Los 10 factores de la crisis económica en Bolivia al 2025


César Vargas Díaz (Ph.D en economía)

Analista & Investigador



Bolivia para el 2024, culminó con su peor crisis económica después de varias décadas y una recesión consecutiva del Producto Interno Bruto (PIB) por más de cuatro años según el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el año 2021 fue del 6,1%, para el 2022 fue de 3,48%, para el 2023 alcanzo un 2,7% y para el año 2024 solamente creció el PIB en 1,5% este último dato según el Banco Mundial (véase, Figura 1).

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Ocasionando una inflación acumulada según el INE el año 2022 alcanzó una inflación del 3,12%, el 2023 baja a 2,12% y el año 2024 se disparó a un 9,97%; es decir cerro el año “redondeando” un 10% (Ver: Figura 2), sumada una depreciación de la moneda nacional de un 40% aproximadamente, ante la persistente escasez de dólares, desabastecimiento de carburantes diésel y gasolina y un contrabando a la inversa con escasez de productos por la devaluación del tipo de cambio paralelo ahora indexado a la moneda virtual, tal como reporta los informes del Banco Central de Bolivia (BCB).

Así pues, Bolivia enfrento este 2024 una agonía en la escasez de divisas, especialmente dólares, debido a una caída en las exportaciones de gas natural de $us. 6.500 en 2014 a $us 1.700 millones de dólares para este año. Esta caída genera una reducción de los ingresos de divisas, como son las reservas internacionales netas del 2014 de $us 15.000 millones de dólares a $us 1.976 millones de dólares para el 2024, del mismo modo con la deuda externa solamente a la inversa acabando el año 2024 de una deuda externa superior a los $us 15.000 millones de dólares. Con respecto, a una balanza comercial deficitaria menor a los $us 3.000 millones de dólares, con la contracción de las exportaciones, que han disminuido un 36%, afectando productos clave como gas y minerales, se agrava por la caída en la importación de bienes de capital, que son esenciales para la renovación de maquinaria y equipos en las industrias, estamos dejando de modernizar las fábricas, lo cual compromete gravemente la competitividad de la industria boliviana. Con respecto a las remesas externas con una baja a los acostumbrados $us 1.000 millones de dólares y una cartera de pensiones que bajo aun 50% de los $us 25.000 millones de dólares.

Todas estas variables mencionadas afectaron al modelo económico social, comunitario y productivo y provocaron un desequilibrio macroeconómico, dichas variables son esenciales para hacer frente a las obligaciones y gastos del Presupuesto General del Estado que incrementaron significativamente por la creación y la robustes de las empresas estratégicas públicas que muchas de ellas en su gran mayoría son deficitarias y sin generación de divisas, generando por 11 años consecutivos un déficit fiscal promedio del (-9%) y para el año 2024 alcanzo un (-12%) aproximadamente superior al año 2023 del (-11%) y sumada la alta informalidad laboral del 85% de la población económicamente activa y el aumento del desempleo del -4,5%, provocando en las calificadoras de riesgo que nos sitúen con un alto riesgo país y ocupando el penúltimo lugar de los países de Sudamérica, a todo lo mencionado podemos deducir que los diez factores de la crisis económica se deben principalmente:

  1. el agotamiento de las exportaciones de gas
  2. la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN)
  3. la alta deuda pública externa e interna
  4. la escasez de dólares
  5. los bloqueos de carreteras
  6. el alto déficit fiscal
  7. la falta de inversión privada
  8. las nuevas fuentes de ingresos de exploración de hidrocarburos
  9. el desempleo y la alta informalidad laboral y
  10. el alto riesgo país ocupando el penúltimo lugar en Sudamérica

Para el 2025, Bolivia deberá importar entre $us 3.000 y $us 3.800 millones de dólares en combustibles, tanto de diésel y gasolina, una cifra que se considera inalcanzable sin una estrategia económica estructural, la situación se ha vuelto insostenible y de no tomarse medidas urgentes, las consecuencias podrían ser devastadoras para la economía y el bienestar de los bolivianos y si Bolivia comenzará a importar Gas Licuado de Petróleo (GLP), lo que empeorará aún más la crisis. Sumada a la imagen de Bolivia ante la comunidad internacional de riesgo país, se ve gravemente afectada, esta realidad impacta negativamente la producción nacional, las exportaciones y la inversión extranjera directa.

Además, añadir la situación del monopolio de BOA y de las condiciones de administración en los aeropuertos en Bolivia, sumada los bloqueos de carreteras, factores que afecta tanto la competitividad económica como el desarrollo del turismo uno de los principales motores de la economía nacional sostenible, nuestros aeropuertos están en condiciones lamentables y con niveles de retraso que ahuyentan a los turistas, generadores de divisas. Bolivia, que no ha desarrollado la infraestructura logística necesaria para integrarse en estas grandes rutas comerciales es fundamental que proyecte para este 2025.

Lo bueno de todo esto, es que se vienen elecciones nacionales para agosto del 2025, y los bolivianos esperanzados en una nueva propuesta de un nuevo modelo económico basado en la ciencia, tecnología e innovación y con un aparato productivo especializado y exportador y generador de divisas, es decir, se espera un mañana mejor para los bolivianos.

César Vargas Díaz (Ph.D en economía)

Analista & Investigador

Email: [email protected]

WhatsApp: 72205003

Cochabamba – Bolivia

Fuente: eju.tv


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