En una polémica e irregular sesión, la comisión de Economía Plural de la Cámara de Diputados aprobó la semana pasada el contrato entre YLB y la empresa Hong Kong CBC Investment Limited, sucursal Bolivia, para la producción de carbonato de litio en el Salar de Uyuni, que tendrá una inversión de $us 1.030 millones.
“En cualquiera de las Fases, I o II de la Planta de Salmuera Residual, en caso de que por causa del suministro de Salmuera Residual no se pueda garantizar que el proyecto funcione económicamente para CBC, YLB deberá proporcionar financiamiento a CBC para transformar la Planta de Salmuera Residual a una planta de extracción de salmuera de pozo de la misma capacidad productiva, YLB se obliga a proporcionar Salmuera de Pozo a CBC en vez de residual; el periodo de operación y mantenimiento para dicha planta será al menos de treinta (30) años y el modelo de negocio será el mismo que el del proyecto de Salmuera Residual”, señala el documento.
Parte del contrato suscrito entre YLB y CBC. Foto: Captura
En una polémica e irregular sesión, la comisión de Economía Plural de la Cámara de Diputados aprobó la semana pasada el contrato entre YLB y la empresa Hong Kong CBC Investment Limited, sucursal Bolivia, para la producción de carbonato de litio en el Salar de Uyuni que tendrá una inversión de $us 1.030 millones.
A la vez, el documento establece plazos para la construcción de la primera fase de la planta, por ejemplo, un año para el diseño del proyecto y la obtención de la licencia ambiental; dos años para en el montaje y la puesta en marcha; tres años para la estabilización y 30 años de operación.
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Mientras que para la segunda etapa se prevé un plazo de 36 años; uno, para el estudio de factibilidad, diseño y licencias ambientales; dos años en la construcción y pruebas de rendimiento; tres años en la estabilización y 30 años para su funcionamiento.
Observaciones
Al respecto, el diputado de Comunidad Ciudadana (CC) Guillermo Benavidez consideró que la inclusión de ese punto es incongruente e identificó al menos dos riesgos: primero, que la empresa china ya no tomará en cuenta las salmueras residuales para su industrialización. Segundo, el Estado deberá devolver el costo total de una planta que no funcionará.
“CBC se olvidará de las salmueras, ya no las tomará en cuenta y (pedirá) hacer otra planta para perforar y sacar a boca de pozo, en las mismas condiciones que la planta de salmuera residual que tiene previsto producir 25.000 toneladas. Si la explotación de residuos no le rinde como esperaba, entonces Bolivia se obliga a financiar otra planta, pero Bolivia no tiene cómo financiar a los chinos para una nueva planta”, explicó el legislador.
A la vez, señaló que ese aspecto fue cuestionado y solicitaron una explicación al ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, durante la sesión en Diputados. Inicialmente, la autoridad negó que se haya incorporado ese párrafo. Después de mostrarle el escrito, no respondió.
Su colega disidente de CC Miguel Roca señaló que el contrato es confuso, ya que el Estado boliviano se hará cargo de los riesgos técnicos que pueda existir durante la implementación de las plantas, y no la empresa encargada de la explotación.
El legislador explicó que en ese tipo de contratos se busca gestionar los riesgos, generalmente, los operadores corren con los costos y gastos de los conflictos técnicos que se produzcan, y no el Estado.
“Hay otros riesgos, como los técnicos, que típicamente son asumidos y transferidos totalmente por el operador privado, esa es la lógica de los contratos. Aquí, de la manera más estúpida o simplemente corrupta, el Estado está manteniendo riesgos técnicos como el de la calidad de la salmuera o el de la provisión de la materia prima”, puntualizó.
Incluso advirtió que la implementación de la planta alterna puede derivar en un arbitraje en estrados internacionales entre el Estado boliviano y la firma china por millones de dólares; por eso, a su criterio, el país será el único afectado.