Un ‘Brexit’ alemán, deportaciones masivas y referéndum para todas las decisiones políticas: así es el programa de Alternativa para Alemania

 

Fuente: infobae.com

Alemania intensifica la campaña electoral que decidirá su futuro el próximo 23 de febrero. Un futuro, por cierto, del que está muy pendiente la Unión Europea, donde no se espera que se tomen grandes iniciativas hasta que se resuelva quién gobernará en el primer motor del bloque comunitario.

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Especialmente cuando Francia, el segundo motor, se encuentra sumida en una crisis política de difícil solución. La victoria de los democristianos de la CDU-CSU, liderados por Friedrich Merz, se da por cantada en Alemania, pero la extrema derecha de Alternativa para Alemania (en sus siglas AfD), un partido con vínculos neonazis, prorruso y segundo en intención de voto, continúa escalando en las encuestas. Ahora también empujado por el magnate tecnológico Elon Musk, quien decidió entrar en campaña con el mismo modus operandi que en EEUU.

Esta semana, la candidata a canciller, Alice Weidel, ratificada formalmente este sábado, mantuvo un ‘debate’ —o más bien podría describirse como una conversación entre colegas en un bar— con el hombre más rico del mundo en su plataforma, X, para intercambiar opiniones sobre el futuro del país. “Weidel es la principal candidata para gobernar Alemania”, proclamó Musk en aquella charla, a pesar de que las encuestas no respalden esta posición.

Más allá de las frases más sonadas de aquella conversación, entre ellas “Hitler era comunista”, Weidel expuso algunas de las medidas que recoge su programa electoral, un asunto que ha sido denunciado por los demás partidos al alegar una ventaja de campaña injusta. Hay que tener en cuenta que X tiene más de 100 millones de usuarios en el continente. Pero, ¿qué dice exactamente el programa de Alternativa para Alemania?

La AfD ha presentado una serie de propuestas políticas que abarcan desde reformas internas en el sistema político y electoral alemán hasta posturas radicales sobre la pertenencia a la Unión Europea, además de políticas estrictas en materia de inmigración, uno de los puntos que han catapultado a la ultraderecha en Europa.

En clave de política exterior, la retórica de AfD ha cargado en especial contra la participación de Europa en la guerra en Ucrania, argumentando que el conflicto “depende completamente de Estados Unidos” y no de Europa.

Hay que aclarar que AfD ha sido señalada por la Unión Europea e incluso criticada por partidos de la misma ideología por tener vínculos directos con el Kremlin. De hecho, su anterior líder, Max Krah, fue acusado de recibir pagos por parte de Rusia.

No es un secreto que la AfD quiere el fin del proyecto europeo o, al menos, reducir sus competencias a la mínima expresión en favor de los Estados. La agrupación rechaza tanto la transformación de la UE en un “Estado federal” como la idea de construir unos “Estados Unidos de Europa”.

Propone en su lugar una revisión de las competencias de la UE para devolver las responsabilidades importantes a los Estados. En este sentido, la formación plantea la salida de Alemania de la moneda única. También rechaza una unión bancaria, resaltando que los bancos alemanes no deberían asumir las pérdidas derivadas de decisiones en el extranjero.

En caso de que sus propuestas no prosperen, abogan incluso por convocar un referéndum sobre la continuidad de Alemania en la UE (un Brexit a la alemana), o reformular la organización hacia lo que ellos llaman una “Comunidad Económica Europea renovada”.

En el ámbito de la seguridad interna, una de las medidas que más rédito electoral ha dado a esta formación es la apuesta por endurecer los controles fronterizos para frenar a la migración. Ante el crecimiento en las encuestas de AfD, el canciller alemán Olaf Scholz, del partido socialdemócrata, endureció los controles terrestres con la frontera de Polonia.

Además, consideran necesaria una reforma legal que permita, por ejemplo, aplicar la ley penal de adultos a jóvenes mayores de edad y reducir la edad mínima de responsabilidad penal a 12 años.

Una de las primeras medidas que la AfD propone es instaurar referéndums siguiendo el modelo de Suiza, donde cualquier ley aprobada por el parlamento puede ser sometida a consulta popular si se reúnen 50.000 firmas o se solicita desde ocho cantones dentro de los 100 días posteriores a su publicación. Bajo este esquema, por ejemplo, podría someterse a referéndum la reforma laboral, ya sea por petición a nivel popular o autonómico.

En el ámbito electoral, la AfD aboga por la introducción de la “elección libre de listas” en los comicios regionales y federales. De esta manera, los votantes podrían distribuir sus votos entre varios candidatos o incluso excluir a personas específicas de las listas de los partidos.

Además, la formación plantea que el presidente federal sea elegido directamente por la ciudadanía “para garantizar un proceso más transparente e independiente de los partidos políticos”.

En cuanto a la financiación de los partidos, la AfD denuncia que la financiación indirecta a través de fundaciones ha alcanzado “niveles descontrolados”. Por ello, exigen una regulación que limite estos fondos, lo que afectaría principalmente a la CDU, el partido que más dinero recibe en donaciones.