El ‘Ducker’, de la República Checa, con dos motores, uno de los vehículos más fotografiados entre coches mucho más caros y potentes.
FABIO MARCHI
Fuente: https://www.mundodeportivo.com
Entre todos los coches del Dakar, hay dos en particular que llaman la atención en el vivac. No por su gran potencia, ni por su ruido, ni tampoco por su velocidad y rendimiento. En esos aspectos, tienen la de perder. Pero son dos de los coches más fotografiados de la caravana dakariana. Se trata de los dos Citröen 2CV que compiten en el Dakar Classic. El dos caballos de toda la vida. Y entre ellos, el más pintoresco y curioso es el de la tripulación checa Barbora Holicka y Lucie Engova, que repiten en el Dakar Classic después de terminar en su debut el pasado año.
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Barbora había competido en rallies al volante de un Citröen, así que su idea era acudir con un mítico ZX, pero no le llegaba el presupuesto para ello y escogió entonces un 2CV, un coche con el que Holika y Engova querían ser las primeras en terminar el Dakar con este modelo, aunque fuese en la clase de clásicos. Pero lo quisieron hacer de una forma distinta: con una decoración que no pasa desapercibida. Cada vez que alguien ve ese coche por el vivac se gira o saca el teléfono para hacerle una foto. Todo ello, gracias al artista checo Josef Rataj, que lo llenó de colores como el rosa, amarillo y azul. Y en su lateral, el dibujo de un pato amarillo que tiene fácil explicación.
“El coche se llama ‘Ducker’, que en inglés suena como la ‘Dakar’. En la república checa, a este coche le llamamos ‘pato’, que en inglés es ‘Duck’. Así que le llamamos ‘Duckar’, un pato dakariano”. Aseguró Barbora a MD en pleno vivac del Dakar.
La estructura que tiene el ‘Ducker Team’ en el campamento es llamativa. Ante enormes equipos, con decenas de efectivos y recursos, este equipo llama la atención por su humildad. Es imposible no acercarse a su asistencia. Allí, tres mecánicos arreglan el coche dentro de una carpa montada al lado de una furgoneta 2CV Caselani vintage. Esos tres mecánicos son los que conforman el equipo junto a piloto y copiloto, 5 en total. Al lado, 5 tiendas de campaña, sus ‘casas’ en este Dakar, y un tendedero para secar la ropa. Un equipo casero, con espíritu auténtico.
“Competimos en el Dakar Classic en un 2CV. Este modelo es una renovación del 2CV Sahara que se construía en los años 60 y vamos con dos motores: uno delante y otro detrás. Hicimos esta réplica de este coche tan especial de antaño para luchar en el desierto”, explica Barbora, la piloto, a MD. “El año pasado fuimos con un 2CV básico, con solo un motor. Y este año va mejor. Ahora tenemos más potencia. El año pasado llegamos a la meta final con 30 caballos de potencia y este año lo intentaremos con unos 80 y menos problemas en la arena”, añadió, con una sonrisa.
“En las dunas no es un coche fácil de conducir, porque tiene una caja de cambios especial y una palanca de cambio diferente, pero está funcionando”, argumentó, sin otro objetivo que la meta final.
De momento, si querían repercusión, la han tenido. Es uno de los coches más visitados. “Es bonito, porque sabes que tu idea ha sido buena y le gusta a la gente. Nos encanta que la gente nos siga y quizás este proyecto sirva de motivación para demostrar que cualquier cosa es posible, como que un 2CV acabe el Dakar. Es muy bonito”, finalizó.
El coche más antiguo
Este 2CV comparte protagonismo con el de la tripulación holandesa Floris de Raadt y David Kann, del equipo Team 2 Chameaux, eso sí, con una apariencia menos llamativa, con un coche pintado color crema. También decidieron afrontar el Dakar Classic con un 2CV, en su caso, un modelo anterior, de 1968, el coche más antiguo del vivac.
Floris acudió al Dakar con un 2CV porque es el coche de su vida. Su padre tuvo que conducir a toda velocidad un modelo igual hacia el hospital para que Floris naciera, hace ya 57 primaveras. También fue el modelo que le acompañó en su juventud. Él y su copiloto tuvieron mil y un problemas de camino a Barcelona, por carretera, para llegar al embarque de lo coches hacia Arabia Saudí. Pero lo lograron. La siguiente aventura era enfrentarse a las dunas saudíes. Los dos holandeses ocupan la 62ª posición del Dakar Classic y las checas estan en el 46º lugar, pero eso es lo de menos. Se han ganado el corazón de todos