El gobierno izquierdista de Honduras acordó con la administración de Donald Trump mantener el tratado de extradición de narcotraficantes, a diez días de que ese país ejecutara su amenaza de retirarse por supuestos planes de un «complot» en su contra orquestado por Washington.
Fuente: rfi.fr
Tegucigalpa (AFP) – La presidenta Xiomara Castro anunció en su cuenta en X que llegó a un «acuerdo con la nueva administración de los Estados Unidos» para que el tratado continúe con garantías de «su aplicación objetiva», que no precisó.
Castro denunció el tratado el pasado 28 de agosto con el argumento de que buscaba evitar que Washington lo usara contra militares que le son leales y se facilitara así un intento de golpe de Estado, como el que derrocó en 2009 a su esposo, el entonces presidente Manuel Zelaya.
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Sin embargo, la oposición sostiene que la presidenta canceló en ese momento el tratado, que permitió encarcelar a medio centenar de narcotraficantes hondureños, para proteger a miembros de su gobierno y de su familia.
El tratado ha permitido la entrega de medio centenar de narcotraficantes hondureños a Estados Unidos desde 2014, incluyendo el expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), quien en junio de 2024 fue condenando a 45 años de cárcel por narcotráfico.
Este acuerdo con la administración Trump ocurre pese a tensiones bilaterales por la política de deportaciones de Estados Unidos.
En enero pasado, Castro había advertido que cerraría la base militar de Palmerola, que mantiene Estados Unidos a 50 km al norte de Tegucigalpa si Trump cumplía la amenaza de deportaciones masivas. No obstante, ya han llegado varios aviones con migrantes expulsados a Honduras.
Castro había puesto fin al tratado al condenar la «injerencia» de Washington por criticar una reunión del entonces ministro de Defensa, su sobrino José Manuel Zelaya, y el máximo jefe militar de Honduras con el titular de Defensa de Venezuela, el general Vladimir Padrino López, sancionado por Washington por narcotráfico.
«He asegurado el respeto a la integridad de las Fuerzas Armadas», agregó este martes la presidenta hondureña, quien había considerado esas críticas como parte de un «complot» de Estados Unidos.
Pocos días después, su cuñado Carlos Zelaya -hermano del expresidente derrocado y padre de José Manuel Zelaya-, renunció a su curul de diputado y a su cargo como secretario del Congreso, tras declarar ante la fiscalía sobre un video que circuló en el que se le ve reunido con un conocido narcotraficante hondureño.
Poco después, el ministro de Defensa renunció en solidaridad con su padre y para facilitar las investigaciones.
Carlos Zelaya dijo haber caído «en una trampa», al reconocer que participó en 2013 en esa reunión donde el narco ofreció financiamiento para la campaña electoral del gobernante partido Libertad y Refundación (Libre).
El cuñado de la presidenta fue mencionado en marzo pasado en el juicio en el que fue condenado en Nueva York el expresidente Hernández.
Al presentar los cargos contra Hernández, la fiscalía estadounidense aseguró que Honduras era un «narco-Estado».
© 2025 AFP