Aunque las perspectivas a corto plazo para América Latina y el Caribe se mantienen estables, la región afronta una serie de “importantes riesgos a la baja”.
El crecimiento del PIB de América Latina y el Caribe se aceleraría este año al pasar de una estimación del 1,9% en 2024 al 2,5% en 2025 gracias a una combinación de factores que van desde la mejora del consumo privado hasta el mayor crecimiento de las exportaciones, aunque existen una serie de “importantes riesgos a la baja”, según las más recientes perspectivas del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA, por sus siglas en inglés).
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Entre los factores pueden incidir en el desempeño de la economía regional este año están principalmente la relajación de las políticas monetarias y la resistencia de los flujos de capital, según el Informe titulado Situación y Perspectivas para la Economía Mundial (WESP) 2025, considerado el principal informe económico de la ONU.
En 2026, proyecta que la economía de Latinoamérica y el Caribe crecería un 2,3%.
La economía de Sudamérica crecería en el 2025 un 2,6% (1,7% en el 2024), la de México y Centroamérica un 1,9% (2%) y la del Caribe un 6,1% (9,4%).
En el Caribe (excluida Guyana), el crecimiento económico se estima más débil, en un 2,5% para 2024, y se espera que se mantenga sin cambios en 2025.
La previsión es que el crecimiento mundial se mantendrá en el 2,8% en 2025, sin cambios respecto a 2024 y por debajo de la media prepandémica del 3,2%, “limitado por la debilidad de la inversión, el lento crecimiento de la productividad y los elevados niveles de deuda”.
Riesgos para el crecimiento mundial y de Latinoamérica y el Caribe para 2025
Según el informe, el descenso de la inflación y la relajación monetaria en curso en muchas economías podrían dar un modesto impulso a la actividad económica mundial en 2025.
Sin embargo, “la incertidumbre sigue siendo grande, con los riesgos derivados de los conflictos geopolíticos, el aumento de las tensiones comerciales y los elevados costes de endeudamiento en muchas partes del mundo”.
En el caso de Latinoamérica y el Caribe se cree que los principales riesgos a la baja estén determinados por una desaceleración más brusca de lo previsto de las economías en China y Estados Unidos, que “afectaría negativamente a las exportaciones, las remesas y los flujos de capital”.
Ya en el frente interno, explica que la incertidumbre política podría impactar la confianza de las empresas y las inversiones.
Entre tanto, “las perturbaciones relacionadas con el clima, sobre todo en el Caribe, también podrían poner a prueba las políticas fiscales y perturbar la producción agrícola, haciendo subir la inflación de los alimentos”.
“Los países no pueden ignorar estos peligros. En nuestra economía interconectada, las crisis en un lado del mundo hacen subir los precios en el otro. Todos los países se ven afectados y deben formar parte de la solución, aprovechando los progresos realizados”, dijo el secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en el prólogo del informe.
¿Cuánto crecerían las principales economías de Latinoamérica como Brasil y México en el 2025?
En el caso de Brasil, la mayor economía del continente, la proyección es que el PIB del gigante sudamericano crezca un 2,3% en 2025 (la estimación del 2024 es de 3%).
La economía del país se desaceleraría influenciada por los vientos en contra derivados de “una política monetaria más restrictiva, la reducción del gasto fiscal y el debilitamiento de las exportaciones”, aunque se mantendría en todo caso muy por encima de la media de 2010-2019 del 1,4%”.
México pasaría de crecer un 1,6% en 2024 a un 1,3% en 2025, “limitado por la debilidad del consumo privado y los esfuerzos de consolidación fiscal”.
Entre tanto, Argentina habría decrecido un -3,3% en el 2024, pero para este 2025 repuntaría un 4% luego de dos años de contracción, “impulsada por una reactivación del consumo privado y un fuerte crecimiento de la inversión”.
Colombia crecería un 2,8% este año (1,5% en el 2024), Chile un 2,3% (2,2%), Perú un 2,4% (2,9%), Uruguay un 2,9% (3,2%), Paraguay un 3,8% (4%), Venezuela un 2,8% (3,3%), Ecuador un 1,5% (0,2%), y Bolivia un 2,5% (2,2%).
Entre los países de Centroamérica se tiene que Costa Rica crecería un 3,5% en 2025 (4,3% en 2024), Panamá un 3,3 (2,7%), Guatemala un 3,4% (3,5%), El Salvador un 2,9% (2,8%), Nicaragua un 4% (3,5%).
En el Caribe, República Dominicana crecería un importante 4,8% (4,8%), Cuba un 2,1% (1,3%) y Haití un 0,6% (-0,4%).
Guyana sería la economía de mejor desempeño en toda Latinoamérica y el Caribe, con una proyección del 15,5% (31,9% en 2024).
DESA explica que aunque las perspectivas son favorables, “el crecimiento económico ha seguido siendo lento durante más de una década. Entre 2015 y 2024, el crecimiento medio del PIB regional fue de solo el 0,9%, la tasa más baja de cualquier década desde los años cincuenta”.
“Así pues, el PIB per cápita sigue estancado, al mismo nivel que hace diez años. Para mejorar los resultados del mercado laboral, elevar el nivel de vida y avanzar hacia los ODS, es crucial acelerar el crecimiento económico”, remató.