares para el cumplimiento de los compromisos urgentes, como el pago del servicio de deuda externa.
“Los ingresos que tenemos nos alcanzan para tener este tipo de stock de manera continua; hay veces llegamos a los cinco días, a veces a los seis días, a veces estamos en tres días. Obviamente, si tuviéramos una espalda financiera, nos permitiría contar con un stock más amplio para que nosotros podamos tener un stock que nos permita tener mayores tiempos de autonomía”, dijo Gallardo en noviembre pasado.