Los Eagles ganan la Super Bowl al aplastar a los Chiefs en la noche más negra de Mahomes


El equipo de Filadelfia se venga de su derrota de hace dos años en un partido marcado por los errores del mariscal de campo de Kansas City y el acierto de Jalen Hurts. Los Chiefs se quedan sin el soñado tercer título consecutivo.

Saquon Barkley, corredor de los Philadelphia Eagles, con el balón en una jugada de la Super Bowl. / Foto: Reuters

Fuente: El País

Patrick Mahomes vivió este domingo una pesadilla en Nueva Orleans. El quarterback, o director de ataque, de los Kansas City Chiefs tuvo su noche más negra. Con sus errores garrafales y su impotencia ofensiva, el aspirante a heredar el trono de Tom Brady como mejor jugador de la historia del fútbol americano allanó el camino a los Philadelphia Eagles para consumar una esperada revancha de la Super Bowl perdida hace dos años frente al mismo rival. Los Eagles aplastaron en la primera mitad a los Chiefs (24-0) y acabaron llevándose el trofeo Vince Lombardi de campeón de la NFL con una comodidad inimaginable (40-22) en un partido en que destacó Jalen Hurts.



Mahomes ―que llegaba envuelto en los elogios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump― soñaba con que su equipo fuera el primero de la historia en ganar tres años consecutivos la Super Bowl. Con los Chiefs como favoritos, los Eagles salieron con más hambre de triunfo, convencidos de poder ganar la Super Bowl y lo hicieron, consumando su venganza. Los de Filadelfia llevaban dos años esperando la revancha. Jalen Hurts, su quarterback o director de ataque, hasta llevaba en su móvil una imagen de él mismo fotografiado el día de aquella derrota para motivarse. No quería volver a pasar por lo mismo. Acabó consagrándose y asumiendo el protagonismo del triunfo.

Los aficionados de Filadelfia tampoco querían irse derrotados de nuevo y se hacían oír más en el espectacular Caesars Superdome de Nueva Orleans. Su himno, el Fly, Eagles, fly (Volad, Águilas, volad) y su canto de guerra (”E-A-G-L-E-S ¡Eagles!”) no dejaban de sonar y fueron ganando volumen durante el partido. Hasta el presidente, Donald Trump, y la cantante Taylor Swift, pareja de Travis Kelce, ambos hinchas de los Chiefs, se llevaron abucheos al aparecer en la pantalla gigante.

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Un muro para Mahomes

En el terreno de juego, la defensa de Filadelfia se convirtió en un muro para Mahomes, que jugó una primera mitad lamentable, impropia de alguien que, son solo 29 años, ya es uno de los mejores jugadores de la historia. Esta era la quinta Super Bowl de Mahomes en seis años y había ganado tres de las cuatro anteriores con una sangre fría y un dominio del juego admirables. Este domingo, sin embargo, se bloqueó.

En parte, le paró la gran presión de los Eagles, que tapaba las líneas de pase, le encimaba y le placaba a la mínima ocasión. Sin embargo, Mahomes cometió errores de principiante. Su único pase de touchdown de la primera mitad fue a un rival. Sufrió poco después otra intercepción tan cerca de la zona de anotación que los Eagles la convirtieron en el ataque inmediato. Así, dos de los tres touchdowns de los Eagles en la primera mitad fueron culpa del líder del ataque de los Chiefs. Nada funcionaba en su ataque. Cada intento era una frustración. Travis Kelce recibió su primer pase ―que le permite marcar un récord de recepciones en la Super Bowl― cuando el partido ya estaba 40-6 para Filadelfia. Poco importaba ya.

En defensa, los de Kansas City salieron concienciados para frenar a toda costa a Saquon Barkley, uno de los mejores corredores de la historia de la NFL y el gran refuerzo de los Eagles con respecto a hace dos años. Barkley sumó yardas suficientes para batir el récord de una temporada completa, que databa de 1998, pero los Chiefs impidieron que fuera el jugador decisivo de la noche.

Eso sí, tan obsesionados como estaban por tapar a Barkley, dejaron espacio para que Jalen Hurts encontrase alternativas de pase o incluso corriese él mismo. Tras los regalos aprovechados en la primera mitad, el ataque de los Eagles fue ganando brillantez durante el partido. Fue lo suficientemente efectivo para dar la puntilla a los Chiefs.

En el descanso, con el 24-0 a favor de los Eagles, algunos recordaban la mayor remontada en la historia de la Super Bowl, cuando los New England Patriots con Tom Brady al frente le dieron la vuelta a un 3-28 adverso en la final contra los Atlanta Falcons de 2017. Fue la quinta Super Bowl ganada por Tom Brady de las siete que tiene en su palmarés.

Sin embargo, avanzado el tercer cuarto, los Eagles anotaban un tiro de campo y luego un touchdown con un pase kilométrico de Hurts. El marcador se ponía 34-0 para los Eagles muy avanzado el tercer cuarto. Solo un milagro podía dar la vuelta al partido, pero no era día de milagros para Mahomes.

Los Chiefs evitaron el ridículo de quedarse en blanco, pero nunca tuvieron oportunidades reales de remontada. Su primer ensayo llegó a falta de medio minuto para el tercer cuarto, aunque fallaron el intento de conversión. Mahomes parecía haber vuelto en sí, pero llegó muy tarde a su cita con la historia. Con otros dos tiros de campo, los de Filadelfia se ponían 40-6 y ya no había ni emoción. Solo una cuenta atrás para lo inexorable. Los Chiefs solo pudieron maquillar un poco el marcador, con dos ensayos más, incluido un larguísimo pase de touchdown a la desesperada de Mahomes. Ya daba igual.

Los Eagles empezaron a celebrar el título por anticipado en las largas pausas para dar espacio a los anuncios en televisión. Hasta los aficionados de Filadelfia se enfriaron un poco en el estadio con esos parones tan prolongados, pensados acaso para un partido más vibrante.

Los de Kansas City se quedan sin poder lograr su tercera Super Bowl consecutiva. Sigue siendo un reto imposible en los 59 años de competición. Tom Brady, ahora comentarista de lujo ―por la millonada que cobra― de la Fox, se libró de tener que elogiar cómo Mahomes, su rival en el duelo para la posteridad, lograba lo que él nunca consiguió.


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