Los enfados de Claure o cómo pasar de 100 a 0 en 4 semanas


La Mano del Moto

Los enfados de Claure o cómo pasar de 100 a 0 en 4 semanas

 

Fuente: El País.bo



Hace un mes Marcelo Claure era trending topic en Bolivia y no por el fútbol, sino por su arrolladora incursión en la política nacional. Obviamente, por su oficio de millonario, lleva toda la vida “hablando con mucha gente”, como reconoció en la famosa entrevista con Tuffi Aré realizada en Miami y evidencia cada vez que puede en redes sociales piropeándose con unos y con otros. En Bolivia se hizo famoso ya de vuelta como inversor exitoso al desembarcar en Bolívar, pero desde ahí entabló relaciones con la élite del gabinete de Evo Morales e intercambió palabras conceptuosas sobre el expresidente y su labor en el país.

El asunto fue cobrando tal repercusión que Pepe Pomacusi, hoy su némesis, lo incluyó como posible compañero de fórmula de Evo Morales en una de sus encuestas. Se hizo querer, pero pasó lo que pasó. Después fue pasando el tiempo y al parecer, Claure fue madurando sus posiciones políticas al calor de la emergencia de Donald Trump y la mentoría de Elon Musk desde sus redes sociales.

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El orden fue así: primero volvió a sonar su nombre como candidato, después Trump gañó las elecciones en Estados Unidos, después colocó una gorrita con un Make Bolivia Great (sin el again usado por Trump en su lema de campaña) en su timeline y el 13 de noviembre escribió: “Yo no quiero ser Presidente de Bolivia 🇧🇴, quiero ser un colaborador que ayude al futuro presidente a salir de esta crisis y hacer que Bolivia sea una gran nación.  ¿Mensaje Claro?”

Todo se revolucionó en la política nacional, particularmente en la oposición donde esta vez sí, de forma clara, Claure se alineó.

Mucha plata, mucho poder, muchas ganas. Obviamente no fue bien recibido en un sector que lleva 20 años esperando el momento que creen les corresponde y donde todos se conocen demasiado bien. Claure amenazaba con romper todos los pactos tácitos y los ritmos no escritos con su ansiedad totalitaria y su voluntad de encontrar él y solo él al “verdadero” líder de la oposición. “Este quiere el litio” fue la primera sentencia que salió de aquel salón repleto de gallos.

Estimar la plata de libre disposición de cada uno es asunto delicado, pero por lo general nadie la quiere botar: Claure prometió la encuesta más grande del país y dos semanas después había una encuesta de muestra discreta y errores grosos en su primera presentación que evidentemente no aclaraba nada a nadie. Pero Manfred iba primero.

A Claure le pareció un buen punto de partida, pero el enojo generalizado se le hizo llegar, porque amigos tienen todos en todos los consulados. Aún así se hizo llamar un periodista para dar su versión. Afortunadamente Tuffi Aré salvó la cara del oficio y fue incisivo y esclarecedor, tanto que al propio Claure se le empezaron a ir las ganas de seguir queriendo ordenar un baile que no es morenada sino tinku.

Del lado libertario empezaron a promover unas primarias obligatorias que Claure apoyó como concepto, y los “cuatro grandes” no tuvieron más remedio que acelerar: con malas caras y demasiados aspectos por pulir, Samuel Doria Medina, Tuto Quiroga, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho presentaron la primera plataforma de unidad que al menos les daba derecho a tratar de pilotar el proceso.

Queriendo o sin querer, Claure ha dado un paso atrás. Sigue promocionando ideas libertarias y tiene predilección por Jaime Dunn; se hace fotos con la bandera y presenta plataformas “pensantes” para Bolivia a la que la mayoría de los políticos opositores no tiran “cuarto de pelota” porque básicamente prefieren su plata a sus ideas, sobre todo si se elaboran a seis mil kilómetros por “gringos que conocieron Bolivia en una tabla de Excel”.

Por ser oposición no dejan de tener esa taras vuelteras y calculadoras tan comunes en este país, el instinto de supervivencia exige hablar poco y también aplica en política. También es un clásico el complejo de patrón renegado que adoptan los migrados a poco éxito que hayan tenido cuando retornan de visita. Es posible que la oposición boliviana haya agotado a Claure, que con seguridad tiene otras muchas cosas mejores que hacer.

Esta semana acaban los festejos y vuelve la normalidad. Rodrigo Paz pidió expresamente que lo incluya en la encuesta; Doria Medina trata de acercarse en tono conciliador entendiendo la jugada; Marinkovic quiere destruirlo todo; las primarias abiertas han adoptado ya docenas de formas en encuestas apócrifas en internet. El 20 se posesiona Donald Trump. A Claure le toca mover ficha ahora.

Fuente: El País.bo


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