El ataque de Luis Vásquez a nuestra diputada Luisa Nayar: una falta de respeto a la representación cruceña y a la democracia dentro de la unidad


 

El reciente ataque de Luis Vásquez, asesor de Jorge “Tuto” Quiroga, contra la diputada Luisa Nayar no es solo una muestra de intolerancia política, sino un acto abiertamente misógino. Su reacción desproporcionada revela un problema estructural dentro de ciertos sectores de la política boliviana: el intento sistemático de desacreditar y silenciar a las mujeres cuando ejercen su derecho a opinar y proponer soluciones dentro de los espacios en los que legítimamente participan.

Luisa Nayar no es una activista espontánea ni una figura improvisada en este debate. Es una diputada electa por Santa Cruz, lo que significa que representa la voz de una parte del pueblo cruceño que le delegó su confianza a través del voto. Sin embargo, Vásquez parece tener problemas con que una mujer cruceña asuma un rol propositivo dentro del bloque opositor. En lugar de debatir con argumentos, recurre al ataque personal, al ad hominem, insinuando sin pruebas que su propuesta busca un “cuoteo de poder”.



Este tipo de ataques no son nuevos, pero lo que resulta inaceptable es que dentro del mismo bloque de unidad al que pertenece Comunidad Ciudadana, Vásquez no permita ni opinar e intente socavar la participación de una representante legítima del pueblo cruceño. No se trata solo de una disputa política, sino de un intento de desautorizar a una mujer en un espacio de toma de decisiones. ¿Le habría respondido igual si el planteamiento viniera de un hombre como Carlos Mesa?

Además, su actitud refleja una contradicción evidente: ellos son los que han actuado de manera unilateral, al insistir en que la candidatura de Tuto Quiroga es “irreversible”, sin respetar el acuerdo de esperar los resultados de la encuesta para saber quién será el candidato de la unidad. Si alguien está atentando contra la unidad, son ellos mismos. La propuesta de Nayar, lejos de buscar cuoteo, es un mecanismo de garantía para que nadie pueda traicionar el pacto y lanzar su candidatura fuera del consenso. Y eso parece ser lo que le molesta a Vásquez: que esta medida impide maniobras políticas que posibilite que su candidato decida salirse de la unidad.

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Es preocupante que dentro de un bloque que pretende representar el cambio y la unidad, haya personajes que reproducen las mismas actitudes patriarcales y autoritarias que dicen combatir. Santa Cruz ya ha repudiado antes los ataques contra nuestra gente. Basta recordar la indignación generada por los comentarios de Manfred Reyes Villa y su asesor, que ni siquiera estaban dirigidos a un representante electo o un cruceño en concreto, sino a la población en abstracto. Lo de Vásquez es aún más grave, porque su ataque va directamente contra una cruceña con representatividad democrática, pero además una cruceña reconocida como una de las pocas que ha cumplido medianamente su mandato, a diferencia de los dinosaurios que los Tutistas están reviviendo, que tuvieron un desempeño mediocre.

Este tipo de comportamientos no pueden pasarse por alto ni normalizarse dentro del bloque opositor. Luis Vásquez debe disculparse públicamente, no solo con Luisa Nayar, sino con todos los ciudadanos que ven en su actitud una falta de respeto a la representación política de Santa Cruz y al derecho democrático de libertad de expresión y participación de las mujeres en la política. Si de verdad la oposición busca unidad, debe empezar por respetar a quienes, como Luisa, trabajan por construirla.

“Sin Santa Cruz ustedes no son nada, respeten a nuestra gente”

 

Fuente: Nadia Beller


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