Los desafíos del bloque de unidad


El bloque de unidad conformado por Samuel Doria Medina, Jorge Quiroga, Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho, Vicente Cuéllar y Amparo Ballivián, en las últimas horas, ha decidido integrar en su plataforma cuatro ejes programáticos en respuesta a la carta de varias personalidades del ámbito político, cultural y social. Estos ejes son: la restitución de la democracia, la defensa de la naturaleza, el respeto a los pueblos indígenas y sus tierras, y la lucha contra la corrupción y el narcotráfico.

Este es el segundo paso objetivo en la construcción de la unidad. El primero consistió en la firma del acuerdo/compromiso de una candidatura única para enfrentar al masismo en todas sus vertientes, tanto las abiertas como las encubiertas. La unión en torno a un solo candidato y plataforma es esencial para hacer frente a un régimen que, según el bloque, ha socavado los principios democráticos del país.



Los siguientes pasos de unificación programática estarán necesariamente cargados con la visión del candidato emergente de la encuesta concertada. En esta, la ciudadanía reflejará la mayor intención de voto hacia los precandidatos de la unidad, su mayor favorabilidad y la potencialidad porcentual poblacional susceptible de ser seducida por las cualidades del mensajero y su mensaje, lo que se denomina como el techo electoral. Este es un componente clave para definir el rumbo de la unidad, ya que no basta con reunir fuerzas, sino que se necesita a un líder capaz de cautivar a la mayoría de la población y ofrecer soluciones viables a los problemas del país.

En esta “unidad competitiva”, como se la ha denominado a esta suerte de pseudo-primarias opositoras, los únicos contendientes con posibilidades de liderar la unidad son Samuel Doria Medina y Jorge “Tuto” Quiroga. Tuto propone gestionar ante entidades financieras internacionales un soporte de 12 mil millones de dólares como colchón para realizar el ajuste monetario y cambiario, con el objetivo de implementar un programa liberal para Bolivia. Samuel, por su parte, ha lanzado sus “soluciones” para estabilizar la economía, devolver los dólares, terminar con la escasez de combustibles en los primeros 100 días de su mandato, además de adelantar una serie de medidas orientadas a reactivar la economía mediante el ahorro estatal. Samuel también plantea compartir el 50% de las recaudaciones con los departamentos, impulsar el turismo y fomentar la creación de un millón de nuevos emprendimientos privados en los cinco años de gestión. También promete la continuidad de los bonos sociales y, como un compromiso adicional, erradicar para “siempre” el reeleccionismo en el país.

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La historia nos demuestra que cuando se deben realizar ajustes estructurales en la economía, tales como devaluaciones, supresión de subvenciones y otras medidas similares, la mayor afectación recae sobre la población más vulnerable, y la recuperación es larga y dolorosa. Es innegable que algún tipo de ajuste debe llevarse a cabo, pues el modelo económico masista ha fracasado y se agotó junto con los recursos provenientes de la venta del gas. Sin embargo, los líderes del bloque de unidad deben ser conscientes de que cualquier medida de ajuste debe ir acompañada de políticas que protejan a los sectores más débiles de la sociedad.

El bloque de unidad tiene la gran responsabilidad de presentar un candidato que pueda conectar con estos sectores vulnerables y que logre transmitirles que el esfuerzo a realizar tendrá un componente social que los proteja y garantice su inclusión en todos los estamentos estatales. Este apoyo será crucial para convertir a estos sectores en el soporte «callejero» imprescindible para garantizar la gobernabilidad.

Además, es importante resaltar que una encuesta no solo debe estudiarse en términos de la intención de voto, aunque esta sea clave. También es necesario analizar los datos que reflejan la capacidad del candidato para lograr la victoria en las próximas elecciones y obtener un apoyo sólido entre las clases medias y bajas de la sociedad. Estas clases, históricamente más susceptibles a los cambios económicos, son esenciales para consolidar una base electoral que, más allá de las cifras, pueda asegurar una gestión política y económica exitosa a largo plazo.

La unidad como clave para la transformación de Bolivia

La unidad del bloque opositor es el primer paso esencial para transformar Bolivia. Frente a un modelo agotado, no basta con continuar con las mismas estructuras políticas, económicas y sociales. El bloque de unidad, al integrar sus esfuerzos, tiene la posibilidad de ofrecer una alternativa real para el país. Sin embargo, no solo se trata de juntar fuerzas políticas, sino de crear un mensaje que realmente conecte con las necesidades de la gente. Este es un momento crucial en el que se debe pensar en políticas inclusivas y transformadoras que beneficien a todos los sectores de la sociedad, especialmente a los más vulnerables.

Solo a través de un liderazgo capaz de conectar con las necesidades del pueblo y de implementar políticas inclusivas se logrará un futuro de estabilidad económica, experiencia y juventud, la receta ideal, justicia social y gobernabilidad democrática. La unidad, más allá de ser una suma de partes, debe ser una plataforma de esperanza que impulse un cambio profundo, que busque la equidad y que garantice que Bolivia avance hacia un futuro más justo y sostenible para todos.

Mauricio Alejandro Taboada Ortega


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