Santa Cruz: Los trabajadores y profesionales de salud se movilizan exigiendo pago de sueldos y mejoras para los centros hospitalarios
Fuente: El Deber
María Zúñiga tiene 68 años y soporta el dolor sentada en las bancas, afuera del hospital San Juan de Dios. Pasó la noche en las puertas de este nosocomio y es el segundo día que intenta conseguir un espacio en emergencias, que es su única esperanza tras haber perdido la cita en consulta externa. La razón: el paro de trabajadores, que obliga a reprogramar las consultas y satura aún más los servicios.
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Para protegerse del frío y la lluvia, María lleva consigo una manta, una chompa y una colcha que acomodó a su lado. La acompaña su hija Mariana, que intenta aliviar su dolor con analgésicos que compró en una farmacia cercana. “Ya le midieron la presión, pero me dicen que espere porque no hay espacio. Dicen que su caso no es tan urgente”, comenta Mariana.
Desconsoladas ven ingresar a accidentados, personas en paro cardiorrespiratorio y otras convulsionando, a quienes les dan prioridad. “Tampoco es culpa de los médicos. Todo está sobresaturado, porque han cerrado una sala de emergencias por falta de personal”, comenta una mujer que se une a la conversación al escuchar el relato de Mariana. Ella también espera, pendiente de la evolución de su hijo, quien fue trasladado desde el penal debido a problemas de salud.
María es solo una entre miles de personas que enfrentan un verdadero calvario para acceder a la atención en el sistema de salud público. En hospitales sobresaturados, los pacientes soportan largas esperas y la incertidumbre por espacio, mientras las atenciones se postergan debido a paros motivados por demandas de personal y salarios.
Este viernes, la sala de espera de consulta externa estaba ocupada por trabajadores de salud en huelga de hambre que exigen el pago de sueldos de diciembre y la recontratación de personal. Mientras tanto, en los alrededores, los pacientes expresaban su molestia por las demoras en los pocos servicios que aún funcionan, como laboratorio y algunos estudios complementarios.
Emma Rosa Castillo, de 71 años, acababa de salir de una tomografía de tórax que tiene que llevar al Oncológico. Hace cuatro meses que se alimenta por sonda, porque viene batallando contra el cáncer gástrico y durante este tiempo su tratamiento de quimioterapia fue suspendido debido a los paros. Ahora tiene una ficha para el 3 de febrero. “Perjudican mucho los paros, retrasan los tratamientos, los estudios que le hicieron hace cuatro meses ya no sirven”, dice su esposo Carlos Cuentas, quien la acompaña.
En el mismo hospital, sentado a un lado de sus bolsones y con cartones pegados a la pared, Jesús Antonio Vaca (62), comenta que lleva más de un mes durmiendo en los pasillos porque no tiene dónde quedarse y su tratamiento es largo, lo que le permite vivir en carne propia las necesidades que pasa la gente que llega a los nosocomios y también las largas horas de trabajo que tienen algunos médicos, especialmente aquellos que hacen residencia.
Al igual que muchos, se alimenta de la comida solidaria que llevan personas desprendidas a las puertas de la emergencia.
Jesús tuvo un accidente en motocicleta en Beni que le provocó un aneurisma cerebral, por lo que recibió atención en San Matías con la ayuda de personas de buen corazón y ahora lo asisten en la capital cruceña.
Cada noche coloca un cartón sobre el piso y se acomoda encima de un edredón, cubierto por una colcha. De esta forma, pasa sus días a la espera de sus atenciones, porque no tiene familiares donde alojarse.
“Hay muchos que se quedan a dormir, sobre todo las personas que tienen pacientes intubados. También los que vienen a buscar fichas”, cuenta Jesús.
El mismo drama se repite en otros hospitales. Maribel Janco llegó desde La Guardia hasta el Mario Ortiz para hacer atender a su hijo de siete años, pero se encontró con un letrero que anunciaba que no había atención, porque se cumplía un paro de los trabajadores.
Comenta que ella programa mensualmente cuatro consultas, pero para lograrlo debe pasar un día y una noche en las puertas de este establecimiento de salud, donde no es posible conciliar el sueño ni en sentado, porque debe estar pendiente de las listas de control que hacen los mismos padres.
“Llego en la mañana para anotarme, luego a las 19:00 los papás toman lista, después a las 22:00, a la medianoche y a las tres de la madrugada. Los que no están presentes van quedando para lo último, todo eso se hace para tener consulta con los especialistas”, comenta.
Incluso, cuando las atenciones son normales los pacientes deben peregrinar en los hospitales, porque los cupos son limitados y no siempre hay fichas, por lo que deben volver varios días. Cuando al fin logran una, deben esperar la programación, según los espacios disponibles. Hay especialidades, como psiquiatría, oncología, reumatología, infectología y fisioterapia, en las que la consulta se agenda para dentro de un mes.
Desde el año pasado, trabajadores, médicos y profesionales de salud vienen realizando paros para exigir pagos puntuales, asignación de ítems, recontratación de personal, insumos médicos y mejores condiciones en los centros de salud y hospitales.
A finales del año pasado, la situación se complicó con la finalización de los contratos de profesionales, lo que ha obligado a reducir camas en algunos servicios. Además, ahora reclaman el retraso en el pago del sueldo de diciembre.
Esta semana, los servicios permanecieron paralizados debido a un paro departamental de cinco días, convocado por la Federación de Sindicatos de Trabajadores en Salud, quienes también instalaron un piquete de huelga de hambre en el hospital San Juan de Dios.
Además, han realizado movilizaciones. El jueves, incluso los médicos fueron gasificados por la Policía en puertas de la Gobernación.
Se anuncia otra huelga para este lunes y martes, esta vez convocada por la Federación de Sindicatos de Ramas Médicas de Salud Pública (Fesirmes).
Las autoridades
Las autoridades sanitarias conocen del drama en los hospitales, al igual que las demandas del personal, pero hasta ahora logran dar solución a estos problemas.
El secretario de Salud y Desarrollo Humano de la Gobernación de Santa Cruz, Marcelo Kramer, pide comprensión a los profesionales, porque el Gobierno Departamental ha sufrido recortes en sus ingresos, pero están viendo la forma de cumplir con los pagos. “No hay una falta de trabajo o negligencia administrativa, simplemente que los recursos que el Gobierno central destina para Santa Cruz aún no han llegado y ese es el problema de la liquidez que tenemos”, expresó.
Kramer reconoció que la institución no ha podido cubrir el sueldo del mes de diciembre hasta el momento; sin embargo, se comprometió que el 30 de este mes se cumplirá con el pago de diciembre y enero. “Pedirles paciencia, estamos tratando de buscar soluciones y creo que la mejor manera es dialogando y sentándose en una mesa”, dijo.
Por su lado, el alcalde cruceño, Jhonny Fernández, aseguró que no hay recursos disponibles para contratar más personal en los centros y hospitales municipales, además de los más de 5.000 contratos ya garantizados.
“No hay plata, no hay presupuesto. Hemos entregado 5.200 contratos, aparte de los ítems. Casi el 60% del personal de la Alcaldía está en el sector salud. No hay más dinero ni condiciones, porque no voy a dejar de atender otras áreas como educación, infraestructura y mantenimiento”, afirmó el burgomaestre.
Fuente: El Deber