Luego de que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) informara de manera sorpresiva sobre las reservas de gas con que cuenta el país, el exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, dijo que es necesario contar con el documento de la consultora que hizo la certificación, para encarar un análisis; no obstante, enfatizó que lo que sí se sabe es que todo indica que la producción del energético seguirá en franca declinación.
“Lo que sí sabemos es que la producción de gas, de condensado y de petróleo en Bolivia está en franca declinación (…) hemos terminado produciendo 29 millones de metros cúbicos día cuando en 2014, 2015 producíamos 61 millones de millones de metros cúbicos día, todas las predicciones que tenemos es que va a seguir declinando”, indicó en contacto con Visión 360.
Ayer, último día de 2024, la estatal petrolera informó que las reservas de gas de Bolivia alcanzaron los 4,5 trillones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés) en 2023, lo que es la mitad de lo que se tenía hace cinco años, en 2018 alcanzaban a 8,95 TCF.
No obstante, otra certificación de reservas que corresponde a 2022 establece que el país contaba con 4 TCF, lo que significa que existe una tendencia al crecimiento.
Según dijo Ríos, este aspecto, “nos sorprende un poco”, es decir, que las reservas están en aumento tal como parece de acuerdo con ambas certificaciones presentadas por YPFB y la producción de gas sigue cayendo.
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“Esto supone que, si la producción sigue en caída, las reservas no pueden subir, ese es el único análisis que puedo hacer mientras no tenga acceso al documento oficial que ha presentado la certificadora para el año 2022 y 2023”, señaló el también experto en hidrocarburos.
En atención a las proyecciones, agregó Ríos que este año que comienza, culminará con 25 millones de metros cúbicos día y así sucesivamente hasta llegar a 2028 cuando el país tenga que importar gas natural, lo que solo se podrá evitar si se hace “un cambio fuerte de timón” en el sector de hidrocarburos.
La exautoridad planteó, en ese sentido, por ejemplo, una nueva Ley de Hidrocarburos, porque, recordó, que hasta el jefe de Estado Luis Arce admitió que se tiene una “fallida política exploratoria”.
Consultado sobre si ante esta situación Bolivia debe migrar a otros recursos naturales como alternativa para la generación de recursos, aseveró que no solo se trata de eso, sino más bien de ver que si el país no explora y no encuentra hidrocarburos, como no tiene dólares para importar combustibles, tendrá un conflicto.
“Es que no tenemos las divisas para importar energía, el año pasado hemos terminado importando cerca de 3.400 millones de dólares, entre gasolina y diésel y este año esas cifras van a ser mayores, estimamos alrededor de 3.700, 3.800 porque vamos a producir menos gasolina, menos diésel y menos gas natural”, explicó Ríos.