Beni, en Rurrenabaque, hacen fila desde hace cinco días para conseguir combustible


En tanto, en Caranavi (Yungas de La Paz), la situación por la escasez de combustible, «se está descontrolando», afirmó el alcalde Euztaquio Huiza

 

Fila para cargar combustible en Rurrenabaque. Foto: captura de pantalla video



Fuente: Brújula Digital

En Rurrenabaque, Beni, las personas que esperan cargar combustible llegan a hacer filas por cinco días, conoció Brújula Digital tras conversar con algunos pobladores.

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Una de las personas comentó este viernes que estaba desde el domingo en la cola para poder cargar gasolina para su moto que no tenía placas. Dice que a veces se turna con algunos familiares, pero que lo importante es no dejar la fila porque luego pierde el puesto.

“Hemos amanecido hoy como todos los días lo hemos estado haciendo. Yo estoy acá desde el domingo, porque si me hubiera movido hubiera estado otra vez (al inicio) en la cola”, aseguró.

Agregó que en el surtidor se registra un caos vehicular debido a la fila de camiones, autos y motos. Las discusiones entre los conductores son frecuentes. «Está un caos total en el surtidor», aseguró.

Una vecina de San Buenaventura, en La Paz, indicó que, debido a la falta de combustible en su localidad, su esposo debe trasladarse hasta Rurrenabaque para abastecerse. Explicó que en la localidad beniana carga en la estación de servicio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), ya que su vagoneta cuenta con placas; sin embargo, como la mayoría de motos y vehículos no las tiene la gente hace fila en los dos surtidores privados que existen y en donde se registra la mayor espera.

Indicó que en las estaciones privadas la gente espera por días. “Hasta más de cuatro días supe que están en la fila”, indicó a Brújula Digital.

No dejan cargar tanque lleno

Su marido se quejó de que la espera no es el único problema. El otro es que hay un límite de litros para comprar.

“Aunque tengas placa, en la única estación de servicio de YPFB que hay acá que siempre cargaban lleno el tanque, ahora (permiten solo) 150 bolivianos, (es decir) 40 litros. Hasta el surtidor del Estado está dando ese máximo por auto”, afirmó.

Él estuvo un día en la fila para cargar combustible que le alcanza para movilizarse por el pueblo, pero “ni pensar en viajar a La Paz. Con lo que me cargan podría llegar hasta Caranavi, pero luego ahí debería hacer otra fila de dos días”.

Añadió que, en la estación de YPFB, donde las filas son menores porque se exige placa, hay muchas personas que intentan comprar combustible en bidones.

San Buenaventura

Este viernes llegó un camión cisterna para abastecer el surtidor privado de San Buenaventura, donde no se exige placa para comprar. Sin embargo, solo se venden hasta 20 litros por vehículo.

“(En este surtidor el combustible) ha llegado hoy y la fila ya debe tener unos 6 a 7 km, y tengas placa o no, cargan 20 litros”, aseguró uno de los vecinos.

Caranavi

En Caranavi también hay escasez de combustible y filas que se extienden por kilómetros, informó el alcalde Eustaquio Huiza.

“A parte de los desastres que nos ha ocasionado las fuertes lluvias, ahora vivimos este problema de la falta de combustible, prácticamente Caranavi se está descontrolando, ya es una gran preocupación para nosotros como autoridades locales”, afirmó Huiza en entrevista con Unitel.

Explicó que, debido a que Caranavi es un punto de tránsito, muchos conductores llegan desde otras regiones para abastecerse.

Agregó que la situación empeora porque parte del combustible se desvía hacia Larecaja y zonas donde opera la minería ilegal. Indicó que esta irregularidad ya fue denunciada, pero que no hubo respuesta de las autoridades.

“En los anteriores meses ya denunciaron en la ANH, a Sustancias (la Dirección de Sustancias Controladas), pero quedó hasta ahí y continúa los desvíos de combustibles, cuando la población tiene gran necesidad de aprovisionarse”, señaló.

Crisis por combustible

La crisis por la falta de combustible llegó a su máximo nivel la semana pasada, luego que el Gobierno reconoció no tener la capacidad para distribuir el 100% del carburante que requería el país debido a la falta de dólares para comprarlo.

En el eje principal y en otras ciudades, las filas de vehículos aumentaron considerablemente a la vez que algunos productos escasearon y aumentaron de precio.

El fin de semana, el Gobierno empezó a distribuir combustible descargado de uno de los tres buques que llegaron al terminal marítimo de Sica Sica (Arica), lo que permitió reducir las filas en La Paz.

El buque Feliks trajo 40 millones de litros de combustible, el Pacific Moonstone, 30 millones de litros de gasolina, y Niblo, 20 millones de litros de diésel.


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