Emiratos Árabes apuesta a la IA para acabar con su eterna sequía


En los salones de mármol de un hotel de lujo, expertos en inteligencia artificial esbozan modernas soluciones para un problema ancestral: cómo hacer llover en Emiratos Árabes Unidos, una rica nación en uno de los desiertos más grandes del mundo.

Unos turistas con sombrillas visitan la Calle de la Lluvia en Sharjah, en Emiratos Árabes Unidos, el 14 de julio de 2024
Unos turistas con sombrillas visitan la Calle de la Lluvia en Sharjah, en Emiratos Árabes Unidos, el 14 de julio de 2024 © Giuseppe Cacace / AFP/Archivos
Fuente: rfi.fr

Abu Dabi (AFP) – Este país del Golfo lleva décadas de trabajo y millones de dólares invertidos para intentar mitigar su clima seco, hostil y terriblemente caluroso que, sin embargo, no impide el aumento de una población predominantemente expatriada.

Los resultados han sido escasos hasta ahora. Pero en el Foro Internacional de Mejora de las Precipitaciones celebrado el mes pasado en Abu Dabi, surgió la idea de recurrir a la IA para extraer más humedad de los cielos a menudo despejados.



Una de estas iniciativas es un sistema de IA para mejorar la siembra de nubes, una técnica que emplea aviones para lanzar sal y otras sustancias químicas a las nubes para incrementar las precipitaciones.

El sistema «está casi acabado», afirma Luca Delle Monache, vicedirector del Centro Occidental de Extremos Meteorológicos e Hídricos (CW3E) de la Universidad de California San Diego.

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«Estamos realizando los retoques finales», agrega.

El científico reconoce que la IA no es una «solución milagrosa» para Emiratos Árabes Unidos.

La siembra de nubes incrementa el tamaño de las gotículas presentes en las nubes, que luego caerán en forma de lluvia. Se estima que permite aumentar la precipitación en un 10-15%, explica.

Pero solo funciona con un cierto tipo de nubes y, si no se aplica correctamente, incluso puede impedir la lluvia.

«Se debe hacer en el momento y el lugar adecuados. Por eso usamos inteligencia artificial», señala.

Aplausos a la lluvia

El proyecto de tres años, financiado con 1,5 millones de dólares de Emiratos Árabes, alimenta con datos meteorológicos, de satélites y de radar a un algoritmo que predice dónde se formarán nubes sembrables en las próximas seis horas.

Actualmente, un grupo de expertos estudiando imágenes de satélite se encargan de dirigir los cientos de vuelos de siembra de nubes que despegan cada año en el país.

Con solo unos 100 milímetros de lluvia anual, los casi diez millones de habitantes de Emiratos Árabes dependen principalmente de agua desalinizada, canalizada desde plantas que producen un 14% del total mundial, según datos oficiales.

La población es en un 90% extranjera y se ha multiplicado casi por 30 desde la fundación del país en 1971. Los habitantes se concentran en grandes ciudades como Dubái, Abu Dabi o Sharjah, refugios costeros del vasto desierto de Arabia.

No obstante, el país necesita lluvia para alimentar las capas freáticas y una serie de represas usadas para la agricultura y la industria.

Aunque las autoridades aseguran que las precipitaciones aumentaron, son tan inusuales que cuando caen algunas gotas, los niños empiezan a aplaudir y corren a las ventanas de su clase para ver tan insólito fenómeno.

La lluvia, incluso la artificial, se ha convertido en una atracción: en el Raining Street de Dubái, los visitantes pagan 300 dirhams (81 dólares) para caminar bajo una falsa llovizna.

Un vehículo destruido por las fuertes lluvias, abandonado en una carretera también afectada en Fujairah, en Emiratos Árabes Unidos, el 16 de mayo de 2024
Un vehículo destruido por las fuertes lluvias, abandonado en una carretera también afectada en Fujairah, en Emiratos Árabes Unidos, el 16 de mayo de 2024 © – / AFP/Archivos

El pasado mes de abril fue una excepción. Unas precipitaciones récord inundaron Dubái, provocaron el cierre de su aeropuerto y paralizaron la ciudad durante días.

Cautela

Para encontrar soluciones, Emiratos comenzó a organizar en 2017 este foro de expertos y su programa de mejora de la lluvia ha destinado 22,5 millones de dólares en becas en una década.

«Es un área muy de nicho en la ciencia atmosférica. Hay pocos expertos en el mundo y están casi todos aquí», afirma Delle Monache.

El algoritmo que prepara su equipo no es el único uso de la IA discutido en el foro.

Marouna Temimi, profesor asociado del Instituto de Tecnología Stevens en Nueva Jersey, presentó un sistema estadounidense que usa el aprendizaje automático para rastrear el trayecto y el impacto de las tormentas en tiempo real.

Pero como Delle Monache, Temimi también es cauteloso sobre estas soluciones basadas en la IA y sus límites.

La falta de datos detallados sobre la composición de las nubes -un problema común porque el equipo para analizarlo es caro- dificulta las predicciones precisas incluso a la IA, afirma.

«Todavía tenemos trabajo por delante porque tenemos datos, pero no suficientes para entrenar los modelos correctamente», explica.

El presidente del Consejo Mundial del Agua, Loic Fauchon, también pidió cautela y encontrar el equilibrio adecuado «entre inteligencia artificial e inteligencia humana».

«No vayamos demasiado rápido con la inteligencia artificial. Los humanos probablemente seamos la mejor opción», dijo.


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