Álvaro Ríos no ve un plan para resolver la escasez de combustible, sino la admisión de un modelo fallido


El país ha tenido una política energética fallida y una política fallida en exploración”, añadió Ríos, al explicar que en Bolivia no se han repuesto las reservas que se descubrieron hace 25 o 30 años.

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Filas de cisternas y camiones por combustible. Foto: YPFB

 

Fuente: ANF / La Paz



 

Álvaro Ríos, especialista en materia energética, dijo que el Gobierno ha admitido que la situación en torno a la escasez de combustible es “insostenible” y resultado de su fallida política hidrocarburífera. En su opinión no hay ningún plan para responder al problema.

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Yo no creo que sea ningún plan, creo que más bien es admitir que la situación se ha tornado insostenible. Y que no le podemos echar la culpa del desabastecimiento a la sobredemanda, al carnaval, al inicio de clases, al oleaje, al ocultamiento, al agio, a los surtidores”, sostuvo el también analista en esta materia.

Explicó que el problema no es reciente, sino que data de hace 24 meses. No obstante, el Gobierno pretendió por mucho tiempo “tapar el sol con un dedo”, pero que la situación era “insostenible” porque el problema de fondo es la falta de divisas (dólares)».

El país ha tenido una política energética fallida y una política fallida en exploración”, añadió Ríos, al explicar que en Bolivia no se han repuesto las reservas que se descubrieron hace 25 o 30 años. “Esta es la razón por la cual Bolivia ahora no tiene energía y tampoco tienen con qué importarla”.

El Gobierno después de insistir que la falta de combustible era atribuible a una sobredemanda en la fiesta de carnaval, este lunes las autoridades del área hidrocarburífera admitieron que no hay dólares para importar combustible, por lo tanto no podían cubrir la demanda existente.

Asimismo, el ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, comunicó sobre un “plan” que apunta a ofrecer de manera coyuntural la importación de combustible al precio internacional. “El problema de Bolivia es que no tiene energía y no tiene con qué importarla”, insistió.

Por otra parte, observó que los sectores que ahora exigen que se garantice el combustible hace algún tiempo pidieron que se agilicen los trámites para que el sector privado pueda importar combustible para su consumo y comercialización, pero que los trámites siguen siendo engorrosos.

“Se podía haber aliviado en algo este profundo desabastecimiento que hay si los trámites hubieran sido sencillos y ágiles para que una parte del sector privado pueda importar (carburantes)”, añadió Ríos. Desde que el Gobierno anunció la libre importación de diésel, apenas había un interesado que había avanzado en sus trámites.

En su opinión los créditos no son la solución, sino que el gobierno sigue teniendo gastos dispendiosos; por ejemplo, en la construcción de plantas como las de biodiésel cuya inversión es en dólares, pero los constructores importan los materiales en moneda estadounidense y a la empresa se le paga en bolivianos, observó.

Mencionó que otra aberración que cometió el gobierno es  no haber quitado el subsidio a los combustibles de manera paulatina, lamentó que las autoridades no hayan considerado estas recomendaciones que podía haber aliviado la actual situación. En su criterio, las medidas son “parche”, pero no resuelven los problemas.

“La situación energética es desastrosa”, sostiene el experto al añadir que por lo menos hubo un “sinceramiento (del gobierno) de que estamos en una profunda crisis energética” y que las autoridades del gobierno “nos están dejando un pozo energético en una crisis muy grande”.

Añadió que no es suficiente los 1.600 millones de dólares que el gobierno de Arce exige a la Asamblea Legislativa que apruebe, porque solo este año se requerirá 3.200 millones de dólares para la importación de combustible y que el próximo año se necesitará 3.500 millones de dólares.