A menos de seis meses para las elecciones generales, sin una convocatoria oficial y sin candidatos formalmente inscritos, se vive una fiebre electoral. Dicha fiebre pretende ser analizada por una serie de encuestas que buscan orientar al electorado a modo de diagnóstico clínico. Pero, aunque el paciente es el mismo y los síntomas que analizan los diferentes médicos (consultores) también lo son, los diagnósticos resultan distintos. En tal sentido, pongo atención sobre las tres últimas encuestas publicadas al 17 de febrero de 2025: la realizada por Panterra y financiada por Marcelo Claure, la realizada por Captura y promovida por Pepe Pomacusi, y la realizada por UNIDOS y un grupo de docentes de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), a modo de dar luces sobre lo que nos dicen estos diagnósticos.
Antes de analizar los resultados de estas encuestas, me atrevo a descartar la segunda. No porque haya sido promovida por un medio en específico, ni porque se desconozca el alma bondadosa que la financió, sino porque no cumple con las especificaciones técnicas que requiere una encuesta que pretende mostrar la intención de voto y otras preferencias a nivel nacional.
La encuesta de Captura solo se realizó en cuatro ciudades del eje central, cuya población agregada representa el 41,26 % del total de habilitados hasta las elecciones judiciales. En otras palabras, la encuesta de Captura ignora las preferencias del 58,74 % del electorado, por lo que sus resultados tienden a sobrerrepresentar las preferencias del área urbana central y resultan poco explicativos respecto a un panorama nacional. Por otro lado, no entiendo por qué dijeron que fueron 850 encuestas si 601 eran suficientes de acuerdo con los parámetros de margen de error (3,4 %) y confiabilidad (95 %) que dicen haber tomado en cuenta.
Entonces, respecto a la segunda encuesta, dudo que se trate de un descuido y sospecho que en ella subyace una estrategia que busca, con datos cocinados, presentar resultados parciales para confundir al electorado. Podría decir mucho más de esta encuesta; no obstante, con lo mencionado es suficiente para no tomarla en serio como muestra de las preferencias a nivel nacional.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
En cuanto a las encuestas de Panterra y de la UAGRM, hacen un esfuerzo por ser representativas. Los datos de sus fichas técnicas son congruentes (margen de error, confiabilidad, número de encuestados), lo que permite obtener un panorama a nivel nacional. Además, siguen criterios (selección por cuotas, ubicación geográfica, etc.) que les otorgan mayor seriedad. Aunque no me jugaría por decir que estas encuestas dicen la verdad (solo lo haría si tuviera acceso a su base de datos), la seriedad de sus fichas técnicas y la similitud de sus resultados son señales importantes para tomarlas en serio.
Tanto la encuesta de Panterra como la de la UAGRM presentan tres bloques y fracciones como opciones para ejercer el periodo 2025-2030. El primer bloque es el del Movimiento al Socialismo (MAS), el segundo es liderado por Manfred Reyes Villa y el tercero por el coreano Chi Hyun Chung. Finalmente, están algunas fracciones, unas más importantes como las de Samuel Doria Medina y la de Tuto Quiroga, seguidas de lejos por otras candidaturas que, por ahora, no vale la pena mencionar.
El bloque del MAS es liderado por Evo Morales en la encuesta de la UAGRM y por Andrónico Rodríguez en la de Panterra. Esto puede explicarse por qué en la encuesta que financia Claure no está contemplado Evo Morales. Esto hace pensar que Andrónico es capaz de cautivar, de forma inmediata, al menos un tercio del voto de Morales. Además, es importante resaltar la distancia entre Andrónico y otros líderes del oficialismo, como Luis Arce o Eva Copa. Estos factores identificables en las encuestas hacen del actual presidente de la Cámara de Senadores la única opción viable del MAS. No obstante, la candidatura de Rodríguez aún no se ha oficializado y dependerá de las negociaciones entre ambas facciones del MAS y sus aliados (MORENA y MTS) llevarlo a la papeleta.
Por otro lado, Manfred Reyes Villa se ha convertido en la única constante, no solo en estas, sino en varias encuestas. Su presencia en la cabeza de los rankings y la distancia considerable respecto a sus adversarios de la oposición política (desempeño superior al 50 %) lo posicionan como el candidato potable de este segmento. Es importante señalar que Manfred ha retrocedido respecto a anteriores sondeos; encabezar las encuestas lo ha convertido en blanco de ataques desde distintos flancos, por lo que su presencia en el podio puede entenderse como la consolidación de un segmento del electorado. De los tres que encabezan las encuestas, Reyes Villa es el único que depende de sí mismo para llegar a la papeleta, por lo que su presencia está prácticamente asegurada.
Como representante del tercer bloque está el coreano Chi Hyun Chung. Aunque en la encuesta de Panterra aparece por debajo de Andrónico y Manfred, en la encuesta de la UAGRM aparece junto a ellos. Esto es posible debido a que las encuestas que nos preocupan se realizaron en momentos distintos, y el margen de error de ambas hace posible tal escenario. La presencia de Chi puede consolidarse si continúa extendiendo su ventaja respecto a Doria Medina y Jorge Quiroga. Sin embargo, el camino de Chi para llegar a la papeleta no está allanado; tras no lograr acuerdos con los taxi-partidos, ha decidido formar el suyo propio. Además, no se sabe si el Órgano Electoral permitirá, en esta elección, la participación de un extranjero. El voto de Chi parece reflejar el voto de rechazo y cierto margen de aceptación que puede provocar un outsider.
Las encuestas también muestran que las candidaturas del bloque de unidad están lejos de resolver con éxito su acuerdo inicial. Tuto Quiroga y Doria Medina, los únicos que marcan porcentajes considerables, no logran despegar de sus lugares y se encuentran en un empate técnico que parece convertirse en un factor en contra más para que efectivicen su alianza. Estando tan cerca uno del otro, dudo que una encuesta que no identifique un claro ganador logre unirlos bajo un solo mando, más aún cuando los improperios entre ambos bandos se dejaron escuchar durante las últimas semanas.
Estos números, querámoslo o no, tienen su correlato en el campo político. En el caso de Andrónico Rodríguez, se observa cómo ambos bandos del MAS y sus aliados ven en él la salida a los conflictos internos y la posibilidad de rearticular las bases sociales e institucionales que tiene el partido de gobierno. En el caso de Manfred, se observa la capacidad de articular una estructura territorial a nivel nacional. Ningún político opositor está cerca de realizar concentraciones como las realizadas en el último mes en el eje central (Cochabamba: 40.000, Santa Cruz: 17.000 y La Paz: 6.000). En el caso de Chi, su presencia no es institucional ni territorial; se trata de una presencia sobre todo en redes sociales, lo que valida su lugar en las encuestas, pero al mismo tiempo evidencia una debilidad más: la incapacidad de realizar un control electoral efectivo.
Los tres bloques que ahora se disputan el podio comparten un rasgo en común. Tanto Manfred, Andrónico como Chi representan renovación. Manfred desde la clase política opositora, Andrónico desde el MAS y Chi como outsider: la crisis de representatividad se traduce en favorabilidad para quienes se presentan como rostros nuevos. Y, aunque ninguno de los tres sea nuevo en la política, los tres han sabido presentar una renovada forma de practicarla.
Por: Augusto Díaz Villanueva
Analista político.