El evismo contra la prensa


Emilio Martínez Cardona

Acabo de hacer un repaso de las presiones y ataques sufridos por la prensa en Bolivia durante el último trimestre del 2024, y el evismo aparece como el foco principal de estas agresiones, entendido tanto a nivel cupular (ex ministros, abogados del ex presidente y el propio Evo Morales) como de base (bloqueadores que atacaron físicamente a periodistas).



En segundo lugar, se encuentran varias gobernaciones departamentales en manos del oficialismo (Oruro y Potosí), que han intentado judicializar a trabajadores de la prensa, mientras que la Autoridad de Telecomunicaciones (ATT) fue señalada de mantener las sanciones contra una radio yungueña, incumpliendo una resolución ministerial.

En trimestres anteriores, los ataques habían provenido también de los ocupantes ilegales de tierras, y más recientemente (febrero del 2025) hay que remarcar como uno de los riesgos principales la “conminatoria” judicial emitida contra periodistas para declarar en “un caso de terrorismo” (los bloqueos evistas en los valles cruceños).

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Volviendo a lo primero: en el trimestre de octubre a diciembre del 2024, los ataques verbales fueron una constante desde el mencionado sector político, incluyendo al ex ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana, quien acusó a la prensa de “pasar del cártel de la mentira al cártel del magnicidio”, luego de que varios medios hicieran una cobertura crítica sobre sus declaraciones, respecto a que “los bloqueos se alimentan con sangre”. “Hay que refundar los medios de comunicación”, dijo el ex ministro, en una amenaza bastante explícita contra la libertad de prensa.

Por su parte, el ex ministro de gobierno y abogado de Evo Morales, Jorge Pérez, dijo que “estamos analizando procesar a las personas que están interfiriendo con la verdad, manipulando la información”, nuevamente en relación a la cobertura periodística. Pérez estuvo acompañado en esa ocasión por otro ex ministro de gobierno, Carlos Romero.

En noviembre, fue el propio Evo quien se sumó a la campaña de descalificación, señalando a la prensa nacional como su “enemigo número uno”.

Entretanto, se sucedieron varias agresiones físicas graves contra periodistas que cubrían los bloqueos carreteros y los mitines del ex mandatario: una periodista golpeada, con lesiones en la espalda, durante una marcha encabezada por Morales; un fotógrafo español alcanzado por la onda expansiva de una dinamita, lanzada por un manifestante en Parotani, Cochabamba; varios periodistas secuestrados, apedreados y amenazados con ser quemados vivos en Mairana; y un reportero de televisión despojado de su equipo y que sufrió un intento de ahorcamiento.

Estos y otros casos merecieron la preocupación internacional y el pronunciamiento del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus iniciales en inglés), exigiendo que “las autoridades bolivianas encuentren y enjuicien a los responsables”.

 


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