Denuncias de víctimas de la organización criminal aparecieron en 2022. Las autoridades bolivianos alternaron entre confirmar y negar su presencia en el país , pese a que, hasta el momento, al menos cuatro personas fueron aprehendidas e identificadas como integrantes,
Los primeros indicios de la llegada del Tren de Aragua al país se conocieron en 2022. Un reportaje del periódico El Deber recuperó la historia de un menor de edad, víctima de trata y tráfico, encontrado en la región fronteriza de Pisiga, que reveló que la organización criminal venezolana ya operaba en Bolivia.
Sin embargo, pese a las evidencias y las confesiones de los aprehendidos, las autoridades nacionales oscilaron entre confirmar la presencia del grupo en el país o negarla. Se sumó que el Gobierno venezolano negó su existencia, llegando, incluso, a causar un impasse con Chile.
El Tren de Aragua es una megabanda criminal que se expandió desde Venezuela a Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Estados Unidos y México, además de Bolivia. Según las autoridades, la organización criminal está vinculada a tres tipos de actividades: extorsión, trata y tráfico de personas y tráfico de armas.
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El grupo nació en 2000 en Aragua, uno de los 23 estados de Venezuela. La sede de la organización se encuentra en la cárcel de Tocorón y es liderada por Héctor “Niño” Guerrero. Se estima que la integran más de 2.500 personas, según la organización Insight Crime.
La banda criminal comenzó como un colectivo sindical, cuando se construía el tren en Aragua. Inicialmente realizaban cobros ilegales y extorsiones para dar empleos, entre 2007 y 2010. Esta obra de construcción no llegó a concretarse y sus miembros pasaron a dedicarse a la trata de personas con fines de explotación sexual.
De acuerdo con el informe de Global Initiative, publicado en 2023, la trata de personas, especialmente con fines de explotación sexual, es la segunda economía ilícita más extendida en el mundo. Las mujeres venezolanas son su blanco principal.
Las reclutan en su país y las llevan por distintos países ofreciéndoles trabajo, lo que aceptan a causa de la crisis económica, política y social. En Bolivia, las víctimas son trasladadas a ciudades como La Paz, Oruro, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. Luego las llevan a la frontera y de ahí cruzan a Chile, ilegalmente, donde las explotan sexualmente.
En Bolivia los medios reportaron cuatro casos que probaron su presencia
1. Primera víctima
El 13 de julio de 2022 la Policía boliviana se topó con Paola (nombre referencial), una mujer de unos 20 años que declaró escapar de la organización criminal. Fuee captada en Venezuela mediante Facebook, gracias a una oferta laboral, que resultó ser, en realidad, explotación y abuso sexual en Chile.
No fue la única. Un año después fue el turno de Alfredo, un menor de edad cuyo traslado a Chile fue frustrado por la acción de la Policía boliviana.
2. Chivos expiatorios
Según el reporte de El Deber, en las cárceles de La Paz y Oruro se encuentran ciudadanos colombianos y venezolanos sentenciados por traficar droga. Los internos aseguran que fueron obligados por el Tren de Aragua, ya que una de sus tácticas es separar las familias que trafican, llevando a las mujeres y niños al trabajo sexual y a los varones a que trabajen transportando droga.
3. Las pruebas.
En abril del año pasado, las autoridades aprehendieron en Oruro a Ricardo José Cordero León (30), José Daniel Dorantes Gonzales (22), Alexamiel José Acosta Santaeli (30) y un menor de edad de 16 años. En su poder se encontraron armas de guerra como subfusiles, pistolas y granadas.
Los acusados adultos, que esta semana fueron sentenciados a 15 años en el penal de Chonchocoro, se identificaron como integrantes del Tren de Aragua e, incluso, intentaron amedrentar a las autoridades con esa información.
Inicialmente el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, indicó que los detenidos demostraban que la organización criminal se encuentra en el país. Sin embargo, días después se desdijo, tras que el gobierno venezolano negara la existencia del grupo.
4. Asesinato
A finales del año pasado un ciudadano colombiano fue asesinado con disparos de arma de fuego, supuestamente por negarse a pagar una comisión que sobrepasaría los 12.000 bolivianos.
La hipótesis que se maneja es que fue un golpe de un comando del Tren de Aragua en Santa Cruz. Sin embargo, las autoridades no confirmaron la idea.