21F: lección no entendida por la derecha boba


Carlos Federico Valverde Bravo

En junio del año 2024, cuando se perdió la oportunidad de hacer elecciones primarias, escribí un artículo titulado: la oportunidad perdida y la oposición boba. Decía entonces: “La única oportunidad de competir de igual a igual con el poder se la dejó pasar por falta de criterio político, egoísmo, incapacidad de posicionar el objetivo o por capricho”.



Para mí, en la reunión del 10 de junio 2024, se “perdió la oportunidad de usar la máxima expresión de la democracia participativa, es decir el voto, para que sea la población la que dé, a cada una de ellas, la “posición de arranque” de sus candidatos de  cara a las elecciones nacionales”.Perdida la oportunidad en 2024, este 2025, vemos que se sigue desperdiciando oportunidades políticas que, ojalá no resulten en aquello que los demócratas del país tememos.

El 21 de febrero recordamos los 9 años de la maravillosa gesta ciudadana en la intención de Evo Morales y el MAS, de convertir al país en otra Cuba o Venezuela, cuando se le asestó una derrota muy clara en las urnas, diciéndole NO, al intento prorroguista de un sistema, entonces en fuerte presencia en la política latinoamericana. Quedaban, sí, es cierto, solo Cuba, en su decadencia como país, pero muy consolidado en su dictadura, estaba Lenin Moreno en Ecuador, que había sido en vicepresidente y asumió como el delfín de Rafael Correa, de quien se creía era el “cuidante” del modelo socialista del SXXI (que no le salió bien el experimento, es otra cosa) y, Venezuela que sostenía el poder Chavista en manos de Nicolás Maduro. Argentina tenía a Macri, una especie de liberal-populista que, por su comportamiento errático no tomó las medidas que debía y posibilitó el retorno de la peor versión del Socialismo sigloveintiunero, con un impresentable Alberto Fernández.

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Unas líneas más, al 21F-19 para recordar que: fue la fuerza de la calle, fundamentalmente de los jóvenes en el país, la que posibilitó el triunfo de la oposición al prorroguismo. Los jóvenes, las plataformas fueron, sin lugar a dudas, los protagonistas de ese eslogan que comenzó diciendo “Bolivia dice NO”, que se transformó, luego en un “Bolivia dijo NO”, que queda como un ícono que no ha sido recogido por nadie. Evidentemente, hubo también acción de los partidos políticos, pero fue, en menor medida.

Lo que vino luego: Morales nunca más ganó una elección por más del 50%; más bien lo perdió todo. Veamos: perdió la elección judicial, en la que el MAS había seleccionado a los candidatos (a todos): los votos blancos y nulos fueron la mayoría. De ahí salió la banda “Constitucional”, encabezada por Macario Lahor Cortez Chávez, que validó el “derecho humano” de Morales para reelegirse. (el 90% de esa banda fueron empleados del ejecutivo tras dejar el cargo).

Aun así, Morales entró a la elección y, si bien logró la primera minoría, no le alcanzaba para ser presidente y vino lo que ya sabemos: se detuvo el TREP, al 89% del conteo. Para ese momento Morales solo tenía el 45,28% de los votos, Carlos Mesa lo seguía con 38,16%; eso indicaba segunda vuelta, pero se detuvo el conteo y horas (muchas horas después) en TSE, también en manos masistas: María Eugenia Choque, disfrazada de mujer de pollera, cuando no lo era, fue la encargada de avisar que Morales había ganado. Se avisó que los verdaderos resultados fueron 43.9%, Morales y 39,4%, Mesa. (datos de Neotec, Marcel Guzmán de Rojas).

Morales huyó, el MAS pretendía imponer nombres en la reunión de la Iglesia con partidos y personal diplomático; se les dijo que era la CPE la que decidía la sucesión y, el parlamento hizo lo que correspondía, Jeanine Añez Chávez, asumió de inmediato. Lamentablemente, no fue un buen gobierno y hoy, la señora está encarcelada sin respetar sus DDHH ni sus fueros. Por si fuera poco, la OEA, encargada por Evo Morales, para auditar el hecho electoral, denunció fraude. Morales huyó del país, vino Arce, se le dio una inmerecida chance al MAS y este país está destruido, política, moral y económicamente.

Eso debiera dar paso a que, de manera inteligente, la derecha, la centroderecha, si se quiere la social democracia se alineen en un proyecto de democracia liberal, entiéndase respeto institucional-constitucionalismo, división de poderes, que nos permita recomponer al país en lo estructural, libertad de mercados, atracción jurídica para inversiones en el país, tal vez bajar intereses en montos y actividades impositivas, en fin. La lógica indica que ese es el camino, pero en este país la lógica no funciona. Apareció más de una decena de candidatos, cada uno se cree presidenciable (tienen derecho de pensarlo, pero no son algo como eso). Por otra parte, los que pudieran verse como los más aventajados se sacan chispas entre ellos, mostrándose más enemigos que parte de una disputa democrática pre-electoral interna.

Pienso que estamos los problemas de nuestra derecha; aseguro que los bolivianos tenemos nuestra derecha boba y eso va a molestar al gobierno que viene, si logra imponerse sobre el socialismo del siglo 21.  Dadas las cosas como están, a Evo Morales lo van a sostener sus viejos socios, quienes se dieron cuenta que Arce es un papanatas. Entonces Morales es visto como la punta de lanza opositora hasta que aparezca alguien en condiciones de tomar el poder. Así, Morales se va a mantener haciendo política de “oposición”. Arce no resultó y Andrónico es un proyecto de una izquierda local y por ahora con poca posibilidad política. Si va a la elección va a perder, no sabemos contra quién, si no en la primera va a ser en la segunda vuelta. Mientras siga Maduro, mientras siga Cuba, la inteligencia cubana y la plata, el Socialismo SXXI va a seguir siendo por lo menos combativo en Latinoamérica y nosotros vamos a seguir en problemas por ellos.

Como están las cosas, con una derecha boba al frente, estamos mal; no puede ser que no entiendan la importancia de un acuerdo político con base en cambiar el país en 5 años, a ese acuerdo político, con todo lo que tiene que tener, se pone después un candidato. El que decidan las encuestas, se habla, se dice y se hace  sobre un proyecto y no quieren,

¿Bobos políticamente? Sin duda; perdieron la oportunidad de las internas y van por destruirse internamente, siendo parte de una mesa de unidad que no funciona; la democracia y el país requieren certeza de que se puede derrotar al gobierno para iniciar la reconstrucción democrática que permita recuperar al país del descalabro en el que se encuentra.

Sabrán ellos…


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