El gerente de la CFB remarcó que el sector no es responsable de los incendios, ni de la deforestación. Considera estas acusaciones conta el sector como ignorantes
Fuente: El Deber
Jorge Ávila, gerente de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), lamentó que los incendios sean el argumento para el cambio de uso de suelo cuando las tierras forestales, por sus características, no son aptas para la actividad del agro. Criticó que no se cuide los bosques y aseguró que los extremos de sequía e inundaciones que afectan al país son resultado de los avasallamientos.
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– ¿Cómo estuvo el desempeño del sector forestal en 2024?
Si hacemos un balance podemos decir que, a pesar de todo, fue un buen año. Es cierto que hubo y hay temas que se deben resolver, problemas que nos afectan a todos, sin embargo, el sector buscó la manera de sortear estos problemas y avanzar.
– ¿El comportamiento de las exportaciones fue el esperado?
Acá se debe hacer una precisión. Es cierto que las exportaciones en muchos sectores son fundamentales por la captación de divisas, pero en nuestro caso es el mercado interno el que dinamiza la producción y las ventas. Esto se deba a que las exportaciones fluctuaron entre los $us 90, 100 y 105 millones, pero la generación de recursos en el mercado local fue de unos $us 650 millones. Por eso su importancia que no solo en el valor que genera, sino porque el mercado interno le permite a todos los operadores ser parte importante y tener garantizado un mercado para sus productos.
Eso cobra más importancia cuando más del 89% de la producción de madera en Bolivia, en los últimos años, está en manos de operadores comunitarios, principalmente indígenas y en un menor porcentaje campesinas. El impacto socioeconómico en el mercado interno es muy importante, por eso es fundamental cuidar la economía del país para garantizar estabilidad a la producción forestal.
– ¿Entre los problemas que deben enfrentar qué lugar ocupan los avasallamientos?
Hay dos elementos importantes, primero los avasallamientos en las áreas forestales y el segundo elemento es que, producto de estos avasallamientos, aparecen los incendios. Solo como referencia, en 1996 consolidamos seis millones de hectáreas forestales en las que operaban 89 empresas, en la actualidad apenas contamos con dos millones de hectáreas operadas por 18 o 19 empresas.
– ¿Qué paso?
El 90% de esas tierras forestales, es decir de esos cuatro millones que perdimos, fue resultado de los avasallamientos. Es decir, hoy uno sobrevuela esas zonas forestales y lo que se encuentra son cultivos agrícolas y alguna actividad ganadera. El sector fue sujeto de un proceso de avasallamientos y ocupaciones que la gran mayoría, con el devenir del tiempo, se han consolidado y han sido reconocidos por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). Una situación que es ilegal y violatoria de la Constitución Política del Estado, violatorio del uso del Plan del Suelo (PLUS).
Lamentablemente de nada sirve tener la razón jurídica, si de hecho todos estos avasallamientos están consolidados con otros actores que nada tienen que ver con la actividad forestal. Y acá viene el otro problema que es el cambio de uso de suelo producto de los incendios que es el otro factor de destrucción de los derechos forestales y de los bosques, pues a partir de los incendios las personas que se dedican a estas ilegalidades pretenden cambiar el uso de suelo para que no sea de uso forestal, sino que pase al derecho agrario.
– Esta situación de avasallamiento ¿desde cuándo se hace más frecuente?
El proceso de avasallamiento se da con esta intensidad, para llegar al actual extremo, a partir de 2010. Se vislumbra un proceso planificado de ocupación de las tierras forestales, porque si uno analiza y ve quienes son los actuales propietarios de estas tierras, en más de un 80% son los actualmente llamados interculturales que han tenido un gran poder político, mucha impunidad que las ha permitido consolidarse en esas tierras.
– Quedan dos millones de hectáreas forestales bajo derecho, ¿la actividad forestal va a desaparecer?
Es probable que ocurra lo que usted indica, nosotros vamos a dar batalla en el marco de todas las posibilidades legales y democráticas que existen. Perder cuatro millones de hectáreas forestales es preocupante, más hoy cuando el principal actor forestal, productor de madera es el indígena, ya no es el empresario maderero.
PERFIL
Jorge Ernesto Ávila
Gerente General de la CFB. 59 años. Abogado con diplomado en legislación del medio ambiente y recursos naturales. 34 años trabajando en la CFB. Miembro de paneles internacionales sobre desarrollo forestal y medio ambiente. Fue docente en la USA y Constituyente
Fuente: El Deber