Fuente: https://www.marca.com
El asteroide 2024 YR4 tiene, actualmente, un 2,4 por ciento de impactar contra la Tierra. Los científicos no han encendido las alarmas, pese a monitorear su evolución. De hecho, hasta sabemos cuándo podría chocar contra nuestro planeta: el 22 de diciembre de 2032. El riesgo, repetimos, es por ahora muy escaso. Pero, llegado el momento, ¿podríamos frenarlo?
Las misiones DART y Hera
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Para responder a esta pregunta debemos conocer las misiones DART y Hera. La primera, desarrollada por la NASA en septiembre de 2022, consistía en lanzar una nave espacial contra el asteroide Dimorphos, de 152 metros, con el objetivo de modificar su órbita. La nave, Double Asteroid Redirection Test, cuyas siglas significan dardo en inglés, logró su objetivo.
La trayectoria de Dimorphos se redujo en 33 minutos. Y aquí entra la misión Hera, liderada por la ESA (Agencia Espacial Europea). La sonda de la ESA fue lanzada el 7 de octubre de 2024 y pretende analizar con más exactitud los efectos del impacto cinético de DART. Entre otras cosas, busca determinar si el choque causó un cráter o alteró por completo el asteroide Dimorphos.
Rayos X, explosiones nucleares, gravedad…
Además del billar espacial, la ciencia investiga para encontrar nuevas fórmulas contra el hipotético, y por ahora muy improbable, impacto de un asteroide. En septiembre de 2024, un estudio de Nathan Moore publicado en la revista Nature Physics planteó usar los rayos X de una explosión nuclear para vaporizar su superficie y provocar un cambio en su dirección.
Al margen de este reciente estudio, las explosiones nucleares y la tracción gravitacional han sido otros, junto a la fórmula del impacto directo realizada por DART, de los sistemas más teorizados por los científicos en las últimas décadas para desviar los asteroides. Así lo refleja un informe de la NASA publicado el 9 de diciembre de 2014.
«Los dinosaurios no tenían agencia espacial»
Ninguno de los asteroides detectados por las agencias espaciales suponen una amenaza. No hay escenarios apocalípticos a la vista. Los científicos apuntan que, incluso en el caso de que el 2024 YR4, de entre 40 y 90 metros, impactara en la Tierra, no se produciría una catástrofe global, aunque sí local, afectando, por ejemplo, a todo el territorio de la isla de Gran Canaria.
Pese a las ínfimas probabilidades de que ocurra, los telescopios de todo el mundo no pierden detalle de lo que ocurre fuera de nuestro planeta. De hecho, 2029 ha sido declarado por la ONU como Año Internacional de Concienciación sobre los Asteroides y Defensa Planetaria. «Los dinosaurios no tenían agencia espacial», puede leerse en la web de la ESA.