Complementario y concertador: el perfil del aspirante a vicepresidente del país


El postulante a la Vicepresidencia de Bolivia debe reflejar los componentes de la sociedad, y poder gobernar en la Asamblea Legislativa Plurinacional en el debate.

 

Fuente: Visión 360
Por Paulo Alejandro Lizárraga Alvarado

Complementar al candidato a presidente en el binomio electo, ser concertador y tener temple necesario para, en caso de ser elegido, presidir la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) son los rasgos del perfil que debe tener un aspirante a la Vicepresidencia, de cara a las próximas elecciones generales, según políticos y expertos en lectura política.

“El perfil del vicepresidente generalmente depende del perfil del candidato a presidente. Se busca complementariedad. Por ejemplo, si yo saliera candidata única de la oposición, buscaría un vicepresidente varón. Si el candidato ganador es de Santa Cruz, seguramente buscaría un vicepresidente del occidente del país”, consideró la precandidata del Bloque de unidad, Amparo Ballivián, en contacto con Visión 360.



En esa misma línea, el analista Pedro Portugal sostuvo que la complementariedad del binomio es como una suerte de norma, “no abiertamente declarada”, pero que es una práctica en la política nacional.

“Hay una práctica de sentido común, me parece, en estos últimos tiempos, en los cuales se ve al presidente y vicepresidente como un símbolo de complementariedad; es decir, que de alguna manera tiene que reflejar la unión de los diferentes componentes que tiene el país. Sobre esta práctica que ya desde hace tiempo está en vigencia, de forma incluso no abiertamente declarada, se muestran los aspectos que priorizan los candidatos y que piensan que pueden motivar la decisión de la ciudadanía”, consideró el analista.

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Para el diputado José Manuel Ormachea, de Comunidad Ciudadana (CC), la determinación de una fórmula (Varón–Mujer, Sector popular–Clase media u Oriente–Occidente) no es de mucha importancia para el boliviano.

“No solo lo demuestra la evidencia empírica, sino también los estudios que se han hecho al respecto sobre el comportamiento electoral de los bolivianos durante los años. Los binomios hombre-mujer, oriente-occidente, indígena-clase media y otros no tienen mucha importancia para el boliviano. Y eso lo dice la historia electoral del país. Durante 20 años han sido dos hombres del occidente que han gobernado Bolivia y ninguno particularmente joven: Evo-Álvaro y después Lucho-David”, expresó.

En los últimos años, los mandatarios que presidieron el país, tanto el presidente como el vicepresidente, respondieron precisamente a este criterio, específicamente en el ángulo de clase media y sectores populares.

Aún no definido

El candidato a vicepresidente aún no está definido tanto en el oficialismo como en la oposición. Para el MAS, la elección del candidato a presidente como del postulante a vicepresidente será determinada de forma orgánica, en consulta en un ampliado que se llevará a cabo en marzo de este año, con la presencia de los representantes de los sectores matrices del instrumento político, según informó la dirección nacional del partido azul, días atrás.

Lo propio ocurre en filas de la oposición. En el Bloque de unidad contemplan la realización de una encuesta para elegir al candidato a presidente, pero en el caso de su compañero de fórmula aún no se definió la modalidad de elección.

“Aún no se ha hablado de eso. El tema no se ha discutido en el Bloque”, respondió de forma breve Ballivián, quien consideró, a su criterio, que la elección del compañero de fórmula del candidato a presidente será una decisión del ganador de la encuesta.

En ese contexto, Ormachea confirmó, también, que lo único definido en el Bloque de unidad es la elección del candidato a presidente que hará frente al oficialismo en los comicios presidenciales.

“El Bloque de unidad no ha definido cómo se elegirá al vicepresidente del binomio que vaya a componer este bloque. Lo único que se ha decidido es que una encuesta defina quién será el candidato del bloque de unidad y que el primero sea el candidato”, informó el legislador.

“Tender puentes”

Entre los rasgos que debe tener un aspirante a vicepresidente están la capacidad de concertación y de tender puentes.

“Aquí tiene que ser una persona muy equilibrada, que tenga una muy buena llegada entre oriente y occidente y fundamentalmente que tenga una visión nueva de país (…). Debe ser una persona de diálogo, concertación y que goce también de la credibilidad de todos los miembros de la Asamblea. Eso es fundamental, para lograr tender puentes entre la diversidad de la discusión que va a ser una característica del Legislativo”, manifestó el rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) y precandidato del Bloque de unidad, Vicente Cuéllar.

Portugal concluyó, al respecto, que el que no coincidan los lineamientos del presidente y el vicepresidente “es sano” en una sociedad democrática; sin embargo, advierte que es “extremadamente peligroso” si dicha sociedad cuenta solo con estructuras políticas “endebles”.

“Eso sería sano en una democracia, pero también es extremadamente peligroso en estructuras políticas endebles y en formas que todavía nuestra institucionalidad no tiene un peso adecuado. O sea, en diferentes puntos de vista en un gobierno entre presidente y vicepresidente no se reflejarían necesariamente, digamos, todas las posibilidades de poder dirigir una identidad política, sino a veces puede reflejarse en una confabulación de uno contra el otro, en este caso vicepresidente contra presidente, en una cuestión que es común en nuestro país, que es, digamos, el hecho de querer llegar al poder máximo cuando no se lo tiene”, sostuvo el analista.

La “quinta rueda”

La función del segundo hombre de Estado es la de reemplazar al presidente en su ausencia, puesto que el país no puede quedar acéfalo ni por un segundo. Portugal afirmó que la posición de vicepresidente fue llamada corrientemente a ser la “quinta rueda” del carro, en la mayor parte de los casos.

Sin embargo, uno de los más influyentes fue el caso de Álvaro García Linera, de quien consideró que se trató de una “rueda única” y “casi exclusiva de un monociclo”, y que el apoyo logrado por Evo Morales fue en función de garantizar la práctica política que recaía en manos de su compañero de fórmula.

“Lo que se ha demostrado es que los roles que tiene el vicepresidente obedecen más a la naturaleza y capacidad individual y profesional que a lo que la ley pueda dictaminar. O sea, las leyes bolivianas obligan casi al vicepresidente a hacer lo que se llamaba corrientemente la quinta rueda del carro, y durante el gobierno de Evo Morales, el vicepresidente era la única y casi exclusiva rueda de un monociclo. La misma, digamos, predominancia de Evo Morales era subalterna a asegurar el apoyo popular, digamos, a una gestión práctica que estaba en las manos de García Linera. Esto ha calado profundamente, me parece, haciendo un paréntesis en la percepción que tiene Evo Morales de la función política”, argumentó en su análisis.

Según el artículo 174 de la Constitución, son atribuciones del vicepresidente asumir la Presidencia en casos establecidos, coordinar relaciones entre el Ejecutivo, el Legislativo y los gobiernos autónomos; Participar en las sesiones del consejo de ministros, coadyuvar con el presidente en la dirección política general del gobierno y en la formulación de política exterior.

Temple, un requisito para presidir la Asamblea Legislativa

El vicepresidente, al ser el segundo hombre del Estado, tiene la obligación por ley de presidir la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), según lo establece el romano I del artículo 153 de la Constitución Política del Estado.

Para Omachea, el llamado a ser la segunda autoridad más importante del Estado debe “ser una persona que tenga la capacidad y experiencia para poder manejar el Legislativo de tal manera de que las reformas que se busquen puedan ser aprobadas lo antes posible”.

Para ello, complementa, otro de los requisitos fundamentales será que el vicepresidente sea una persona leal a los lineamientos del presidente. El legislador sostiene que el compañero de fórmula del aspirante a la Presidencia debe tener “total y completa lealtad al presidente en un país tan convulso”.

Para el rector de la Uagrm, Vicente Cuéllar, “no es fácil” manejar el Órgano Legislativo, por su característico debate y en ocasiones confrontación de ideas. Afirma que el nuevo vicepresidente debe priorizar el bienestar común, en lugar de la confrontación entre los miembros del Legislativo.

“No es fácil manejar la Asamblea Legislativa, por su composición, pero si se prioriza el bienestar común y el diálogo en vez de la confrontación puede dar un buen resultado”, agregó Cuéllar.

Durante la gestión, el vicepresidente David Choquehuanca ha sido cuestionado por su accionar para con el Legislativo, al no emitir convocatorias a sesión en momentos que fueron neurálgicos para la política, como en el momento de dar continuidad a las elecciones judiciales, entre otros.

Otro de los momentos en los que se cuestionó al segundo mandatario fue durante la suspensión de la Primera Sesión Ordinaria de la gestión 2024-2025, cuando a falta de orden en el Legislativo para la lectura del informe de gestión, esta tuvo que ser suspendida en el hemiciclo, el viernes 8 de noviembre del 2024.

En el periodo de gestión vigente, el oficialismo terminó por dividirse en dos bandos, el ala “evista” y el ala “arcista”, generando también una serie de conflictos, impasses, insultos y hasta enfrentamientos entre parlamentarios al interior del Legislativo, lo que dificultó el tratamiento de normativas importantes para la política nacional y económica, como sostienen desde filas del “arcismo”, y poniendo, además, en entredicho la gobernabilidad.

Pedro Portugal: “Tiene que reflejar los distintos componentes del país”

Hay una práctica que, de sentido común me parece de estos últimos tiempos, en los cuales se ve al presidente, al vicepresidente como un símbolo de complementariedad. Es decir, que de alguna manera tiene que reflejar la unión y los diferentes componentes que tiene el país. Entonces, sobre esta práctica que ya desde hace tiempo está en vigencia, de manera a veces incluso no abiertamente declarada, se van a mostrar los aspectos que priorizan los candidatos y que piensan que pueden motivar la decisión de la ciudadanía, por ejemplo.

Seguramente quienes piensan que las ideas de género son importantes y que es importante la revitalización de uno de los sectores de género que han sido subestimados en Bolivia, seguramente propondrán una fórmula en la que existe el candidato a presidente varón y una vicepresidente mujer, por ejemplo; o al revés, ¿no es cierto? Otros, digamos, pondrán quizás el acento en la diferenciación que existe a nivel social y económico. O sea, un candidato que pueda representar un sector intelectual, ¿no es cierto?, y el vicepresidente que pueda representar el sector laboral, por así decirlo. Y finalmente, quienes pueden dar acento a los componentes étnicos que tiene Bolivia.

A mí me parece que esa va a ser la tónica con la que van a juzgar a la mayoría de los candidatos. Es algo que se ha ido instaurando, digamos, en el discurso político y en la psicología de los ciudadanos en la actualidad política.

Paul Coca: “El vicepresidente es constructor de institucionalidad”

Resulta que el presidente y el vicepresidente, la pregunta no es si debe ser hombre o mujer, oriente u occidente, no. La pregunta es primero que integre al país, que sea un binomio con el que la gente se sienta identificado con ellos. Por otro lado, tiene que ser lo opuesto al candidato a presidente, de eso se trata.

En la historia de Bolivia está por demás demostrado que los binomios opuestos son aquellos que han dado mayores resultados. En este caso veo lo siguiente: todos quieren ser presidente, pero nadie quiere ser vicepresidente. El vicepresidente de Bolivia es constructor de institucionalidad. Con la anterior Constitución sí, era la quinta rueda del carro; con la actual tiene más roles, no solo el de ser la persona que supla al presidente.

Además de ser presidente de la Asamblea Legislativa, el vicepresidente es la persona que tiene que ser el nexo entre los Órganos del Estado, debe proponer políticas de Estado y de Gobierno en Gabinete de ministros o el presidente. Ser el nexo entre Órganos Legislativo-Ejecutivo, del nivel central del Estado con las entidades territoriales autonómicas.

Es decir, tiene un rol bastante grande, desempeñar misiones diplomáticas a nombre y representación de nuestro país. Si los legisladores van a trabajar, es el vicepresidente quien al mismo tiempo presidente de la ALP el que los tiene que hacer trabajar y eso es lo que se necesita, alguien que los haga trabajar a los legisladores. Eso es lo que tiene que ser el perfil, lo opuesto a un presidente.

Los últimos 5 vicepresidentes que tuvo Bolivia

  • Víctor Hugo Cárdenas (1993-1997) Primer vicepresidente indígena, promotor del bilingüismo en la educación, impulsor de la participación popular y derechos indígenas
  • Jorge Tuto Quiroga (1997-2001) Fue vicepresidente del último gobierno del general Hugo Banzer Suárez. Reemplazó al mandatario, quien renunció por su salud.
  • Carlos D. Mesa (2002-2003) Fue vicepresidente de Goni. Asumió la Presidencia tras la renuncia del mandatario, por los conflictos de octubre de 2003.
  • Álvaro García Linera (2006-2019) Fue vicepresidente de Evo Morales desde 2006 y fue gravitante durante las gestiones del MAS, durante 14 años de gobierno.
  • David Choquehuanca (2020-2025) Es el vicepresidente del gobierno de Luis Arce, que comenzó en 2020. Fue promotor del “vivir bien” y el pensamiento indígena.


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