Un reciente análisis de científicos replanteó ideas convencionales sobre cómo se formó la vida en el planeta. Revelaciones sugirieron un desarrollo rápido y prematuro del proceso biológico
Nuevas investigaciones sugieren un origen más temprano de la vida en la Tierra (Imagen Ilustrativa Infobae)
Un reciente estudio puso en duda las teorías tradicionales sobre el origen de la vida en la Tierra, sugiriendo que esta pudo haber surgido en un periodo mucho más temprano de lo que se creía.
Fuente: infobae.com
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Según informó New Scientist, investigaciones recientes basadas en fósiles, análisis genéticos y modelos geológicos indican que la vida pudo haberse desarrollado durante el periodo Hadeano, una etapa temprana de la historia del planeta caracterizada por condiciones extremas y aparentemente hostiles para cualquier forma de vida.
De acuerdo con el medio, la Tierra se formó hace aproximadamente 4.500 millones de años a partir de la colisión de rocas en torno a un joven Sol.
La formación de la Tierra y la influencia del Bombardeo Intenso Tardío en el surgimiento de la vida (Imagen Ilustrativa Infobae)
Durante mucho tiempo, los científicos asumieron que la vida no pudo haber surgido hasta al menos mil millones de años después, debido a un evento conocido como el Bombardeo Intenso Tardío, en el que el planeta habría sido golpeado por una lluvia de asteroides entre hace 4.000 y 3.800 millones de años.
Sin embargo, esta teoría fue cuestionada en los últimos años, ya que nuevos análisis sugieren que los impactos no fueron tan concentrados en el tiempo como se pensaba originalmente.
El impacto de Marte y la posibilidad de vida temprana
Uno de los eventos más significativos en la historia temprana de la Tierra fue la colisión con un cuerpo del tamaño de Marte, que ocurrió poco después de la formación del planeta.
El impacto con un cuerpo del tamaño de Marte y sus efectos en las condiciones para la vida (Imagen Ilustrativa Infobae)
Este impacto, que dio lugar a la formación de la Luna, habría vaporizado la superficie terrestre, eliminando cualquier forma de vida que pudiera haber existido previamente.
Según explicó Philip Donoghue, investigador de la Universidad de Bristol, cualquier organismo que hubiera surgido antes de este evento habría sido completamente aniquilado.
A pesar de este escenario catastrófico, Donoghue señaló que algunos modelos sugieren que la vida podría haber sobrevivido en las profundidades de los océanos, donde las condiciones habrían sido más estables.
Además, el medio destacó que la idea de un bombardeo intenso y concentrado en el tiempo fue desmentida, ya que las muestras de rocas lunares recolectadas durante las misiones Apolo solo reflejan un periodo limitado de impactos, lo que llevó a una interpretación errónea de los datos.
Fósiles antiguos y el desafío de rastrear los orígenes
La vida podría haber comenzado durante el periodo Hadeano, marcado por condiciones extremas (Imagen Ilustrativa Infobae)
El registro fósil es una de las herramientas más importantes para entender el origen de la vida, pero también presenta grandes limitaciones, especialmente cuando se trata de los primeros mil millones de años de la historia terrestre.
Según New Scientist, los procesos geológicos, como la tectónica de placas, destruyeron o alteraron la mayoría de las rocas más antiguas, dejando solo pequeños fragmentos, como cristales, de ese periodo conocido como el Hadeano.
A pesar de estas dificultades, se encontraron fósiles que datan de hace 3.500 millones de años en la región de Pilbara, en Australia Occidental.
Estos fósiles, que representan organismos unicelulares similares a bacterias modernas, son las evidencias más antiguas confirmadas de vida en la Tierra.
Los fósiles de 3.500 millones de años en Pilbara indican la presencia de vida temprana (Imagen Ilustrativa Infobae)
Sin embargo, existen hallazgos más controvertidos, como posibles microorganismos de hace 3.700 millones de años y trazas de carbono biológico en cristales de hace 4.100 millones de años.
Aunque estos descubrimientos fueron cuestionados, Donoghue afirmó que no deben descartarse por completo, ya que existe una probabilidad, aunque baja, de que sean auténticos.
El papel de la genética en la búsqueda del origen de la vida
Además de los fósiles, los avances en genética proporcionaron nuevas pistas sobre el origen de la vida.
En un estudio publicado en julio de 2024, Donoghue y su equipo intentaron determinar la antigüedad del último ancestro común universal (LUCA, por sus siglas en inglés), el organismo del que descienden todas las formas de vida actuales.
Antropólogas y científicas mexicanas trabajando en campo y laboratorio, destacando su impacto en la ciencia y el patrimonio cultural. – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Analizando genes compartidos por todos los seres vivos, los investigadores concluyeron que LUCA vivió hace aproximadamente 4.200 millones de años, solo 300 millones de años después de la formación de la Tierra.
Sin embargo, Donoghue enfatizó que LUCA no representa el origen de la vida, sino un organismo ya avanzado que surgió tras un largo proceso de evolución y complejidad creciente.
Esto implica que la vida pudo haber comenzado mucho antes, posiblemente durante el periodo Hadeano, cuando las primeras moléculas orgánicas se organizaron en sistemas vivos.
Un planeta excepcionalmente adecuado para la vida
La posibilidad de que la vida haya surgido tan temprano en la historia de la Tierra sugiere que el planeta podría ser incluso más adecuado para albergar vida de lo que se pensaba.
Nadja Drabon sugiere que la Tierra ha sido excepcionalmente adecuada para la vida desde sus inicios (Imagen Ilustrativa Infobae)
Según Nadja Drabon, investigadora de la Universidad de Harvard, el hecho de que la vida aparezca tan pronto como existe un registro geológico es un indicio poderoso de que las condiciones necesarias para su desarrollo estaban presentes desde el principio.
En este contexto, los nuevos hallazgos desafían las teorías tradicionales sobre el origen de la vida y además abren nuevas preguntas sobre cómo y dónde pudo haber comenzado este proceso.
Tal como destacó New Scientist, aunque aún queda mucho por descubrir, estas investigaciones están transformando nuestra comprensión de los primeros capítulos de la historia de la Tierra y de la vida misma.