Agarrar del cuello a García Linera


Mgr. Fernando Berríos Ayala /Politólogo

 



Lenin fundó los Tribunales Revolucionarios y les otorgo el encargo de diseminar el terror de masas. En febrero de 1918 promulgó un decreto ordenando fusilar “sobre el terreno” a todos los agentes enemigos. Cuando uno de sus ayudantes protestó por ese decreto y le dijo: “¿Por qué nos molestamos en tener una Comisaria de Justicia? ¡Llamémosla francamente, Comisaria para el Exterminio Social y que actúe de esa manera!”. Lenin contestó: “Bien dicho, así es exactamente como debería llamarse, pero no podemos decirlo”. Esta triste muestra de la podredumbre de los “filósofos revolucionarios” me recuerda a una de las tantas teorías del intelectual anfibio entre investigador social y actor político Álvaro Marcelo García Linera, quien cuando ejercía la vicepresidencia, invitó a los “librepensadores” del parlamento a abandonar el proceso de cambio. “Los compañeros que no quieren aceptar este centralismo democrático y esta construcción de consensos, pueden retirarse, no hay ningún problema, tienen el derecho a no aceptar, pero una vez que aceptan las reglas no es ni un grupo de amigos ni somos librepensadores, somos revolucionarios”. Me propongo intentar delinear una trayectoria que me permita visualizar posibles relaciones del “intelectual” con las luchas sociales, políticas y teóricas, y no encuentro nada, solo emerge una relación clientelar y cínica entre “su” pensamiento crítico y las necesidades de “su” revolución. Dicen que detrás de una persona cínica, hay un idealista desilusionado. Dentro de este conjunto amplio de teorías, García Linera figura como uno de los que se concentran en derribar el sistema.

Su currículo/prontuario es extenso, de familia de clase media alta, se acercó a las lecturas de Kant, Hegel, Gramsci, Nietzsche, Marx y Lenin. En el año 1981 viajó a México para cursar sus estudios universitarios en matemática en la Universidad Autónoma de México pues, según él, las ciencias sociales las podía estudiar solo. Nunca termino los estudios porque prefirió acercarse a experiencias revolucionarias, las guerrillas indígenas campesinas de Guatemala, los movimientos populares en El Salvador y el movimiento nicaragüense, así se fue formando en la política radical. Allí, comenzaron sus lecturas leninistas y el interés por el armado político como modo de conquista del poder. En este contexto de teorizaciones y discusiones sobre la cuestión indígena-campesina y obrera, Linera toma contacto para desarrollar un trabajo político-ideológico con dirigentes campesinos indígenas y mineros, entre ellos Felipe Quispe y los kataristas. De esta organización surgiría el brazo armado del movimiento, el Ejército Guerrillero Túpac Katari que planteaba la lucha armada como vía para acceder al poder político y la insurrección indígena como estrategia política, la consigna de la sublevación indígena y obrera para la toma del poder bajo la idea de comunidad indígena como espacio de creación revolucionaria. A siete meses de haber comenzado las acciones armadas y luego de atentados dinamiteros contra torres de alta tensión y poliductos, asalto a una remesa universitaria, es detenido junto a otros militantes y dirigentes del EGTK. Confinado en una cárcel se acercó a la teoría sociológica, se encontraba a medio camino entre el sociólogo y el intelectual-estratega del bloque plebeyo de la sociedad, esta combinación fue el preludio necesario para llegar a la vicepresidencia en las elecciones de 2005, su trabajo: dotar de herramientas teórico-políticas a la constelación de movimientos populares/sociales que llegaban al poder, así como el combate ideológico político del masismo en el espacio público.

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Fue docente universitario de pre y posgrado sin poseer un título académico universitario y cometió perjurio cuando se auto denomino matemático de profesión. Aprovecho el clima de la universidad para difundir nociones sobre la cuestión obrera que estaban ligadas al interés de la acción política desde la perspectiva de las clases oprimidas, se manifestaba un proceso de diversificación y expansión del proletariado. Aparecía así un nuevo proletariado con la multiplicación de microempresas y tercerización de actividades, dotó de poder a la COB para sindicalizar a los movimientos sociales, era una de las bases del poder político, simples marionetas de la movilización popular para minar la legitimidad de los partidos políticos, era la valorización de la política en las calles y de la acción directa como forma de lucha. Si antes habíamos sido sitiados dentro nuestro territorio por la política tradicional, nos vimos enfrentados con el protagonismo no visto antes de la movilización popular, específicamente indígena y campesina. Así, sus planteamientos se alejaban de las lecturas más clásicas de los movimientos sociales, todas las miradas veían la acción de las masas como irracionales, no importaba, el concepto multitud sirvió para poder explicar esta fuerza emergente de acción colectiva en Bolivia, lo peor fue que nunca consolidó un proyecto de país del todo definido.

En su gestión como gobierno, sus preocupaciones teóricas fueron mutando hacia la cuestión del Estado, dejando de lado su antigua inclinación autonomista y termina aferrado a las actividades del partido dominante para mantener el poder. Para Linera el Estado se debía conformar con un nuevo bloque hegemónico capaz de manejar el país bajo la conducción indígena, campesina, obrera y popular para consolidar la igualdad, la democracia y garantizar el proceso de industrialización de una economía plural. La teoría de que el Estado tiene la capacidad de potenciar las articulaciones entre las formas modernas capitalistas y las formas tradicionales de la economía comunitaria que deba generar un “capitalismo andino” se vino abajo cuando reconoció que vivió aferrado al cuello de los capitalistas y que no tuvieron la capacidad de administrar una riqueza que no fue generada por ellos.

Oscar Wilde sentenció: “Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones. Un hombre cínico es el que sabe el precio de todo y el valor de nada”. Así, Linera el intelectual-estratega no sirve para la maldita cosa!!

Fuente: eju.tv


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