Bolivia sin mar: casi medio siglo sin relación con Chile y urgen cambio de plan


Después de la derrota jurídica de Bolivia en La Haya, el tema de la reivindicación marítima sólo se escucha cada 23 de marzo, hecho que expertos califican como un retroceso con Chile. Plantean un cambio estructural en las relaciones con Chile y con el mundo

Yolanda Mamani Cayo

 

FOTO: El Deber
Este 23 de marzo se conmemora el día de la reivindicación marítima

 



Fuente: El Deber

Con casi medio siglo de relaciones diplomáticas rotas entre Bolivia y Chile y con la reivindicación marítima sepultada en 2018 por el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) -tras la demanda que impulsó Evo Morales-, Bolivia conmemora un nuevo Día del Mar. Es el último mensaje en la era del presidente Luis Arce en sus cinco años de gestión. Diplomáticos de carrera ven un “fracaso rotundo” de la “diplomacia de los pueblos” que imperó los últimos 19 años de los dos gobiernos del Movimiento Al Socialismo (MAS).

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La excanciller Karen Longaric; el exembajador y experto en relaciones internacionales, Gustavo Aliaga; y la legisladora de la Comisión de Política Internacional del Senado, Daly Santa María, plantean que el nuevo gobierno que se establezca desde noviembre de este año debe trabajar en una reestructuración urgente de la diplomacia boliviana. Ellos sugieren que esta nueva administración no aísle a Bolivia de sus vecinos y que logre reestablecer las relaciones diplomáticas plenas con Chile; pero eso sí, sin dejar de lado la aspiración marítima centenaria.

“A partir del próximo gobierno tenemos que cambiar. Tenemos que hacer un giro copernicano y retomar las relaciones originales de Bolivia, y no sólo con Chile, sino con todos los vecinos. No podemos estar enfrentados con países de América Latina porque somos parte de ella”, planteó a EL DEBER el diplomático y diputado, Gustavo Aliaga (CC).

El experto dio cuenta que Bolivia y Chile rompieron relaciones diplomáticas hace ya 47 años -el 17 de marzo de 1978- tras el fracaso de las negociaciones entre Hugo Banzer y Augusto Pinochet, ambos gobiernos de corte dictatorial.  Ese quiebre lo convierte en el conflicto diplomático más prolongado en América Latina.

La feria transfronteriza de Bolivia y Chile que se desarrolla en el Hito 41

En esa línea, la excanciller Longaric también parte de la idea de que Bolivia y Chile deben reestablecer sus relaciones diplomáticas por ser países vecinos, por todos los temas comerciales y de frontera, migración, lucha contra el contrabando y contra el narcotráfico, entre otros.

“En esa agenda para nosotros siempre debe estar el tema marítimo. Veremos en qué momento se puede volver al diálogo sobre ese tema. Es algo que se tiene que trabajar mucho”, afirmó Longaric a este medio.

Todo, menos mar

Desde que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, aquel 1 de octubre de 2018, sentenció a Bolivia con 12 votos en contra y dijo que “Chile no contrajo la necesidad de negociar una salida soberana al mar”, el tema de la reivindicación marítima se desempolva tímidamente una vez al año: cada 23 de marzo en el discurso del presidente de Estado.

Y ese ejercicio queda solo en la arenga del mandatario que se choca con la acostumbrada indiferencia de La Moneda. En ese plano, para Gabriel Boric, que es de la misma tendencia de izquierda que Arce, la demanda marítima con Bolivia es un tema cerrado.
Pero el escenario cambia cuando se tratan otros temas de interés bilateral y surgen promesas de un futuro prometedor. “Tanto tiempo lejos con nuestros hermanos de Bolivia, teniendo tanto en común. Es hora de avanzar en mayor integración”, decía el presidente chileno, el pasado 1 de marzo, cuando se reunió en Uruguay con su homólogo boliviano.

“Sostuvimos un grato encuentro con el hermano presidente de Chile, Gabriel Boric, hoy en Uruguay. ¡Los vientos del sur soplan con más fuerza, unidad y justicia social!”, posteó el jefe de Estado boliviano en sus redes sociales, donde también presumió una foto con Boric, ambos sonrientes.

Retroceso con el MAS

Longaric, en una retrospectiva desde 2006 cuando empezó a gobernar Evo Morales, dijo que sobre todo en el tema marítimo no hubo ningún avance; es más, dijo que solo hubo un “notable retroceso”, hecho que se manifiesta en varios episodios históricos, por ejemplo, el triunfo de Chile cuando logró, con intensas negociaciones, que los países miembros de la OEA, le quitaran apoyo a Bolivia en el tema marítimo.

“Primero en la Asamblea General de la OEA que se celebró en Cochabamba, en junio de 2012. Es esa ocasión Chile presentó un proyecto de resolución indicando que el tema marítimo era de carácter bilateral, y logró la aprobación casi por unanimidad. Hasta antes de esa fecha, desde 1975 la OEA manifestaba que el tema marítimo era de carácter multilateral y su solución era de interés regional. Ese fue un fracaso estrepitoso en territorio boliviano y se sufre la derrota más grande a nivel multilateral”, relató Longaric.

Evo Morales en la Corte Internacional de Justicia

Otro gran retroceso con Chile fue la ruptura del diálogo y la agenda de los 13 puntos que Morales acordó con Michelle Bachelet, quien en ese entonces gobernaba Chile. De forma casi inmediata, en 2013, Morales presenta la demanda contra Chile ante la CIJ y cinco años después en La Haya se emite un fallo a favor de Chile.

Pero a pesar de este retroceso y derrotas internacionales, el tema de la reivindicación marítima no está enterrado. “De ninguna manera, porque no es de propiedad de ningún gobierno, ni de ningún partido. El tema marítimo es el tema más importante de la agenda de la política exterior boliviana”, afirmó Aliaga.

Sin involucrar las relaciones diplomáticas, entre Bolivia y Chile, el intercambio comercial es fluido e intenso. Por ejemplo, las importaciones chilenas alcanzan a más de 1.500 millones de dólares, mientras que las exportaciones bolivianas a Chile son tan solo de 235 a 250 millones de dólares. El 63% de la carga marítima boliviana pasa por puertos chilenos y Chile es el cuarto destino favorito de los bolivianos que salen al exterior, lo que se traduce en 350 millones de dólares de remesas de Chile a Bolivia.

Por todo aquello, Aliaga ve necesario que se redireccione la diplomacia. “Esta relación es estructural, es necesaria y tenemos que construir una relación que permita ver otro Chile y otra Bolivia. Tenemos relaciones consulares, pero no hemos construido una relación madura. Necesitamos una relación mucho más estructural y que tenga mayor dinamismo”, dijo.

La importancia de una nueva relación con Chile puede beneficiar sobre todo al occidente del país, como Potosí, Oruro y La Paz, porque son vecinos de ese país. Aliaga compara la relación de Santa Cruz con Brasil y Paraguay, donde fluye una intensa actividad de intercambio comercial.

“También es un tema geográfico. En el oriente, Santa Cruz tiene apertura con Brasil y Paraguay, su realidad económica es muy diferente y tiene una salida al Atlántico con la hidrovía. En cambio, en occidente la relación con Perú y Chile han sido muy negativas, es por eso que se necesita construir otro tipo de relación con Chile”, afirmó Aliaga.

La senadora Santa María consideró que, en los cinco años de Luis Arce, la política exterior “ha sido nula, intrascendente, sin brillo y sin resultados de ningún tipo, no solo con Chile, sino con los cinco países vecinos”, afirmó y apuntó a la canciller Celinda Sosa.

“Tenemos una canciller que no sabemos quién es, qué hace, dónde viaja. No vemos resultados, a nivel bilateral ni a nivel multilateral, Bolivia está aislada, es como si viviera en otro planeta en materia de política internacional”, dijo Santa María. La legisladora agregó que la reivindicación marítima ha sido reemplazada por las constantes denuncias de robos de vehículos del vecino país, hecho que refleja el escaso control fronterizo de Bolivia.

A pesar de todo, Santa María ve que urge una relación con Chile. “Llegó el momento de mirar la relación con Chile más pragmática, con objetivos claros y efectivos. Estamos obligados a relacionarnos cotidianamente, nuestra frontera es muy amplia y nuestra agenda bilateral también”, afirmó.

Ambos países impulsan acuerdos fronterizos

Mientras la población se preparaba para disfrutar de las fiestas de carnavales, el 27 de febrero pasado, dos ministros chilenos llegaban hasta la Casa Grande del Pueblo, en la ciudad de La Paz. El objetivo del viaje fue firmar dos acuerdos bilaterales en materia de migración y tránsito en frontera. Los convenios fueron suscritos por el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo.

Arce, junto a su homólogo chileno, Gabriel Boric

Los ministros chilenos que llegaron a la sede de Gobierno fueron el de Transporte y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz; y la ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá. La última muy cercana al presidente de Chile, Gabriel Boric.
La llegada de las dos autoridades chilenas a Bolivia fue dos meses después de que Del Castillo visitó La Moneda para firmar los primeros convenios en temas fronterizos y control de la migración ilegal. En ninguno de esos momentos participó la canciller de Bolivia, Celinda Sosa.

Uno de los acuerdos bilaterales fue el de “reconocimiento recíproco de las licencias de conducir” de bolivianos y chilenos y tiene por objeto “homologar” ese documento, ya sea en formato físico o digital, de los ciudadanos de ambos países.

Acuerdos con Chile

El otro acuerdo era el protocolo adicional para el cumplimiento del acuerdo de cooperación migratoria, que tiene el fin de combatir la trata de personas y el tráfico ilegal de migrantes. Ese convenio fue suscrito por Del Castillo el 22 de diciembre de 2024 en Santiago y autoriza a Chile a deportar a venezolanos ilegales a territorio boliviano y expatriar a los connacionales. Dicho convenio fue muy criticado en el ámbito diplomático boliviano.

Además, se suscribió otro acuerdo mediante el cual los bolivianos y chilenos que habitan en la frontera podrán acceder en las oficinas de Migración a una “tarjeta de tránsito vecinal fronteriza” para desplazarse en ambos territorios por un plazo no mayor a tres días. Otro convenio es acortar los trámites para obtener la residencia temporal por trabajo y el trámite se debe realizar en 15 días.

Más allá de los acuerdos entre Estados y agendas bilaterales, los ciudadanos de ambos países que habitan en poblaciones fronterizas cultivan una estrecha relación que se basa sobre todo en el intercambio comercial. Un ejemplo de ello es la “feria transfronteriza” que se realiza desde hace varios años en pleno Hito 41, que es un paso habilitado que permite el tránsito peatonal entre ambos países.

Pobladores y organizaciones cívicas de la población chilena de Cancosa, frontera con Bolivia, son los que más impulsan esta actividad comercial. A través de las redes sociales promocionan esta actividad e invitan a los chilenos a visitarla, incluso parten buses desde Iquique, Alto Hospicio a visitar esta feria en el punto fronterizo que es parte de un circuito turístico que le lleva hasta el Salar de Uyuni en Potosí.

Fuente: El Deber


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