Este es un año electoral para varios países (Bolivia, Chile, Ecuador y Honduras celebrarán elecciones presidenciales, mientras Argentina tendrá elecciones legislativas y Canadá elegirá nuevo líder), por lo tanto, las personas que acudan a las urnas decidirán su gobierno y determinarán el panorama político, social y económico de cara a los próximos años.
El Estatismo ha quedado demostrado con creces que atrasa a los países, por ende, cada persona en aquellos países que lo padecen, debieran exigir a su clase política, que estos dejen de pensar en ellos mismos (para su propio negocio, por pegas, para su enriquecimiento vía corrupción, hablando de presunta prosperidad de la mano de prebendarios, sirviéndose del dinero de los contribuyentes, de la cosa pública, etc.) y dejen a un lado, la acostumbrada manipulación a sus pueblos, mediante el show, la farsa, el circo, la distracción, el entretenimiento, los dramas, las mentiras y los engaños.
La situación de escasez, restricciones, falta de liquidez, abuso de poder, falta de seguridad y de certidumbre sólo pueden ser modificados por las ideas correctas de la vida, la libertad y la propiedad privada.
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Deshacerse del estatismo, no debe ser tan sólo un simple slogan de los oportunistas, carentes de autenticidad y comprensión sobre las ideas de vida, libertad y propiedad, pues cuando estos arribistas expresan sus percepciones resulta que quedan al descubierto que lejos de liberar el mercado de cambios, siguen impregnados del estatismo hasta los tuétanos, sugiriendo control de cambios monetarios (que limita la compra y venta de divisas), escondiendo sus monedas nacionales devaluadas para quitar las monedas extranjeras de la gente vía convertibilidad, inflación impuesto, consumo; proponiendo mecanismos de mayor endeudamiento y subvención, maquillaje económico, etc. y etc.
Cada uno de los contribuyentes (no son únicamente aquellos que tributan sino todas las personas de aquel país, pues al final, los tributos están en el precio de los alimentos y de las cosas) deben ser sensatos y a la vez, sinceros consigo mismo y, observar con absoluta atención su propia realidad y realizar una autorreflexión, verificando si realmente «viven bien» (vida buena y armoniosa, art. 8-I de la Constitución boliviana: el suma qamaña, ñandereco, teko kavi), esto es, si cuentan con acceso a servicios de salud integrales, oportunos y de calidad; si respetan su propiedad privada (no es avasallado, atropellado, confiscado, no se restringe el uso de sus bienes, no se les exige coima para que las cosas funcionen con cierta normalidad, etc.); o, por el contrario, vive con miedos y en constante defensiva; si goza de tranquilidad gracias a una administración de justicia que es ciertamente proba, justa y que le ofrece fidedigna certidumbre jurídica; si puede transitar con total seguridad por las calles; si cuenta con una buena educación (del latín educare: extraer, sacar), esto es, aquella educación que es capaz de sacar del ser humano lo mejor que verdaderamente tiene dentro, donde nadie esté llamado a la mediocridad, la mentira, el engaño y la corruptela como medio de vida para aparentar de que es una persona próspera, por el contrario, donde toda persona esté llamada a la grandeza, que define su propia naturaleza.
Más que la permanente distracción y procrastinación, valoren la lectura, el pensamiento crítico, reflexivo, creativo y los libros (no menospreciarlos como si se tratasen de basura, que son un estorbo o que debemos deshacernos de ellos). Ese sacar de dentro lo mejor (donde todos somos una posibilidad), es la gran tarea de la educación y esta debe verse materializada, pues de otro modo, todo es y será una ininterrumpida farsa y un gran engaño.
Si el contribuyente del país que fuese, como resultado de su introspección, comprende que está largado a su suerte, soportando el acoso del poder, que no experimenta una verdadera buena vida, estará claro, que sus políticos han fallado rotundamente y que sólo en cada quinquenio aparecen hipócritamente con rostros sonrientes y con buenos modales, aparentando estar muy preocupados por la vida y el supuesto bienestar de los demás, cuando el resto de los años anteriores se ocuparon en destruir la institucionalidad de sus países, de generar violencia (nunca la paz), atropellos, donde los partidos políticos durante el transcurso aproximado de veinte (20) años jamás realizaron control de actas electorales en sus elecciones nacionales y regionales, que nunca depuraron su padrón electoral y, en ningún momento les importó siquiera, aquel contribuyente (a quien, ahora, les piden su voto), si éste se enfermó, si tuvo serios problemas económicos, si sus familiares murieron por falta de asistencia médica oportuna, si sus hijos tienen garantizada una buena alimentación y educación, si sufren del infierno fiscal, del papeleo y del maltrato en la función pública, del terrible abuso de poder (estropeados por la corrupción), del desempleo y muchos otros males más que tienen que sobrellevan por el resto de sus vidas.
Es la oportunidad, para cada pueblo en sus países, de unirse, para que se les quite el pie de encima del autoritarismo, de la opresión, del enorme gasto público, del Estado agigantado y, se los deje trabajar garantizando sus libertades y derechos, sin caer en el juego de la confrontación, del regionalismo, del odio o del cuento de rivalidades entre Derechas Vs. Izquierdas, para dividirnos, debilitarnos y ser presas de la manipulación perversa y maliciosa.
Que los políticos, si así lo desean, pierdan su tiempo, fabricando su propio circo en los turnos de matiné, tanda y noche, con sus peleas intestinas entre ellos mismos; mientras tanto, el pueblo, debiera dedicarse a ver la realidad con claridad, sin perturbarse con toda esa farándula; y, discernir en función a la protección de sus derechos, de velar porque su experiencia de vida sea realmente buena, no vivir engañado y abusado hasta su muerte.
Es momento de abordar los retos desde un contexto completamente nuevo, de no mirar bajo un enfoque maniqueísta de buenos y malos, amigos o enemigos, como simples etiquetas para promover enfrentamientos sino como lo que es bueno para usted también es para mí, es decir, en el respeto de las garantías y derechos fundamentales de las personas (lo que en verdad importa a todo ser humano).
Entonces, si determinados actores nunca antes respetaron con total franqueza dichos derechos y garantías, si todo está mal en sus países, si nada funciona como debiera, resulta que seguir en lo mismo y con los mismos, es un acto de total insensatez (idiotez), por parte, de los electores, con un alto costo que ello representa para sus propias vidas.
Aquellos que logren ser elegidos y estén en función de gobierno, deben ver a las personas desfavorecidas como la inversión más importante para el bienestar a largo plazo, teniendo por misión el desarrollarlas para que sean recursos humanos de alta calidad e invertir en su alimentación, salud y educación, buscando una nación unida y fuerte, sin extremas disimilitudes (pues cuando hay una enorme disparidad económica, la gente se dispersa).
Con todo ello, es menester que los políticos en sus respectivos países, miren más hacia adentro, hablar menos, escuchar más y “hacer mucho más” para aproximarse a una vida armoniosa donde sus compatriotas tengan una experiencia agradable de la vida, sin convertirse en personas miserables e insensatas.