La mala lectura de las encuestas


 Guido Añez Moscoso

En estos días, hemos sido bombardeados con encuesta hechas por encargo de candidatos, de medios de comunicación o programas televisivos o radiales.



Las encuestas en ciencia política son los instrumentos científicos que toman la temperatura de una contienda electoral, pero también son utilizadas por los medios, los candidatos o terceros interesados en ejercer una presión psicológica sobre el electorado, especialmente sobre el grupo de indecisos o quienes tienen su respuesta escondida o apuntan de forma oportunista al candidato ganador.

En este momento político que vive nuestro país, veo más encuestas prefabricadas, tendenciosas y que no son objetivas, ni en sus datos ni en su forma de presentación, ya que no se publican ni los márgenes de error, ni la ficha técnica, ni el universo de los encuestados. Esa situación no ayuda ni a la opinión publica, y hace que quienes las publican pierdan credibilidad.

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Toda encuesta es válida, en tanto quien la publica aclare su metodología de trabajo, universo de encuestados, margen de error, empresa responsable, zonas del trabajo de campo, composición etaria del electorado e intención del encuestado si va a asistir al evento electoral o no.

Las encuestas con menor margen de error son las que se hacen con la papeleta de voto.

Es que hay un principio básico en las campañas electorales que están siendo ignoradas a propósito, y es que cuando no hay candidatos formales todavía, estas no reflejan una intención de voto sino el posicionamiento inicial de los posibles candidatos.

En los últimos años en casi la totalidad de los países, las encuestas preelectorales predijeron quien va a ganar, aunque se hayan equivocado en los porcentajes, y en algunos casos las encuestas han errado en elecciones cerradas por algún evento determinante y repentino cercano a la fecha de realización de la elección.

Una encuesta es una fotografía del día, es decir refleja lo que se ve en ese momento, es estática y como toda fotografía de un día nos induce a un error a futuro.

Hay un ejemplo en estadística que lo enseñan en las universidades, si hoy día vez una fotografía de dos corredores al inicio de la carrera, pensaras que están iguales, si la encuestas la vez como película descubrirás que a la mitad de la carrera uno de ellos ya lleva ventaja y seguro que al final de la carrera alguno terminara ganando, y al final de la carrera terminara ganando el corredor que mejor trabaje en la campaña, la lectura correcta de una encuesta es verla como un proceso permanente en la campaña, no solo ver la fotografía del día sino el crecimiento propio y la caída del contendiente.

No he querido referirme a los datos publicados en las diferentes encuestas, porque hasta los titulares son mal concebidos, ya que lo dan de ganador al que está por debajo de los indecisos o de los que no saben o no responden, con el agravante que el que mayor porcentaje de votos tiene, esta con el 85 o el 87 y hasta el 90% del voto del electorado en contra. Lo encuentro hasta irresponsable presentar encuestas de esa manera.

Todos estamos en la obligación de actuar con responsabilidad en unas elecciones que serán determinantes, o se consolida plenamente la dictadura o recuperamos la democracia ganando las elecciones y defendiendo nuestro voto en la calle.

VIVA BOLIVIA LIBRE!!!!!!!!!!

Fuente: eju.tv


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