Feliz día de los enamorados


 

 



El amor está en nuestro interior. Sucede dentro de nosotros mismos. Es nuestra elección irradiar esa dulzura de emoción que se encuentra en nosotros mismos (en nuestro ser). Es decir, no consiste en lo que hacemos o en aparentar algo, sino en lo que somos y nos expresamos de forma auténtica en sintonía a ello. Como «ser humano» nosotros decidimos de manera consciente como ser (ser una persona afectuosa o amorosa, alegre o agradable, está en nuestras propias manos. Es nuestra responsabilidad, reside en nosotros mismos porque si alguien más puede decidir aquello -lo que pueda ocurrir dentro de nosotros mismos-, eso lamentablemente sería nuestra peor y máxima esclavitud autoprovocada, permisiva y martirizante).

No se trata de narcisismo, menos aún de conquistar algo o a alguien para conseguir el amor; o que debamos ceder a un proceso para tenerlo; o, que otra persona u otro ser vivo (mascota) sea quien la tenga y nos la da (como extirpando algo, para recién obtenerlo). No consiste en extraer sino en compartir.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Tampoco es como salir de compras, probando simultáneamente diferentes alternativas hasta encontrar una supuesta mejor opción (o mejor partido) para quedarse con eso, acorde a lo que considera como aceptable (a propio beneficio y expectativa), siguiendo una serie de opiniones obstinadas y pretextos para justificarse, como ser: admiración, encandilamiento, respeto fingido, fascinación, etc., autoengañándose (esto es, vivir inventándose ilusiones, fabricándose ideas sobre otros en base a su propio gusto y satisfacción personal. Por eso, no se debe admirar ni despreciar a nadie sino percibir todo tal como es).

No se debe convertir a alguien como una cosa u objeto material, para adquirirla, poseerla, manipularla y reducirla a conveniencia, sometiéndola a seducción e intereses deshonestos, merced a caprichos, prejuicios y, en algunos casos, motivados por el lucro, transacción o negocio, avaricia, placer (confundiendo amor con sexualidad o atracción sexual), lujuria, entretenimiento y distracción, al extremo de instrumentalizarla (a la persona) como si fuese una llave, bajo la creencia de que a través de ésta, obtiene o consigue el amor, promoviendo el absurdo «chantaje» emocional económico (si no das dinero, no te doy mi amor, no lo mereces; o, te restrinjo y limito para controlarte y poseerte, violencia económica y patrimonial, previsto en los arts. 250 Bis y Ter del Código Penal); razón por la cual, se distorsiona todo, llevando dicho ser humano, una vida desagradable colmada de toxicidad humana, volubilidad, insidia, ansiedad, compulsión, embuste, teatro, drama psicológico, frustraciones y violencia. Es decir, una vida miserable.

Con todo ello, es menester no confundir el amor con relaciones humanas, pues toda relación humana es externa, es el conjunto de interacciones con determinados vínculos, por consecuencia, para que éstas (relaciones humanas) sean sanas, amerita administración, confianza, compromiso y sensatez recíproca.

En ese sentido, dado que cada 14 de febrero, recordamos el Día de los Enamorados, elijamos vivir alegres con nuestra pareja, compartiendo una relación de nutrición (de estar dispuestos a nutrir otra vida y de incluirla de forma consciente) en amor, integridad, fidelidad, lealtad y compromiso mutuo, con emociones sinceras y dulces que permiten el florecimiento integral de cada ser humano, no en opiniones obstinadas. Muchas bendiciones en sus vidas, queridos amigos. Ama. Si te vuelves muy amoroso, tu existencia será agradable. ¡Feliz San Valentín!


×