Litio: 17 años de promesas, descontentos y más de $us mil millones invertidos


Evo Morales, cuando era presidente, suscribió al menos tres contratos con empresas chinas para la explotación de evaporíticos en Uyuni y Coipasa, pero tuvo que anular una sociedad con la alemana Acisa. Ahora, Arce sigue sus pasos con chinos y rusos.

Yolanda Mamani Cayo

 

Evo Morales(2006-2019) y el actual presidente Luis Arce, muestran el carbonato de litio, extraído de las salmueras del Salar de Uyuni
Evo Morales(2006-2019) y el actual presidente Luis Arce, muestran el carbonato de litio, extraído de las salmueras del Salar de Uyuni

 



Fuente: El Deber

El litio, el ‘oro blanco’ que tiene el Salar de Uyuni, hizo pasar momentos difíciles al expresidente Evo Morales (2006-2019) y también complica al actual mandatario Luis Arce, —ambos elegidos por el MAS— quienes en sus casi dos décadas en el poder, proyectaron desde 2008 la explotación e industrialización del litio y otros recursos evaporíticos. El ambicioso plan enfrentó desde denuncias de corrupción hasta irregularidades en la suscripción de los contratos internacionales.

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Han pasado 17 años. Al inicio fueron 5,7 millones de dólares para financiar la construcción de una planta piloto destinada a extraer litio a orillas del Salar de Uyuni; luego se hablaron de otros elevados montos para dar continuidad al proyecto de “romper la maldición de ser productor de las materias primas”, según solía decir Álvaro García Linera cuando era vicepresidente (2006-2019).

Hoy, ni la estratégica empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), ni el Ministerio de Hidrocarburos y Energías han dado cuenta del monto total que el Banco Central de Bolivia (BCB) aportó para esta apuesta en calidad de “crédito extraordinario”.

Eso sí, según fuentes oficiales, se conoce que el Órgano Ejecutivo dispuso de al menos 6.860 millones de bolivianos, es decir, unos 1.000 millones de dólares, de acuerdo al cambio oficial, sin tomar en cuenta la devaluación y la apreciación de las divisas de estos dos últimos años.

Pero en esta entreverada historia de cientos de miles de millones de bolivianos o dólares, también son protagonistas consorcios empresariales de al menos seis países que, a lo largo de estos años, no solo pusieron sus ojos en las reservas del Salar de Uyuni (Potosí), sino también en el Salar de Coipasa (Oruro). Entre esos países están China, Alemania, Rusia, Francia, Austria e Irán.

Para los potosinos, representados por el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) y otras organizaciones campesinas e indígenas, las reservas del Salar representan una oportunidad histórica para su desarrollo.

“No quiero que Potosí siga siendo la vaca lechera del país”, dijo el jueves la diputada Mónica Torres (CC) al momento instalar una huelga de hambre en la Asamblea Legislativa para rechazar los nuevos contratos que firmó Arce con empresas de China y Rusia.

La histórica explotación de la plata y de otros minerales han aportado al desarrollo de la España colonial y, posteriormente, de Bolivia, pero sin dejar réditos al departamento. Así recoge la historiografía ampliamente debatida. Se suma al debate los indicadores de desarrollo humano que sitúan a la región en un nivel de pobreza extrema. Por eso, desde que se descubrió el litio, hace unos 50 años, es un tema clave e irresuelto para Potosí.

Sucedió, primero con la firma del contrato con la Lithium Corporation (Lithco), en el gobierno de Jaime Paz (1989-1993), después con el pacto entre YLB y el consorcio alemán ACI-Systems Alemania (Acisa) en 2018.

El acuerdo era por más de 60 años y, aunque supuestamente  tenía aspectos ventajosos respecto al mercado, los potosinos lo rechazaron porque, además, exigían más regalías.

En 2019, Evo Morales tuvo que romper el acuerdo, pero lo hizo en un contexto de crisis política marcada por las denuncias de fraude electoral que gatillaron su renuncia a la presidencia.

Ahora bien, los contratos firmados por el actual Gobierno con el consorcio chino Hong Kong CBC y la empresa rusa Uranium One Group generan dudas.

Desde la planta piloto

En 2008, Evo aprobó el Decreto Supremo 29496. Declaró prioridad nacional la explotación de los recursos evaporíticos del Salar de Uyuni y asignó “un presupuesto de $us 5.700.000” para la ejecución de ese proyecto piloto.

Esa norma también creó la Dirección Nacional de Recursos Evaporíticos de Bolivia, dependiente de Comibol y estaba bajo la tuición del Ministerio de Minería y Metalurgia. Ese monto se cuadruplicó. La planta piloto de carbonato de litio en Llipi, inaugurada en 2013, demandó una inversión de 19 millones de dólares. Incluyó la infraestructura civil, piscinas y un laboratorio para análisis de sales y salmueras.

La premisa del gobierno de Evo era que el proyecto de industrialización del litio se ejecute enteramente con recursos del Estado, vía crédito del BCB y de las Reservas Internacionales. El 21 de octubre de 2010, anunció que la estrategia de industrialización del litio, en sus tres fases iba a costar 902 millones de dólares.

En la primera fase (2008-2017), la Dirección de Recursos Evaporíticos se convirtió en Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos. En 2017, el Gobierno creó YLB.

Quiebre

Tras la fractura política del MAS, Arce cuestionó el proyecto desarrollado a través de piscinas. En abril de 2024, el entonces ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, dijo que entre 2008 y 2019, el Estado invirtió 4.871 millones de bolivianos para industrializar el litio y solo se recuperaron 98,9 millones de bolivianos. Las cifras no guardan relación con los anuncios de Evo.

“Desde 2013 a 2020 se ejecutaron 4.871 millones de bolivianos con créditos del Banco Central, total de ingresos 98,9 millones de bolivianos”, decía Molina y aseguró que el Estado no iba a recuperar la inversión “ni en 50 años”.

En tanto, entre 2021 a 2024, en la gestión de Arce, Molina aseguró que la inversión para el proyecto del litio en la estatal YLB fue de 1.346 millones de bolivianos.

Según el Presupuesto General del Estado (PGE) 2025, para este año el Gobierno dispuso 510.684.367 bolivianos para las tareas de la empresa estatal YLB.

El Complejo de plantas del proyecto de insdustrialización del litio del Salar de Uyuni

Tomando en cuenta esos montos de los últimos 17 años, el proyecto de industrialización de los recursos evaporíticos, desde la instalación de la planta piloto hasta hoy asciende a 6.860 millones de bolivianos.

Los favoritos de Evo y Arce

Así como Arce firmó contratos con empresas chinas para el proyecto de industrialización, el expresidente Morales también priorizó tratos con los asiáticos.

Por ejemplo, en mayo de 2016, con una propuesta de financiación de 1.2 millones de bolivianos, “la empresa china CAMC Enginering Co. Ltd. Bolivia Branch, se adjudicó la construcción, montaje y puesta en marcha de la Planta Industrial Sales de Potasio”, se lee en un boletín de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos.

Según YLB, la firma china terminó su trabajo en 2018, aunque la planta hasta 2022 operaba en un 16% de su capacidad.

El 16 de mayo de 2018, el entonces ministro de Energías Rafael Alarcón confirmó que la empresa china Maison Engineering se adjudicó la construcción de la Planta Industrial de Carbonato de Litio, en el Salar de Uyuni, por un monto de 96 millones de dólares.

El 6 de febrero de 2019, YLB informaba que el Gobierno seleccionó a la empresa china Xinjiang TBEA Group como “socio estratégico” para el desarrollo de proyectos de industrialización del litio en los que se debía invertir 2.300 millones de dólares.

Este consorcio chino fue elegido en alianza con América Baocheng Desarrollo y Tecnología del Salar, conformada en Bolivia, para financiar y ejecutar proyectos en el salar de Coipasa, en Oruro, y de Pastos Grandes.

En la era de Arce, en noviembre de 2024, YLB y la china Hong Kong CBC firmaron otro contrato para construir dos plantas de producción de carbonato de litio, con el sistema de Extracción Directa de Litio (EDL), con una inversión de 1.030 millones de dólares. La primera planta prevé producir 10.000 toneladas al año y la segunda 25.000 toneladas.

En septiembre de 2024, YLB y la empresa rusa Uranium One Group firmaron el primer contrato para para producir 14.000 toneladas de carbonato de litio al año en el salar de Uyuni, utilizando la tecnología EDL (Extracción Directa de Litio, diferente a las piscinas de Evo) con una inversión prevista de 970 millones de dólares.

En junio de 2024, el presidente Arce anticipaba que la firma rusa empezaría a producir carbonato de litio con el sistema EDL a partir de este año. No fue el único acuerdo suscrito con los rusos y existe una importante coordinación con empresas de esa nación.

ANÁLISIS

El nuevo gobierno debe ver tema del litio

Jimmy Osorio

Analista económico

Lo más sano es esperar al nuevo Gobierno y lo primero que debería haber hecho Yacimientos de Litio Bolivianos es socializar, informando sobre los beneficios y también los perjuicios sobre todo que va a tener el medio ambiente en la región.

Lo más aconsejable es que se deje en estatus quo porque los beneficios no se obtendrán de manera inmediata, puede demorar por lo menos entre cinco a diez años hasta que Bolivia cobre su primer dólar por la exportación del litio.

Entiendo la desesperación de la población potosina porque piensa que sus recursos naturales pueden ser regalados a esa empresa china, pero no va a ser de manera inmediata, además estos contratos tienen que ser revisados por la Asamblea Legislativa.

El Gobierno de Arce tiene menos de ocho meses y seguramente el próximo presidente y la próxima Asamblea Legislativa van a revisar. No hay forma de que el Estado se vea atado

El Gobierno ha fallado porque antes de firmar un contrato, antes de mandar a la Asamblea, debería haber socializado el proyecto de explotación del litio. Por eso, reitero, lo más sano y saludable era socializar los beneficios económicos, de desarrollo humano y también socializar el impacto ambiental.

Pero el Gobierno aun está a tiempo de hacer una pausa que es lo más recomendable, además hay temas más urgentes que debemos resolver como es el tema de la economía, el incremento en el precio del transporte, del pan.

Estamos viviendo una época electoral, el presidente se ha apresurado mucho, no es el tiempo y si es que el señor Arce decide ser candidato, este conflicto por el litio le va a restar apoyo. Los temas de larga data ya son competencia del nuevo gobierno, este gobierno debería estar ordenando la casa para dejarla ordenada y limpia.

Fuente: El Deber


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