«Clamo justicia por mi hija, cómo una autoridad (un coronel) pudo violar a mi hija, no le pueden hacer eso». Con esas palabras, la madre de la teniente víctima de violación múltiple en una unidad militar en Cobija (Pando) reveló que la joven intentó quitarse la vida tras la agresión. Además, la familia denunció que se buscó encubrir a los militares involucrados y que la oficial recibió amenazas.
«Le han amenazado con su baja. Aturdida, se ha querido quitar la vida», reveló la hermana de la víctima. A su lado, durante una entrevista con el portal ACTIVA TV, su mamá pedía entre lágrimas justicia para su hija, una joven oficial de las Fuerzas Armadas.
La Fiscalía informó que tres militares son investigados por violar a la oficial. De ellos, dos ya fueron aprehendidos. Los acusados son el soldado Gabriel L. S., el teniente Daniel E. A. y el jefe del Batallón VI de Ingeniería Riosinho, el coronel Luis F. D. S. Este último sería el principal sospechoso.
Según la hermana de la víctima, en la unidad militar se intentó encubrir el delito. «Al teniente lo han hecho escapar a Cochabamba. El coronel pensaba irse a su nuevo destino», reveló y contó que una capitana también estaría involucrada, ya que sabía de la agresión sexual y se encargó de persuadir a la víctima para que no denunciara el hecho.
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Horas de desesperación
En los últimos días, la mamá y los familiares de la víctima vivieron un calvario. Primero se enteraron en la ciudad de La Paz que la oficial se encontraba en un hospital de Cobija, porque intentó quitarse la vida.
«El lunes me llamaron y me dijeron que mi hija estaba en el hospital, que había tomado veneno para matarse. No me dijeron por qué», contó entre lágrimas la mamá. Relató que ese día salió de inmediato de su casa y se dirigió a una dependencia militar, ubicada en la sede de Gobierno, para buscar información y comunicarse con la joven.
Desesperada, ingresó a esa dependencia y pidió ayuda para comunicarse con su hija. «Les dije que no tengo a nadie allá (Cobija). Les pedí que llamen al coronel, qué pregunten qué pasó», relató.
El personal de esa dependencia militar hizo la llamada a la capital pandina y confirmó que la joven estaba en el hospital. «Yo les dije: quiero ir a Cobija», indicó y contó que buscó un vuelo en dos aerolíneas, pero ese destino no estaba disponible. Intentó viajar por tierra, pero la ruta a través de Caranavi, no era la mejor opción a causa de las lluvias.
«Me han dicho: ‘no se preocupe, señora, a ella la están resguardando bien, está bien cuidada, una capitana está a su lado, está saliendo del coma'», dijo la mamá, quien volvió a casa con la esperanza de recibir ayuda y a la espera de recibir la confirmación de un vuelo a la capital pandina.
Luego, un uniformado se comunicó con la mamá y le dijo que consiguió dos pasajes para un vuelo rumbo a Cobija. «Me dijo: ‘siéntase tranquila, ya hemos hablado allá, su hija está resguardada, está con la policía, también está en el hospital. Tiene que estar a su lado. En cuanto usted esté por allá, no le va molestar, no le preguntes nada, requiere su compañía'», contó la mamá, quien viajó a ese municipio en compañía de su otra hija.
Fue obligada a consumir bebidas alcohólicas
De acuerdo con el testimonio de la mamá, el día de la agresión, su hija estaba arrestada en el cuartel. «Él (el coronel acusado) le ha dicho: ‘sarna, quiero que tú prepares la coa para la Pachamama. Mi hija ha preparado eso'», contó.
Luego, durante ese ritual, el principal acusado, el coronel, llegó en estado de ebriedad a la unidad militar y repartió cervezas a los otros uniformados, según el testimonio de la mamá. Al ver a la oficial, la obligó a sentarse y a consumir la bebida alcohólica. Como estaba arrestada, ella se las ingeniaba para salir del lugar de rato en rato e ir al baño, pero su superior se dio cuenta.